Thursday, March 03, 2011

DE NUEVO LA CONSTITUCIÓN (A PROPÓSITO DE UN ARTÍCULO DE NICOLÁS LYNCH)

Es uno de los temas recurrentes cada vez que se avecinan elecciones generales. “Cambiar la constitución” como panacea para resolver todos nuestros problemas.

Esta vez le tocó el turno a Nicolás Lynch, respetado sociólogo que candidatea por la lista de Ollanta Humala para el Congreso. Lynch fue ministro de educación en el gobierno de Toledo. Una gestión opaca, aunque se debe reconocer que tuvo la hidalguía de opinar críticamente respecto al Sutep, como uno de los principales lastres de la educación peruana. Pero, como “constitucionalista” deja mucho que desear. Veamos algunos sustentos de su pedido de “cambiar la constitución” publicado en el diario La República el 15 de Febrero de 2011 (Nueva Constitución). Por cierto, y como de todo hay en la viña del Señor, no pertenezco ni remotamente a “las fuerzas de derecha” que alude el profesor Lynch en su artículo (y que, por extensión, moteja así a todos los que no comulguen con su ahora reconvertido credo nacionalista), ni mucho menos soy “un agente de la CIA y del imperialismo yanqui”.

Aclarado el asunto, pasemos a revisar el artículo (lo que está en cursiva pertenece al profesor Lynch):

1. Hay dos tipos de constituciones sobre el planeta, aquellas que son un acuerdo de paz entre los ciudadanos y pueblos de un país y otras que aparecen como una declaratoria de guerra de alguna minoría sobre la inmensa mayoría de la nación. Este último es el caso del documento de 1993 impuesto por la dictadura de Fujimori y Montesinos sobre el pueblo peruano.

Solo en el papel las constituciones son “acuerdos de paz entre los ciudadanos”. Es más bien un idilio que ha sido descrito muy bonito por algunos autores, pero no es algo que exista “químicamente puro” en el mundo real. La célebre tesis del “contrato social” que dará nacimiento a la constitución política como plasmación del pacto entre los ciudadanos, es más una teoría que busca explicar el nacimiento jurídico de las naciones y una justificación ideológica del sistema legal imperante. Todas las constituciones escritas obedecen a un sesgo de clase o de ideología. Sino, profesor Lynch, pregunte por la constitución cubana o la china. Ninguna de las dos nació de “un acuerdo de paz entre los ciudadanos y pueblos”, sino fue todo lo contrario.

2. Esta supuesta Constitución está viciada de origen porque fue producto de un golpe de Estado, elaborada por un régimen autoritario para quedarse y finalmente “aprobada” en un referéndum fraudulento.

Las últimas tres Constituciones que hemos tenido han sido producto de “un golpe de Estado”. La de 1933 cuando salíamos del gobierno de Sanchez Cerro y se cerraban las puertas de la legalidad a los partidos populares como el APRA; la de 1979 que procuraba el tránsito del gobierno militar a la democracia; y, la de 1993 que resolvió el impasse del “autogolpe” de Fujimori del año anterior (1992).

Es que las Constituciones como su apellido las califica son “políticas” y, nos guste o no, muchas veces resuelven situaciones políticas coyunturales. Si lee un poco de historia constitucional profesor Lynch, se dará cuenta que la “abundancia de constituciones” (trece hasta el momento, si no me equivoco) han obedecido a situaciones políticas coyunturales. Es lo que sucedió con nuestras últimas tres cartas políticas, incluyendo “el documento del 93” como despectivamente califica a la carta de aquel año (aunque no es original en la autoría del epíteto).

En cuanto que la Constitución del 93 fue aprobada en un “referéndum fraudulento”, es una tesis bastante manoseada que hasta la fecha no ha sido respaldada con pruebas concretas. En derecho, estimado profesor, quien alega algo tiene que probarlo, no basta con decirlo. Lo cierto es que el gobierno de Fujimori en aquellos años gozaba de una amplia base de popularidad que atravesaba prácticamente todos los estratos sociales, popularidad que la utilizó para aprobar “su” Constitución.

3. Esta Constitución refuerza el poder de la minoría dominante cuando recorta los derechos sociales, especialmente los derechos del trabajo, minimiza el papel del Estado poniéndolo al servicio de los ricos, debilita al Legislativo con el unicameralismo, da lugar al capitalismo salvaje como único modelo posible en la economía y establece un desorden tal en el tema de la descentralización que hace a la misma inviable. Por ello es que da lugar a un orden democrático precario, imposible de consolidar en sus parámetros y obliga a que las mayorías, impedidas de expresarse a plenitud en estas condiciones, recurran a la protesta callejera, ya no solo como excepción sino como norma, para plantear sus demandas. Puesto en la disyuntiva de cambiar la Constitución o reprimir al pueblo, este régimen opta por lo segundo, siguiendo la lógica de la declaratoria de guerra y criminalizando la protesta.

Vamos por partes.

El régimen económico de la Constitución del 93 se inspiró en el neoliberalismo de aquellos años, de todo furor del llamado “consenso de Washington”. Es cierto que en la filosofía que sustenta el apartado económico predominó la iniciativa privada, el “dejar hacer, dejar pasar” de los fisiócratas del XVIII y se minimizó el rol del Estado. Eso es cierto e indiscutible, pero nada garantiza que aumentando los derechos sociales en una nueva carta y ampliando la intervención del Estado consigamos un “estado de bienestar” que nos asegurará un mejor futuro para todos los peruanos.

Por desgracia, estimado profesor Lynch, las constituciones, ni ninguna norma legal, garantizan eso. Solo los factores reales, principalmente los de producción, y una mejor distribución de la riqueza por parte del estado, son los que van a garantizar un mejor nivel de vida para la inmensa mayoría. Y esos dos factores se pueden conseguir muy bien sin cambiar una sola letra de la actual carta política (lo que no quita que debamos reformar ciertos aspectos de la constitución vigente, como lo expongo en la parte final de mi réplica). Podemos tener la ley más bella, lírica y perfecta del mundo pero si no se cumple, la realidad será inmensamente deprimente. Y viceversa. Podemos tener una ley imperfecta, pero con voluntad política podemos mejorar su alcance.

4. Sobre el unicameralismo y que las mayorías no se ven representadas políticamente por lo que deben salir a las calles a expresar su descontento, dado que el régimen (qué malo¡) “no cambia la constitución” (sic). Creo que es un poco exagerado y bastante iluso, estimado profesor Lynch.

En primer lugar, ningún gobierno puede cambiar la constitución a su antojo, salvo que sea el de Chávez o sus comparsas Evo y Correa. Deténgase un poquito a leer “el documento” que en su portada dice Constitución Política. En la parte final encontrará usted el procedimiento que existe para la reforma constitucional. Podrá darse cuenta que los gobiernos (o el poder ejecutivo para ser más preciso) no pueden modificarla, dado que eso es tarea exclusiva del poder legislativo, al cual usted candidatea.

Pasando a los sistemas legislativos, una cosa es el números de cámaras, que puede ser Unicameral, Bicameral o hasta Tricameral (como lo fue en una de nuestras primeras constituciones), y otra muy distinta la falta de representación política y las protestas sociales. Con la Carta del 79 teníamos dos cámaras e igualmente protestas sociales. En aquella época teníamos regiones –bajo otro esquema- y también protestas. Una cosa no tiene que ver con la otra. Podemos tener una sola cámara y representar muy bien políticamente a todos los estratos sociales, o tener dos y no representarlo en absoluto. Creer que si adoptamos el régimen bicameral, cambiamos el modelo de regionalización (que dicho sea de paso hace falta urgentemente) o los principios del régimen económico de la constitución, vamos a solucionar los males sociales es bastante ingenuo, por decirlo elegantemente.

Como ya lo han advertido serios especialistas en el tema, el problema está en la deficiente representatividad política. No solo por el número de congresistas, sino por el tamaño de los distritos electorales. Por ejemplo, en el caso de Lima, tenemos 36 congresistas (que también representan a los votantes en el extranjero); pero así y todo no representan adecuadamente al electorado de dicha circunscripción. El asunto está no tanto en aumentar el número de congresistas o de cámaras legislativas, sino más bien en “achicar” los distritos electorales e implementar el uninominalismo. Que un representante al congreso sea candidato por un pequeño distrito electoral, conocido por sus electores y responda ante ellos. Así va a ser más fácil escoger entre un candidato por cada lista congresal que a 36 de un macro distrito que al final no representan a nadie. Este camino es más viable que aumentar el número de cámaras legislativas.

Por otra parte, las protestas sociales no solo se producen dentro del “capitalismo salvaje”, sino también dentro de un sistema totalitario como el de Cuba o Libia. Sino, profesor Lynch, pregunte por las huelgas de hambre que muchos disidentes cubanos han tenido que hacer para ser escuchados y que incluso a uno de ellos, como fue Orlando Zapata Tamayo, le costó la vida.

5. Es indudable por ello que el debate para lograr una nueva Constitución tiene la mayor importancia, porque esta será una de las piedras angulares para iniciar la gran transformación del país que nos dé [sic] una verdadera democracia.

Con esa exhortación concluye su artículo. Lo malo es que no plantea sus propuestas concretas. “Cambiar la constitución” en abstracto no expresa mucho. Cambiar qué cosas y hacia dónde. Qué opinión tiene usted, por ejemplo, del “modelo chavista” (inspirado en el de Fujimori) de constitución política, con reelecciones indefinidas y vaciamiento de las instituciones. O, por poner otro ejemplo, acerca de las libertades de expresión e información tan pisoteadas en Venezuela o Cuba. ¿Es el modelo que propone? Sería bueno, estimado profesor, que realice un deslinde y no nos venda “gato por liebre”.

Un consejo final: En vez de efectuar planteamientos tan burdos y maniqueos, si su interés, de llegar al Congreso, es una reforma constitucional en serio (lo cual es plausible, dicho sea de paso), debería empezar revisando el trabajo de la Comisión Pease que sobre el tema ya existe, bastante sólido y coherente, amén de otros trabajos que sin caer en su burdo maniqueísmo de “buenos y malos” tienen propuestas alternativas serias de cambios constitucionales. Haga el esfuerzo de informarse mejor, siquiera un poquito.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Friday, February 25, 2011

A veces los seres humanos no ofrendan su vida en vano

Fue lo que sucedió con el joven tunecino Mohamed Bouazizi que se inmoló porque no lo dejaban vender sus frutas a fin de llevar algo para su hogar. Ya vemos como prendió la chispa de su muerte en el Oriente Medio, con dictadores que cayeron estrepitosamente y otros que se tambalean. Igual sucede con Orlando Zapata Tamayo, que recientemente se cumplió un año de su sacrificio por la libertad en Cuba. Con todo lo que está sucediendo en Túnez, Egipto y Libia, como que pasó un tanto inadvertida la remembranza. Cedemos la palabra sobre el significado de la conmemoración a la bloguera cubana Yoani Sánchez.
EJJ

Los policías del camposanto Yoani Sánchez
Los cementerios de aldeas son pintorescos y tristes: tumbas pintadas de cal, con el sol dando todo el día sobre las lozas y unas calles de tierra apisonada por el paso de los dolientes. Son lugares en los que, por lo general, sólo se escucha sollozar. Pero hay un camposanto en el pueblito de Banes que ha albergado insólitos gritos en estos doce meses. Cruces alrededor de las cuales la intolerancia no ha tenido pudor, no ha bajado la voz a la manera que se hace ante una lápida. Desde hace varios días, para colmo, la entrada del lugar está vigilada, como si los vivos pudieran controlar el espacio donde yacen los muertos. Decenas de efectivos de la policía quieren impedir que amigos y conocidos de Orlando Zapata Tamayo vayan a conmemorar el primer aniversario de su muerte.
Quienes ahora mismo patrullan alrededor de la tumba de este albañil saben muy bien que nunca podrán acusarlo –como hicieron con otros– de ser un miembro de la oligarquía que pretendía recuperar sus propiedades. Este mestizo, nacido después del triunfo de la revolución, que no fue autor de una plataforma política ni se alzó en armas contra el gobierno, se ha convertido en un símbolo inquietante para quienes se aferran –ellos sí– a las posesiones materiales que alcanzaron con el poder: las piscinas, los yates, las botellas de whisky, las abultadas cuentas bancarias y las mansiones por todo el territorio nacional. Un hombre criado bajo el adoctrinamiento ideológico se les escapó por la puerta de la muerte y los dejó al otro lado del umbral, más débiles, más fracasados.
A veces, el final de una persona lo coloca para siempre en la historia. Es el caso de Mohamed Bouazizi, el joven tunecino que se prendió fuego frente a un edificio gubernamental porque la policía le había confiscado las frutas que vendía en una plaza. Las consecuencias de su inmolación eran totalmente impredecibles, mucho más el “el efecto dominó” que desencadenó en el mundo árabe. La muerte de un cubano, ocurrida el 23 de febrero de 2010, le ha creado al gobierno una incómoda efeméride en el almanaque. Ahora mismo, cuando Raúl Castro se apresta a celebrar sus tres años al mando de los timones de la nación, muchos se preguntan qué va a ocurrir en Banes, en el pequeño cementerio donde los difuntos están más patrullados que los presos de una cárcel.
Aunque la policía política rodea a muchos, no podrá impedir que durante esta semana –en el interior de las casas– sea más evocado el nombre del difunto Zapata Tamayo que el largo rosario de cargos del General Presidente.

Tuesday, February 22, 2011

EGIPTO 2.0

He tomado el título del interesante artículo de la bloguera cubana Yoani Sanchez sobre lo sucedido en el África del norte con gobiernos que parecían inconmovibles y el papel que jugaron y juegan las tecnologías de información, en especial las redes sociales.

En principio que estamos ante países con cierto grado de libertad, cuyos gobiernos y ciudadanos “miran” hacia Occidente. No estamos ante gobiernos teocráticos como el de Irán. Son gobiernos autoritarios pero laicos. Musulmanes pero no fundamentalistas. Ello permitió un marco referente para el desarrollo de las redes sociales que desempeñaron un papel crucial en la comunicación inmediata; hecho inimaginable, por ejemplo, en Cuba, Corea del Norte o Irán, cuyos ciudadanos padecen de desinformación y carencia de todo tipo de libertades.

Pero hay otro hecho importante de resaltar. Como Ariel Segal anota, el proceso de democratización en el Irak post Saddam Husein ha repercutido como ondas sísmicas en el Medio Oriente. Con todas las imperfecciones que se quiera, pero proceso democrático al fin y al cabo. Cuando un ejemplo dice que algo es posible, nada detiene la voluntad humana.

Lo sucedido en Túnez, Egipto, Libia y otros países de la región no creo se pueda comparar en importancia a la caída del muro de Berlín veinte años atrás, como sostienen algunos periodistas y “politólogos”. La repercusión “del muro” fue mayor a nivel planetario. Fue el fin de todo un sistema mundial (el comunista): político, económico y cultural, abriéndose las compuertas hacia todos los rincones del orbe del pensamiento occidental de democracia en lo político y sistema de mercado en lo económico.

A lo sumo lo sucedido en los países del norte de África repercutirá en su propia región. Todavía no sabemos cómo terminará de consolidarse este movimiento por la libertad ni cuánto calará en profundidad en sociedades marcadamente autoritarias. Lo más optimista es que se produzca una “primavera democrática” que permita la alternancia en el poder y libertades para el ciudadano a la manera occidental. Pero, la otra opción es más pesimista: la toma del poder de un nuevo gobierno despótico, sea por las urnas o por la fuerza, sea civil, militar o religioso, cambiándose apenas “mocos por babas”. Ese escenario más lúgubre es también el más probable.

Espero equivocarme y que nazcan cien primaveras más, pero la realidad me dice que las fuerzas en juego van hacia otro lado en una región de mucha inestabilidad y demasiados intereses.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Monday, February 14, 2011

CUANDO EL AMOR SE ACABA

Para Sandra

A veces, al despertarse, uno de los cónyuges mirará al otro y le parecerá que ha dormido con un extraño. Es como darse cuenta, luego de muchos años, que la persona a tú lado es absolutamente un desconocido para ti, y que ese o esa joven que conociste cuando estudiaban juntos o hacía los primeros pininos en su profesión, ya no existe más. Murió o desapareció en algún vericueto del camino de la vida.

Lo más triste o patético es que te das cuenta cuando es demasiado tarde. Cuando ese extraño(a) una mañana cualquiera te dice que se va o que ya no te quiere. En ese momento se te presentan una serie de pensamientos contradictorios e inconexos y parece que tú cabeza va a estallar. Te asaltan múltiples preguntas que comienzan con un porqué o cómo pasó. Ingenuo(a) quizás piensas que te está jugando una broma pesada. O, peor aún, no quieres dar crédito a tus oídos.

Pero es verdad y lo ves o la ves partir. Como que humanos somos. Algunos lo tomarán de mejor talante, otros pensarán en dejar este valle de lágrimas que se les hace insoportable, y algunos menos, lo conseguirán. Lo cierto es que el amor se acaba. Por distintos motivos, pero se acaba. Y muchas veces ambas partes de la pareja tuvieron la culpa para que ello suceda. En “esta película” no hay un malo o mala y un bueno o buena “químicamente puro”.

A pesar que es un alivio el consuelo de encontrar un(a) “culpable” de las desdichas padecidas, lo cierto es que en la mayoría de los casos ambos son culpables del fin de la unión. Las razones son múltiples y lo más acertado es darles la posibilidad que cada uno tome un camino distinto. Con los riesgos y errores que ello conlleva, así como que el aparato legal –de haber contraído matrimonio civil - les de las facilidades para disolver su vínculo y no al revés, como ocurre en la legislación peruana y algunas similares de la región, pese a los avances que hemos tenido en los últimos años.

Lo peor es tratar de mantener la unión apelando al justificativo del “bienestar familiar”, incluyendo a jueces y fiscales que hacen lo posible e imposible para que la pareja no se divorcie. Es como querer pegar con babas una armazón que se cae en pedazos. Lo más sensato es ayudar a desarmarla con el menor costo posible para las partes, naturalmente protegiendo a los niños, de existir menores de edad de esa unión.

Y si el Estado, y el sistema de justicia en particular, quiere hacer algo por la pareja rota, lo mejor es que ordene, como obligación jurisdiccional, se sometan a terapia sicológica ambos o, en algunas ocasiones, hasta terapia siquiátrica, que muchos la requieren. Eso los va a ayudar a “desintoxicarse” o, por lo menos, no arrastrar el lastre del pasado en una relación futura y ver las cosas en perspectiva. Porque también los hay. Aquellos que vuelven a cometer los mismos errores o, como dice la canción, “vuelven a tropezar con la misma piedra”. Y después se preguntan porqué tienen “tan mala suerte” en el amor.

Pero algo que la práctica profesional me ha demostrado –yo conozco a las parejas cuando su relación se encuentra en el ocaso- es que a uno de ellos o a veces ambos, el(la) “compañero(a) de toda su vida” se les hace un extraño, alguien que ya no conocen, que cambió, con el cual apenas se intercambiaban algunas palabras en la mañana o en la tarde, pero no se sabe más. Expresiones como “parece otro(a)”, “ha cambiado”, “es distinto” son usuales. Algunos supersticiosos(as) hasta piensan que a su pareja le han practicado un maleficio y por eso se encuentra así. “Le han hecho brujería” suelen exclamar. Es un completo extraño(a) con el que se desayuna o cena hasta que tarde o temprano se produce la ruptura definitiva.

Otro hecho es que casi siempre se dan cuenta del fin cuando la relación se encuentra sumamente deteriorada, herida de muerte; pero, para ello, debe haber existido un “punto de quiebre” que da inicio al descenso. Casi nunca se percatan cuándo comenzó. O parafraseando a Zavalita “cuando se jodió la relación”. Hay que ser muy perspicaz para prevenir lo que se viene o, peor aún, no quererlo ver cuando se presenta. “Cerrar los ojos” pensando que es un mal sueño o que la intuición nos ha fallado. Practicar “la política del avestruz”. Pensamos que le puede suceder a cualquiera, pero no a nosotros.

Mi trabajo concluye cuando les entrego una copia certificada del acta matrimonial que escuetamente dice “Se declara disuelto el vínculo matrimonial entre fulano de tal y fulana de tal”. Pero detrás de esas pocas palabras rubricadas por un anónimo funcionario público ha existido todo un drama, a veces una tragedia, y en algunas oportunidades hasta una tragicomedia. Un vía crucis existencial, con detalles insignificantes que año tras año minaron y malograron la relación, pero también de los otros, de aquellos hechos que fueron un golpe mortal como es el descubrir la infidelidad del otro(a). Eso duele en el alma. Creo que pueden perdonar que su pareja sea borracho, toxicómano, hasta homosexual, pero no que sea adúltero(a) y, peor aún, descubrirlo con los propios ojos. Como que se rompe algo dentro, arrastrando vísceras y sangre en el camino, algo que va más allá de la trasgresión del deber de fidelidad del cónyuge infractor.

Al final solo espero que ese hecho importante en su vida que fue la unión con otra persona les sirva de experiencia y, de tener hijos menores de por medio, sean lo suficientemente sensatos para coadyuvar a su bien común. Aunque en muchas ocasiones tengo serias dudas de que ello suceda.

En algunas ocasiones me enseñan fotografías que dan testimonio de un tiempo pasado que fue mejor, cuando todo era felicidad y una de las partes, atrapada por la nostalgia, quiere dar una nueva oportunidad a la relación y hace concesiones inimaginables para “mantenerlo(a) a su lado”. A veces es la propia víctima de una relación tormentosa quien propicia el regreso del victimario, el agredido que le abre las puertas al agresor, lo cual pone en seria duda el equilibrio mental de la supuesta “víctima”.

Generalmente el sacrificio es en vano. Estarán bien unos meses y luego retornan los problemas con fuerza. Cuando la relación está rota o seriamente deteriorada es poco lo que se puede hacer. Lo ideal es que el costo sea el menor posible para las partes, lo cual no siempre se logra, aparte que en ese momento no nos comportamos como seres racionales, sino todo lo contrario.

¿Y luego? Ha rehacer la vida, a recoger los pedazos rotos y comenzar de nuevo. No queda otra. El mundo sigue girando.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Thursday, February 03, 2011

CIEN AÑOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Pareciera que la revolución mexicana pertenece al pasado. Es más, dada la desigual distribución de la riqueza en México y los extremos sociales que se viven en su sociedad, daría la impresión que la revolución, cuyo centenario se acaba de celebrar hace pocos meses, fuese uno más de los tantos fracasos de la experiencia humana. Fracaso costoso, con miles de muertos y una guerra civil de varios años. Sin embargo, como en otras revoluciones, la rusa, por ejemplo, acaecida siete años después, los cambios sociales fueron significativos y repercutieron en gran parte del siglo XX, especialmente en América Latina.

Un siglo marcado por el ascenso de los sectores populares, por los reclamos de las mayorías marginadas, segregadas por las oligarquías criollas dominantes desde la independencia de España a inicios del XIX. La revolución mexicana puso en la agenda temas pendientes irresueltos desde la iniciación de la república. La reforma agraria, tema que sería recurrente en latinoamericana. En la política, la no reelección presidencial, con el grito de “sufragio efectivo, no reelección”, que también sería materia de discusión a lo largo del siglo XX. Y, no menos importante, el ascenso como protagonista social y político de las mayorías. Jurídicamente aportó la Constitución de Querétaro, una de las pioneras en reconocer derechos sociales y económicos. El México posterior a la revolución no volvería a ser el mismo. Tampoco la América Latina de la convulsionada centuria veinte. Ese es el gran mérito de la revolución mexicana, más allá de la “revolución traicionada” o la “revolución congelada” como se estila decir.

Justamente un factor extranacional que delineó el futuro de México fue su cercanía geográfica con los Estados Unidos. En el XIX perdió casi la mitad de su territorio en la guerra con su vecino del norte (el hecho fue más traumatizante que la Guerra con Chile para nosotros, los peruanos) y en el XX este se convirtió en la principal potencia del orbe. Ese hecho marcó profundamente a México, incluyendo la actual ola de violencia, corrupción y falta de valores que atraviesa su sociedad y estado, corroídos por el poder del narcotráfico.

Los cien años de la revolución mexicana nos sirven para reflexionar sobre los costos que significan para una nación los problemas irresueltos, sean sociales, políticos, religiosos, económicos o culturales; y cómo se pueden convertir en una caja de Pandora de incierto pronóstico. Lo vemos actualmente en Túnez y Egipto. Algo de eso le sucedió a México y a su revolución.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Thursday, January 27, 2011

Luis Jaime Cisneros In Memóriam

No puedo jactarme de expresar que fue mi profesor, aunque cuánto me hubiera gustado. Sólo lo conocí por medio de sus escritos, que es una forma de conocer a las personas.

En su columna dominical en el diario La República, el tema de la educación era analizado desde distintos ángulos. Era una obsesión justificada como maestro. Sabía muy bien que gracias al periodismo podía hacer docencia hacia una mayor cantidad de personas que con la sola actividad dentro de aulas. De allí que aceptó los retos de dirigir en los años setenta La Prensa, y, en la década del ochenta, El Observador. Bajo su dirección ambos periódicos tenían importante espacio para la cultura. Suplementos con información de primer nivel, algo que se deja extrañar en la prensa actual. Gracias a esos suplementos, como muchos, amplíe mis horizontes literarios y cinéfilos, comenzando a frecuentar autores que desconocía.

La política, entendida como acción directa sobre la cosa pública, tampoco le fue ajena. No fue un intelectual encerrado en su gabinete o disertando sobre el siglo de oro español distante de lo que ocurre en la calle. Todo lo contrario. Al decir de Sartre, fue un intelectual comprometido con su tiempo.

No optó por el camino bullicioso y febril del revolucionario marxista, tan en boga en aquellos años. Su temperamento más se inclinaba por el camino gris, discreto y hasta anodino de la democracia. Tanto en la época de Odría, dirigiendo un periódico llamado precisamente así, Democracia, como lo refiere el propio Mario Vargas Llosa, sino también participando en la formación de los partidos políticos urbanos modernos que nacían en la década del cincuenta, tras el fin del ochenio. La Democracia Cristina puede dar fe de su actividad. No se puede soslayar tampoco su participación en Transparencia, cuando luchábamos por recuperar los valores democráticos en los turbios noventas.

Pero esta actividad política siempre la ejerció manteniendo un perfil bajo y retirándose discretamente cuando sentía que ya no era útil, volviendo a sus afanes educativos, a su tema de siempre como maestro, a modelar mentes. No a convertirlas “a su imagen y semejanza” como perpetran algunos profesores, sino a que el propio alumno extraiga de si la respuesta a su duda. Esa es la tarea del verdadero maestro. No tanto dar respuestas seguras a todo, sino apenas señalar el rumbo y que el interrogado elija el camino que mejor le parece. Algo de eso intento hacer en mis clases, aunque no exento de poca frustración y sinsabores, ahora que me ha tocado estar al otro lado del pupitre.

Aunque, mirado desde cierto punto de vista, nunca dejó de hacer política. Como decía el maestro, siguiendo a los griegos, el principal objeto de la política es la educación. Así, su amor de pedagogo fue una forma de participar en los asuntos de la polis. Sus artículos dominicales eran una sincera preocupación de lo mucho que se debía hacer por la educación en el Perú. Desde la más elemental hasta la superior, que en los últimos años se ha convertido en un remedo de si misma, por la baja calidad y mediocridad en que se encuentra sumida. No hay nación que pueda progresar sin tener un pueblo educado. Se podrá tener un ingreso per cápita alto, pero sin educación de calidad no existe desarrollo sostenible. Y el maestro Luis Jaime lo sabía muy bien, de allí su sincera preocupación por el estado en que se encuentra.

Esos artículos reflejaban a una persona sencilla y humilde, como son los verdaderos grandes. Los grandes hombres no se ufanan enarbolando sus títulos como blasones sino, como dice la vieja sentencia, se colocan al final de todos. No se desesperan por estar en la primera fila para la foto o en codearse con los poderosos, sino todo lo contrario. Su labor se asemeja más a la de un monje asceta en esta “feria de vanidades” que es el mundo. Son los maestros que enseñan con el ejemplo y dejan un gran vacío cuando se van.

Con un estilo claro y profundo, escribió hasta los últimos días de su existencia. Esa aptitud de Luis Jaime me produce una sana envidia. Ojalá, cuando llegue a su honorable edad, la vida me encuentre con mis cinco sentidos bien puestos y la muerte me espere lúcido y tranquilo, conciente de haber vivido una vida de bien.

Descansa en paz Luis Jaime.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, January 18, 2011

ARGUEDAS: CIEN AÑOS

A lo largo del mes se está celebrando con justa razón la conmemoración de los cien años del nacimiento de José María Arguedas. Pero, más allá de los ánimos celebratorios, habría que preguntarse cuántos peruanos de la nueva generación leen o leyeron a Arguedas. Si conocen, por lo menos, sus cuentos o novelas más conocidos. Cuántos escolares han leído Yawar Fiesta, Agua, Los ríos profundos. Todas las sangres, El sexto o El zorro de arriba y el zorro de abajo. Estoy seguro que muy pocos.

El mejor homenaje que puede recibir un escritor es que lo lean. No tanto los críticos o la “inteligencia”, sino las mayorías, que las nuevas generaciones lo consideren “vivo”, contemporáneo a ellos. Reviso google para saber si encuentro siquiera en la red alguna versión íntegra de alguno de sus libros y los resultados son desalentadores.

Así las cosas, el homenaje por el centenario de su natalicio se reduce a un homenaje de elite, de amigos, académicos y gente ilustrada, más no del pueblo, como le hubiera gustado a Arguedas. La mejor conmemoración que pudo recibir era una edición popular de sus obras más conocidas. No se hizo. Ni por parte del estado, ni por parte de la iniciativa privada, ni por una combinación de ambos, ahora que están tan de moda las asociaciones público-privadas. Como si el Nobel a Vargas Llosa fuese suficiente distinción a las letras peruanas. (Y acá me arriesgo a una pregunta temeraria y fuera de contexto: habría que ver si las generaciones venideras leerán con la misma fruición a nuestro Nobel).

En fin, creo que el mejor homenaje personal que se le puede hacer a nuestro querido Arguedas es leer o releer sus libros. A pesar que algunos de ellos parecen describir un mundo que ya no existe, precisamente por eso; y, también, porque, como los buenos escritores, intuía que el Perú iba hacia la confluencia de lo andino con lo costeño, a la “cholificación”, a “todas las sangres”. Naturalmente no llegó a ver ese nuevo Perú, pero intuyó con agudeza hacia dónde iba, más allá de los sociólogos y antropólogos que lo maltrataron en la célebre mesa redonda de 1965. ¿Quién se acuerda de esos “sabios doctores” y de sus farragosos e indigestos discursos?

Leyéndolo es el mejor homenaje que le podemos rendir.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, January 11, 2011

“EL TÍO GEORGE”

Huelga decir que “el tío George” (Jorge del Castillo) no es santo de mi devoción; pero, el escarnio que están haciendo de él dentro y fuera del APRA revela más conflictos internos, ajustes de cuentas, fríos cálculos políticos a futuro y una falta de visión del partido más añejo del Perú.

“La cuestión de estado” lanzada por la candidata invitada puede entenderse si realmente la candidatura de del Castillo fuese un verdadero lastre para que suba en las encuestas. Por estrategia política y por cuestiones éticas se podría entender que pida su renuncia. Pero, estamos seguros que si “el tío George” renuncia a su legítima aspiración a ser candidato al Congreso, Mercedes Aráoz no va a remontar en las encuestas y seguirá estancada en su cinco por ciento, menos despegará a las estrellas colocando en reemplazo un independiente o un compañero libre “de polvo y paja”; añadiendo más bien “de yapa” la ganancia gratuita de la animadversión del propio Secretario General del partido que la acogió y le abrió las puertas (y que de paso “mueve” gran parte de la maquinaria aprista), así como del medio millón de votantes que pertenecen al “núcleo duro” que vota por el partido de Alfonso Ugarte en las buenas y en las malas, y que prefieren a un militante aprista como candidato, así esté manchado y “emputecido”, que a una seudo virginal e “impoluta” candidata que viene de fuera.

Es que la señora Aráoz no conoce al pueblo aprista. Si yo fuese un militante del APRA votaría por un congresista de mi partido pero no por ella para presidenta. Preferiría votar hasta por Humala que representa una suerte de nacionalismo muy similar al aprismo auroral. Y estoy seguro que dentro del partido de la estrella muchos militantes van a practicar el voto cruzado el día de las elecciones generales.

No se cómo va a terminar la tragicomedia de la renuncia forzada del “tío George”. Sea como fuere creo que la señora Aráoz carece de “olfato político”, se ha “comprado” un pleito gratuito y ha confundido al “dueño del circo” con el partido; porque si bien Alan García (el titiritero detrás del escenario) en corpulencia se puede parecer a Víctor Raúl Haya de la Torre, en carisma, llegada, conocimientos, sabiduría y unión del pueblo aprista dista años luz del fundador del APRA, algo que Mercedes Aráoz no parece conocer muy bien.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, January 05, 2011

FRASES CÉLEBRES DEL 2010

Para comenzar el año un poco en “plan de joda” hemos seleccionado diez frases célebres dichas, para variar, casi todas por los políticos a lo largo del año que terminó. (Selección de frases tomadas de Perú 21). Ahí van:

1. Usted es la estrella del APRA y yo el sol de Solidaridad. 11 de Octubre.
“Franelero” Luis Castañeda dirigiéndose a Mercedes Aráoz, se “alucina” mismo sol. Suave con la quemada.

2. Imagínate solos en la playa, disfrutando del sunset, Arica por ejemplo, y luego, en la noche, en un cuarto de hotel cualquiera, te aseguro que no vas a sentir frío. 30 de Octubre.
“Calentona” Martha Silva provoca al procurador público Jorge Luis Caldas a fin que formalice denuncia contra su ex, el mandamás de Petroperú, que “le sacó la vuelta” con otra. Con razón hace muchos años atrás, un hombre con mucha experiencia en la vida, me recomendó que jamás termine feo con ninguna mujer. Ese consejo le faltó al ex presidente de Petroperú.

3. Eso ya no parece una combi, parece una casa de citas y José Barba parece una madame. 16 de Mayo.
Jaime Bayly arremete contra Alex Kouri al subirse a “la puta combi” de Pepe Barba, Cambio Radical. Al final la “combi” no llegó ni al paradero inicial.

4. Me interesa un comino esta elección. Métanse la alcaldía al poto. 16 de Setiembre.
“Rayada” Lourdes Flores confiesa que “le llega” la alcaldía de Lima, como que a la larga perdería una elección considerada “papaya” por su grupo político.

5. Alan García tiene un ego colosal. 16 de Diciembre.
Ex embajador yanqui en revelación de Wikileaks de un “secreto” que treinta millones de peruanos conocemos.

6. Ese privilegio que Mario Vargas Llosa regala con su pluma y su talento al Perú al lograr el Premio Nobel de la Paz de la Literatura. 7 de Diciembre.
El “sano y sagrado” (Toledo) inventando una nueva categoría de premio Nobel luego de una probable larga sesión de whiskies clavados entre pecho y espalda.

7. Cuando cualquier tribunal o el Ministerio Público lo decida, lo haremos, pero no ha pedido de cualquier loquito de la calle. 8 de Noviembre.
Alan García “basurea” a Alejando Toledo, ante el pedido de este último que abra sus cuentas bancarias. Ya pues Toledo, no te hagas, ni que estuviesen a su nombre.

8. Solo un país de maricas permite que se insulte a la gente sin hacer nada. 13 de Octubre.
Homofóbico ex presidente de la Corte Suprema y “hombre de derecho”, Javier Villa Stein, avala la golpiza propinada al joven que le dijo “Corrupto” a Alan García. Con razón la justicia anda tan mal.

9. ¡Corrupto¡ 9 de Octubre.
Adjetivo que le increpó el joven Richard Gálvez a Alan García antes que este –previa sujeción de los brazos del muchacho por los miembros de la seguridad de AGP- le estampase un par de manazos y cayera al suelo donde lo pateó a su gusto la “escolta” del presidente.

10. No seas cojudo hombre, la plata llega sola. 6 de Diciembre.
Alan García da “sabio consejo” a un preocupado Jaime Bayly que teme el sueldo de presidente no le alcance para mantener a su familia. Jaimito, de presidente podrías tener hasta diez hijos y mantenerlos muy bien.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Thursday, December 30, 2010

RECONOCIDO SACERDOTE BELGA ACUSADO DE ABUSO SEXUAL A MENOR

La noticia me llamó la atención porque el personaje en cuestión, el padre Francois Houtart, es un reconocido defensor de las causas del tercer mundo y por añadidura candidato al Premio Nobel de la Paz. No es poca cosa. No se trata de un ilustre desconocido.

Al padre Houtart lo relaciono inmediatamente con otro caso similar, el de Roger Casement, recientemente retratado en la novela de Mario Vargas Llosa, El sueño del celta. Ambos se dedicaron a causas justas, sin embargo su personalidad contiene distintas aristas, unas más diáfanas, otras más oscuras, como la de su inclinación sexual.

El padre Houtart gustaba de los niños, Casement de los bellos jóvenes africanos. Más allá de las abominaciones porque vista hábito o no, o del voto de castidad jurado ante Dios, están los distintos ángulos que perfilan al personaje, reflejando el contraste del alma humana, con sus luces y sus sombras. Nadie es enteramente bueno ni enteramente malo. Todos los seres humanos tenemos de ambos, algunos más cargadas las tintas en uno u otro aspecto, pero no hay nadie de la especie humana “químicamente puro”. Podrá ser un buen padre y a la vez gustarle las niñas, o ser una ninfómana y buena hija. El padre Houtart, como Roger Casement en el pasado, es prueba de esos insondables abismos del alma humana.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, December 22, 2010

WIKILEAKS

La revelación por parte de Wikileaks de documentos secretos del gobierno norteamericano tiene varias aristas interesantes. Una es la tradicional libertad de expresión e información, uno de los pilares del liberalismo clásico, versus la “seguridad de estado”, eufemismo que puede abarcar desde el espiar a enemigos y amigos hasta el asesinato selectivo. ¿Cuál es más importante? Depende mucho en que lugar nos encontremos, si estamos a favor de la libertad o a favor de los secretos de gobierno y de su impunidad moral para ciertos actos. Esa tensa lucha ha marcado por siglos a Occidente y una serie de derechos reconocidos a la persona, así como cuotas de poder reservadas al estado.

Todos los que han exigido que J. Assange debe ser procesado, encarcelado y ejecutado (no importa si lo último se haga primero) están a favor de “las razones de estado” y todo lo que bajo su cobijo se puede hacer o deshacer, incluyendo, claro está, las razones del más grande e importante del planeta. No es casual que este sector de políticos, intelectuales y plumíferos celebre las presiones del gobierno norteamericano por cerrar Wikileaks o “el juicio” contra Assange, según parece por no usar preservativo al tener relaciones sexuales ocasionales y consentidas con un par de damas escandinavas. La maquinaria judicial de nuevo, algo que, para nosotros, los peruanos, no nos resulta extraño.

Pero la otra arista que por obvia no se ha reparado lo suficiente es la de la tecnología de la información. La web e internet están barriendo con los mejores secretos, con aquellos que se encontraban en los más recónditos y oscuros lugares. Las restricciones, censuras y bloqueos usuales no tienen efecto en el mundo virtual.

Contra ese fenómeno, y el poder que significa la información, es que se resisten los gobiernos que han hecho eco a Estados Unidos de cerrar Wikileaks, hecho por demás imposible, dado que tarde o temprano aparecerá otro web site, con nombre distinto de repente, pero igual de eficaz. Por eso la imposibilidad de luchar con armas del siglo XX contra un fenómenos del XXI. De allí también la reacción desesperada de diversos gobiernos que, en este incidente, se han unido, más allá de sus tradicionales recelos y diferencias.

También el “affaire Wikileaks” es síntoma que el viejo republicanismo nutrido de los ideales liberales que paradójicamente dieron nacimiento al Occidente moderno, está siendo reemplazado poco a poco por un estado cada vez más intervencionista. Sofisticado en su intervención, pero intervencionista. Un estado que ha aprendido a usar la tecnología del siglo XXI para controlar a sus ciudadanos, pero que “le revienta” cuando estos la usan contra él.

Wikileaks es apenas un vértice, pero también un gesto, una bandera, de quienes luchan todavía por la libertad, ya no en abstracto sino con acciones muy concretas contra este “Leviatán moderno”. La partida recién comienza.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, December 15, 2010

EL LOCO BOMBA

Estas historias cuando ocurren cerca de Navidad como que le dan otro sesgo, más humano, más piadoso. Remecen el sentimiento. Que el temerario asaltante tenía a su mamá enferma, que no conseguía trabajo, que las oportunidades de un empleo digno no eran con él. No es que se trate de justificar su acción que le costó la vida, pero se trata de “dulcificar” los hechos.

Es cierto que en esta época de prosperidad a muchos peruanos no se les abrió la puerta de las oportunidades. Sea por el color de piel, el estrato social o el lugar de origen. Que somos todavía una sociedad excluyente, lo somos. Sin embargo, algo de esa descarriada personalidad ha salido a flote, lo que dejó en la red, algunas anotaciones “autobiográficas” de ser “inventor” o dedicarse a las ciencias, como que reflejan esa necesidad de sentirse apreciado por los demás en un mundo excluyente.

Compensar las carencias de la vida material con una falsa imagen virtual, de la cual, incluso, quizás él mismo estaba convencido. Porque su “plan” de secuestrar rehenes él solo y pedir un rescate millonario, con autos y helicópteros de por medio, eran más condiciones extraídas de alguna película de acción que un robo profesional. No es necesario ser experto en el tema para conocer que un criminal organizado no habría actuado así, que los hechos obedecían más a una mente desequilibrada. Incluso hasta el rescate de los rehenes fue cinematográfico.

Con un solo disparo se eliminó al secuestrador. Será que la vida copia al arte o será que Lima cada vez se parece más a esas grandes ciudades donde el crimen y los asaltos son cosa de todos los días, ciudad donde el sicariato ya echó raíces con modos de asesinatos vistos antaño únicamente en la televisión o el cine.

El “loco bomba” como que mueve a todas estas reflexiones, más si sabemos que en su pueblo natal fue enterrado en olor a multitud. Ironías de la vida. La fama que tanto anheló, la consiguió post mortem. ¿No será que Lima, la gran ciudad, esté generando más “locos bomba”, tipos que pierden toda frontera entre realidad y fantasía? Quizás dentro de muy poco tiempo nuestra ciudad tenga su propio “serial killer”. Realidad y ficción no se encuentran tan divorciadas como parece.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, October 26, 2010

PROTESTAS EN FRANCIA

Las crisis económicas y financieras traen secuelas desagradables en el plano laboral y pensionario. La pita se rompe por el lado más débil que, por lo general, son los trabajadores.

Ha sucedido en España con la flexibilización laboral del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, medida impopular que posiblemente le haga perder el poder al PSOE. Ahora Sarkozy en Francia pretende aumentar la edad mínima de la jubilación de 60 a 62 años, a fin de no recargar demasiado el sistema pensionario con trabajadores pasivos, lo que significa un gasto adicional al Estado, originando una serie de paros y huelgas, protestas a las que se sumaron los estudiantes.

Visto a la distancia puede parecer exagerada la reacción de los trabajadores. Dos años más para jubilarse no son muchos, aparte que la esperanza de vida aumentó notablemente en Europa y las posibilidades que un hombre o mujer se encuentre en sus facultades físicas o mentales en la senectud son mayores que hace cincuenta años atrás, por lo que la edad para pasar al retiro debería ampliarse.

Pero en las protestas no entran tanto criterios cronológicos o científicos, sino políticos y gremiales. En el caso de Francia existe una lucha política entre los socialistas coaligados con los sindicatos y la derecha representada en Sarkozy. Tal como están las cosas posiblemente ganen los socialistas en este “pulseo” en torno a la jubilación, quitándole al presidente francés una de sus más caras banderas: la reforma pensionaria.

Más allá de las escaramuzas políticas está en juego la supervivencia del sistema económico. Y la verdad que este ha quedado muy maltrecho luego de la crisis financiera del 2008. Los gobiernos han intervenido poniendo dinero para el gasto (estímulo fiscal) y reducido las tasas de interés. Como la economía no da signos de recuperación, ahora están en una guerra de tipos de cambio: deprecio mi moneda y aprecio la tuya para que mis mercancías puedan ingresar más barato a tú país. Esto a su vez puede traer como consecuencia una guerra comercial y proteccionismo, que haría naufragar cualquier intento de recuperación del sistema.

Por eso, descartando los “pulseos políticos” por ganar el poder, lo irónico que podría sucederles a los socialistas de regreso al Palacio del Eliseo, sería tener que tomar las mismas medidas que hicieron impopular a su homólogo Rodríguez Zapatero en España, y terminen siendo abucheados como este. Porque los “tiempos están revueltos” y en política nadie sabe para quién trabaja.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, October 13, 2010

PASADA LA RESACA DEL TRIUNFO

Pasada la resaca del triunfo y con el ánimo más sereno, la futura alcaldesa deberá evaluar las alianzas políticas que establezca dentro del municipio.
Vistos los resultados electorales, quizás se hace necesaria una suerte de “cohabitación” entre la izquierda moderada y la centro derecha. La idea no es nueva en Europa, aunque aquí puede sornar a herejía pura. Pero que será necesario lograr acuerdos y consensos con la oposición lo va a requerir, más tomando en cuenta que su adversaria tiene la otra mitad de votos que representan la voluntad de los limeños; salvo que Villarán quiera encapsularse en el “ghetto” izquierdista, lo cual dudamos dado el carácter y temperamento de la lideresa de Fuerza Social. Con humildad debe ver que no tiene ni un solo alcalde distrital en el inmenso y complejo mosaico de Lima metropolitana.
Otra responsabilidad que recae sobre sus hombros es el intento de unión de las distintas y tantas veces fragmentada izquierda que sobrevivió a la marejada post muro de Berlín y post Sendero Luminoso. Intento mucho más difícil y problemático que la posible cohabitación con la derecha, donde el propio Alfonso Barrantes fracasó en la década del ochenta. Cómo unir a tendencias tan distintas y variopintas en torno a un único liderazgo y proyecto es tarea de titanes de dudoso pronóstico.
Asimismo, el reto de las elecciones generales de Abril de 2011. ¿Lanzar sin alianzas FS para las presidenciales y el Congreso o hacer alianzas, y de hacerlas, con quién? ¿Humala, el padre Arana? Y responder con toda sinceridad a la pregunta ¿cómo trasformar ese cariño y simpatía volcado hacia Susana Villarán en una voluntad orgánica partidaria? O dicho con otras palabras: ¿cómo producir la alquimia del “estado gaseoso” generado en torno a su persona en el “estado sólido” de una institución partidaria?
Más allá de las especulaciones políticas, quizás lo más sensato sea hacer una buena gestión municipal donde se imponga un pragmatismo político que le permita sumar fuerzas y réditos de cara a la comunidad. Una ciudad para todos con problemas urgentes que resolver, a lo que también se debe añadir un “posicionamiento” de Lima como megalópolis mundial, tarea que igualmente compete al alcalde metropolitano. Ojalá que la futura burgomaestre esté a la talla de los enormes retos que se le presentan.
Pos data: El tan inesperado como merecido Nóbel a Mario Vargas Llosa. No solo por la enorme obra donde hay de todo, sino por su actitud ética y compromiso con el tiempo que le tocó vivir. Quien escribe estas líneas lo leyó de joven y le debe mucho de ese comportamiento. Felicitaciones de todo corazón desde la aldea virtual.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, October 06, 2010

EL “FENÓMENO VILLARÁN” Y EL FUTURO DE LA IZQUIERDA

El triunfo de Susana Villarán a la alcaldía de Lima reedita en magnitud uno similar cuando en 1983 el desaparecido Alfonso Barrantes Lingán consiguió para Izquierda Unida la principal metrópoli del país. Algo de ese sabor a triunfo se está viviendo en los predios izquierdistas, luego de un largo y amargo deambular por el desierto político.

Las condiciones, situación internacional y perfil de candidatos, hace que la llegada a la alcaldía capitalina sea muy distinta a lo acaecido 27 años atrás. En aquella oportunidad se produjo el mayor acercamiento que pudo tener la izquierda al poder real y daba la sensación que la presidencia de la república se tocaba con las yemas de los dedos. Mucha agua ha corrido debajo del puente en todo este tiempo.

En principio, no podemos hablar de una recomposición de la izquierda peruana luego de la diáspora post muro de Berlín y post Sendero Luminoso. No se trata de un triunfo orgánico de una sólida organización partidaria como lo sería en Chile el PS o en Brasil el PT, sino de una lideresa bastante carismática que ha podido arrastrar los votos de independientes y de aquellos que se decepcionaron de su candidato original o este fue sacado de la competencia.

Es decir ha vuelto a ganar el caudillo antes que el partido, síntoma indicador que los partidos políticos como tales siguen careciendo de legitimidad ante la sociedad y atraviesan una crisis que ya parece crónica. En consecuencia, el triunfo de Villarán tampoco significa un “resurgimiento” de la izquierda. Para ello basta constatar que en ningún distrito ha ganado su partido, Fuerza Social, hecho que sí ocurrió con el triunfo del “tío Frejolito” dos décadas atrás, donde IU ganó varios distritos capitalinos.

También se debe tomar en cuenta que el triunfo de Villarán fue coyuntural. Se debió a la salida de la lid electoral de Alex Kouri. De no haberse producido la tacha, Susana Villarán sería uno más de los candidatos “pitufos” que no pasaban del 5% de preferencias electorales. Digamos que “los dioses la favorecieron”, para ponerlo en un sentido trágico griego.

¿Qué tiene la izquierda de acá al futuro mediato? Más allá de la ebriedad del triunfo, lo más sensato es que haga un buen gobierno municipal. Creer que puede tentar con posibilidades la presidencia el 2011 o conseguir una mayoría relativa en el Congreso es soñar despierto. La candidata Villarán ha demostrado carisma, fuerza y tenacidad; ahora la alcaldesa Villarán deberá demostrar buen desempeño municipal, y deberá demostrar también que se puede gobernar el municipio con transparencia y comunicación, algo que a su antecesor le faltó.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, September 28, 2010

VENEZUELA OTRA VEZ

Fujimori comenzó en los noventa una saga de presidentes elegidos democráticamente que, una vez en el poder, vacían las instituciones democráticas, establecen alianzas de facto, logran una amplia clientela política, modifican la constitución para reelegirse indefinidamente y se convierten en presidentes- caudillos con ínfulas de perpetuarse indefinidamente en el poder. Es lo que ha venido en denominarse “el cesarismo democrático”.

Luego “la receta” la han continuado presidentes “de izquierda”. Chávez el primero de ellos, con una continuidad por más de diez años en la presidencia venezolana.

Las recientes elecciones legislativas marcan la entrada de la oposición en la escena oficial parlamentaria. Más allá de las acusaciones de fraude o de manipulación de votos, la oposición ha obtenido algo más de un tercio de escaños, lo cual no es poco si consideramos la maquinaria política-electoral montada por el gobierno.

Es cierto que gran parte de culpa del “fenómeno Chávez” lo tienen los llamados “partidos tradicionales” que cayeron en el desprestigio y falta de legitimidad ante los electores, similar a lo sucedido en nuestro país. Pero, en lo personal, creo que la oposición jamás debió retirarse del parlamento. Lo pagó caro, dejando que el oficialismo haga de las suyas a diestra y siniestra. Han sentido “la pegada” y este tercio puede ser el inicio de una oposición que le haga frente al autócrata en su propio terreno.

Si de algo sirven las experiencias históricas, recuerden que la oposición contra Fujimori en el Perú de los noventa jamás abandonó la escena oficial, a pesar que era minoría. Eso sirvió para concentrar fuerzas, actuando en coordinación con la sociedad civil.

Vamos a ver como juegan sus alternativas, oficialismo y oposición. La oposición tendrá que ser hábil y unida, actuando de consuno con las organizaciones civiles. Pueden jaquear al autócrata.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, September 22, 2010

QUIÉN TOMA MÁS QUE YO

La noticia como que pasó más o menos desapercibida. La Municipalidad de un perdido distrito en la Región Huánuco (distrito de Chacabamba) convocó al singular concurso “Quién toma más que yo”. El premio era de ciento cincuenta nuevos soles. Al ser la competencia de “resistencia”, naturalmente ganaba quién quedaba “en pie” luego de ingerir litros y litros de aguardiente. Tras vencer a sus nueve contrincantes, Hernando Lorenzo, de 50 años, fue el ganador del concurso. Contento se llevó los ciento cincuenta nuevos soles del premio, pero la alegría le duró poco dado que a los pocos minutos de llegar a su caso falleció intoxicado.

Puede parecer anecdótica y hasta folclórica, pero refleja un hecho evidente: el exceso de consumo de alcohol entre la población peruana, sin importar los estratos sociales o región, o si es de la ciudad o el campo, cosa que debería preocupar al estado dada la cantidad de horas-hombre que se pierde por el excesivo consumo de bebidas alcohólicas. Y, no se crea que lo de tomar en exceso es exclusividad del género masculino. El consumo de alcohol entre las mujeres también está aumentando enormemente. Antes bebían a escondidas, en reuniones entre amigas, ahora lo hacen en lugares públicos.

Volviendo a la noticia que dio pie a este comentario, las autoridades de Chacabamba han tomado “cartas en el asunto”, más por salvar responsabilidades que por otra cosa, pero el problema seguirá latente, con o sin concursos.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Wednesday, September 15, 2010

ELECCION POLÍTICA Y CLASE SOCIAL

El tema viene a cuento por la enorme aprobación en los sectores A y B de Susana Villarán, la candidata de la izquierda que se presenta para la alcaldía de Lima; mientras su rival, Lourdes Flores, de centro derecha, tiene una aprobación mayoritaria en los sectores C, D y E.
Si lo miramos racionalmente, parece una incongruencia. Se supone que la candidata de la izquierda debería tener su “núcleo duro” en los sectores populares, mientras que la candidata de la centro derecha debería tener la aceptación mayor en los sectores pudientes.

Las decisiones políticas de clase no son reflejo mecánico directo de la situación socio-económica de estas. Creo que tampoco cabe como explicación la supuesta “degeneración de clase” como se ha especulado por allí o la de “suicidio masivo” de una clase social que ya perdió el rumbo y las ganas de vivir. No me parece que las explicaciones pesimistas den una respuesta adecuada al tema.1

Hugo Neira en su estimulante libro “Las independencias” trata de explicar las razones que impulsaron a los libertadores a la titánica tarea de romper con el imperio español, dejar de ser colonia y pasar al estatus de nación soberana. Por extracción social, los libertadores procedían de los sectores pudientes del imperio y se beneficiaban de este. Por lógica debieron continuar con los privilegios que su condición de clase les otorgaba. Sin embargo, no lo hicieron. Ellos rompieron con sus privilegios clasistas. Fueron los revolucionarios de su época. Salvando las distancias, sus ideas a inicios del siglo XIX fueron tan radicales como las de Abimael Guzmán a fines del XX.

No, la clase social no condiciona la decisión política.

Volviendo al “fenómeno Villarán”, creo que una explicación más cabal se encuentra relacionada con aquello definido por la popular “China Tudela” como “GCU”. “Gente como uno”. Susana María del Carmen Villarán de la Puente, ex alumna del Colegio Sagrado Corazón y candidata de la “izquierda moderada” proviene de una de las familias de mayor linaje y rancia aristocracia limeña. Es “gente decente” como dirían nuestros abuelos, dándole al término ese significado social y de clase utilizado antaño.
En consecuencia, no me parece que la tesis “catastrofista” o la del “suicidio masivo de clase” den una explicación cabal del porqué los sectores socio-económicos A y B voten por una candidatura de la izquierda. Creo que en el presente caso cuenta más la parte afectiva, emocional del asunto, que explicaciones racionales o que pretenden traspolar el origen de clase para determinar la opción política.2

La “GCU” significa un segmento social libre de “cholerías” (tal como esta clase mira a las que están debajo de ella), hecho que por extracción Lourdes Flores no representa. También significa no haber servido (profesionalmente) a tipos impresentables como Cataño, aunque la razón sea ganar algunos miles de dólares más.3 Por otra parte, a los sectores C, D y E no les importa mucho que haya asesorado a un presunto narcotraficante. Es más, lo ven como mérito de mujer emprendedora. Su moral es muy distinta y cuándo se vive en franca sobrevivencia, importa más la parte pragmática o utilitaria, y muy poco de dónde proviene el dinero para “parar la olla”.

En el mejor de los casos la popular Lulú representa a la típica “arribista”, mientras Susan darling “está allí”, sin necesidad de haber luchado por conseguir el sitio social que ocupa, dado que le vino de cuna. También cuenta mucho para la elección de la Villarán que, aparte de ser mucho más carismática que su oponente, representa un “rostro nuevo” en la política.4
Y tengamos presente también esa idea colonial supérstite de clase, entendida más como casta procedente del nacimiento, que méritos personales o profesionales propios para llegar a una posición determinada dentro de la sociedad o la política, méritos que puede exhibir muy bien la candidata Flores, pero que para efectos del “privilegio clasista” no cuenta mucho (se puede resumir en la despectiva frase “naciste cholo y cholo te quedas”).

En fin, creo que la explicación de las opciones tiene más un componente afectivo o “emocional de clase” que hace reconocer como un igual, sin importar mucho el lado programático (propuestas de gobierno) o la opción política de la candidata. Y, lo que si podemos arriesgar a aseverar es que gane cualquiera de ellas está condenada a hacer una buena gestión, tanto la que se juega su futuro político luego de varias derrotas electorales sucesivas, como aquella que volvería a reeditar un gobierno izquierdista en la principal alcaldía del país luego de más de 25 años de ausencia.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es


1. Más bien estas interpretaciones obedecen a una no muy velada crítica de “la inteligencia” (bueno, es un decir) conservadora, cuya subjetividad de identificación de clase es trasladada a una aparente situación objetiva de desastre (“degeneración de clase dirigente”, “suicidio de clase”, etc.). Posteriormente se ha querido buscar una “explicación” bastante forzada para lo sucedido en “el efecto Bayly”, interpretado como una suerte de “titiritero electoral” que puede colocar y descolocar candidatos a su antojo y gusto.
2. Si efectuamos esa operación mecánica no podríamos explicar, por ejemplo, el origen de “los caviares” en el Perú, es decir de aquellos que perteneciendo por extracción a los sectores socio-económicos A y B, optaron en su juventud por abrazar una política y acción de izquierda marxista.
3. En todo caso una persona de la calidad profesional de Lourdes Flores sería contratada por estos sectores para algún asunto jurídico, pero sin pertenecer a ellos. Sería algo así –sin ser despectivos- como “su empleada”.
4. Y tengamos presente también que la gran oportunidad de Susana Villarán surge una vez despejada la alternativa entre elegir a un candidato –Kouri- relacionado con el fujimontesinismo y cuyas obras, como el peaje en la Avenida Faucett, son francamente cuestionadas, versus una candidata considerada como “el mal menor”, Lourdes Flores, representante de lo que ha venido en llamarse “la derecha democrática”.

Tuesday, September 07, 2010

POR QUÉ LAS PAREJAS HOMOSEXUALES QUIEREN CASARSE Y TENER HIJOS, Y LAS PAREJAS HETEROSEXUALES NO

Es una pregunta que obedece a líneas de comportamiento que se están presentando en Occidente: las parejas gay o lesbianas son las que más luchan por el derecho al matrimonio y a tener hijos; mientras que las heterosexuales retardan la unión o en algunos casos ni siquiera se unen y menos piensan tener hijos1.

Qué es lo que ha sucedido en el mundo y en especial dentro de la institución de la familia en los últimos treinta años.

La familia, tal como la entendemos, es un producto humano creado para protegerse el hombre en un núcleo básico y unidad económica esencial que le proporcione soporte material (económico) y ayuda mutua. Por eso hasta hace poco las familias eran numerosas. Ello permitía el apoyo entre los miembros del grupo familiar, dividiéndose las tareas o funciones a realizar2. Es allí donde el hombre realiza las funciones de “proporcionador de alimentos”3 sea por medio de la caza o la pesca, mientras la mujer realiza las labores de cuidado de los hijos y administración del hogar (división del trabajo); siendo necesaria la mayor cantidad de hijos como “mano de obra” útil para las tareas dentro de la familia4. Aparte que la tasa de mortalidad infantil era bastante elevada y lo más probable fuese que la mitad o la tercera parte de la prole murieran de alguna enfermedad o accidente antes de llegar a la pubertad.

Pero, con el avance del capitalismo, la revolución industrial, la concentración de la población en las ciudades, la baja en la mortandad infantil, el avance tecnológico y el reconocimiento de igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, propició que ese esquema “pre-capitalista” de la familia dejara de tener sentido. Ya no se hacía necesario tener demasiados hijos, aparte que las condiciones en las urbes lo impiden por el espacio físico disponible, al margen de la inviabilidad del sostenimiento económico de una prole numerosa dado que en las ciudades todo lo necesario para el hogar debe adquirirse fuera de este (a diferencia del campo, donde funciona una economía más o menos autosostenible de la familia). Todos esos factores llevaron a que disminuyera la cantidad de hijos por familia y en algunos casos incluso optaran por no tener hijos5.

La prole como elemento económico de ayuda en la familia dejó de tener sentido e incluso la idea de matrimonio como forma de unir fuerzas una pareja heterosexual para un fin común, también. ¿Qué sentido tiene mancomunar esfuerzos, si solo se puede afrontar económicamente las vicisitudes de la vida?6

¿Qué pasa en cambio con las parejas homosexuales? ¿Por qué reclaman el derecho al matrimonio y a tener hijos? Más allá de los criterios morales y prejuicios que se puedan tener a favor o en contra, vamos a intentar una explicación racional. Creo que se debe en primer lugar a la necesidad de igualar derechos con las parejas heterosexuales. Se aplica el principio jurídico de “igual razón, igual derecho”7. Si las parejas heterosexuales pueden casarse y tener hijos, porqué no las homosexuales. La igualdad de los derechos juega un rol importante en esta lucha por el reconocimiento al derecho al matrimonio y a tener hijos sea por adopción o por alguna técnica de fecundación en el caso de las mujeres. Pero creo que en las consideraciones también juega un componente afectivo y de seguridad que trae el matrimonio.

Recordemos que el matrimonio fue otra invención humana, mediante la cual se “legalizaba” la unión de una pareja (en el entendido de las uniones monogámicas). Entre otras cosas era (y es) un “contrato de seguro”. Es decir permite al lado más débil en la relación (casi siempre la mujer) “asegurarse ciertos derechos” que no serían reconocidos en una unión extramatrimonial. Tengamos presente que el matrimonio (religioso primero y luego el civil) conlleva hasta el presente un reconocimiento social (de los demás miembros de la comunidad). Daba cierto estatus ser “la esposa de” antes que “la conviviente de”, aparte de ciertos derechos como heredar al cónyuge, una pensión de viudez, tener acceso a su seguro social, recibir una pensión de alimentos en caso de separación, etc.8

Algo de eso creo que existe en la lucha de las parejas homosexuales por el reconocimiento del llamado “matrimonio gay”. No es solo el reconocimiento al derecho a la igualdad con las parejas heterosexuales, sino también esta idea del matrimonio como “contrato de seguro” y la familia entendida como protección de una minoría frente a una mayoría hetero que muchas veces se comporta de manera hostil y prejuiciosa con el diferente. La familia como unidad de apoyo en la cual puedes confiar para la protección y seguridad.9

Es una idea (y una línea) que merece más investigación; pero lo cierto es que incuestionablemente la familia –como la entendían nuestros padres- está cambiando radicalmente y que tarde o temprano –quizás más temprano que tarde- debamos reconocer legalmente y ver con total naturalidad y sin prejuicio alguno que nuestros vecinos son un matrimonio homosexual con hijos adoptados. Es parte del cambio cultural y civilizatorio que estamos viviendo de manera irreversible.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es


1. No estamos generalizando, no se vaya a creer que es una regla aplicable a todos los casos.
2. No menciono el lado afectivo del tema, ni tampoco el idealismo que se formó en Occidente en torno al amor y su desenlace en el matrimonio.
3. No es casual que mayormente sean los hombres los demandados por alimentos en un juicio. Todavía existe esa idea del varón como “dador” de los recursos económicos para el sostenimiento del hogar.
4. El mandato bíblico de “crecer y multiplicaos” obedece a esa lógica.
5. Es muy cierto lo que dijo el Dr. Enrique Ghersi en una conferencia: la seguridad social (pensión de jubilación, seguro de salud y contra accidentes de trabajo), es decir la red de protección al trabajador, permitió prescindir de la idea del sostenimiento de los hijos hacia los padres en la vejez o si estos se accidentaban, idea enraizada desde tiempos milenarios. Todo lo cubre el Estado o los sistemas de protección social. Claro, hay que tomar la idea con matices en países como el nuestro donde aún prevalece la idea de familia tradicional y la mayoría de personas todavía no cuenta con un seguro social y consiguientemente persiste la idea del hijo como “mantenedor” de los padres en la vejez, concepto que incluso se encuentra consagrado en nuestra legislación familiar.
Igualmente se debe tomar con matices la idea de “pequeña familia urbana”, practicada sobretodo en los sectores medios o altos, dado que por factores culturales (machismo, ausencia de planificación y de paternidad responsable) en los sectores populares urbanos todavía abundan las familias numerosas, generalmente con el padre ausente y la madre fungiendo en ambos roles.
6. Ello ha dado lugar también a una nueva forma matrimonial: el living apart together. El LAT –por sus siglas en inglés- permite que la pareja heterosexual legalmente casada no conviva (elemento básico del matrimonio tradicional), sino que cada uno tenga su hogar o domicilio de residencia.
7. El mismo principio se aplicó a inicios del siglo XX para el reconocimiento de derechos en la mujer que se encontraba en una situación de minusvalía jurídica similar a la que afrontan en el tiempo presente las parejas homosexuales.
8. El reconocimiento jurídico de las uniones de hecho en nuestro país es relativamente reciente.
9. Y porqué no, hasta de estatus social frente a terceros. Recordemos que el matrimonio siempre ha “dignificado” ante los demás la unión estable de una pareja.

Tuesday, August 31, 2010

SOBRE EL REQUISITO DEL DOMICILIO PARA POSTULAR A UN CARGO POR ELECCIÓN POPULAR

Antes de desarrollar la idea debo aclarar, como otros que también han escrito sobre el tema, que no tengo el mínimo interés en defender a ningún candidato tachado por la causal de falta de domicilio. Es más, no pensaba votar por ninguno de ellos.

El requisito del domicilio era y es un requisito previsto en razón a dos supuestos: un vecino debería conocer –por lo menos en teoría- mucho mejor la realidad y necesidades de la circunscripción a la que postula que un no vecino. El segundo supuesto es que ese vecino-candidato debe ser conocido también por los vecinos-electores: su trayectoria profesional o de servicio, lo que hizo o no hizo por el distrito o la región, y hasta su vida personal (si es adicto a las drogas, si reconoció y cumple con los alimentos para sus hijos, si es un ebrio habitual, si tiene antecedentes penales, si tiene deudas, etc., etc.).

Visto así, parece tener sentido. Pero, como toda tesis, merece ser contrastada con la realidad. Veamos.

El domicilio parecía ser un formalismo que muchos candidatos en elecciones pasadas lo solucionaban designando uno ficticio en la circunscripción donde postulaban, así no conociesen el lugar “ni en pelea de perros”. Y, de haber alguna tacha contra el temerario candidato, inmediatamente se le tapaba la boca al “tachante” con el argumento del domicilio múltiple contemplado en el artículo 35 del Código Civil. Dura lex, sed lex.

Así, por ejemplo, gracias a la norma en mención cualquier persona puede tener un domicilio de residencia o morada (lugar donde habitualmente vive); otro laboral (su centro de trabajo); uno fiscal (donde tributa); de ser profesional independiente, uno donde atiende a sus clientes; y, de “yapa”, hasta un domicilio de enseñanza, si la persona ejerce también la docencia.

Como vemos, la propia ley permite la posibilidad de acreditar cualquier domicilio a fin de probar la residencia donde habitualmente se realiza alguna actividad u ocupación.

El actual colegiado del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en vez de tener un criterio laxo con el requisito del domicilio, como sucedió en el pasado, ha tenido un criterio riguroso por lo que entiende como “domicilio efectivo”, es decir donde se ha ejercido realmente alguna actividad u ocupación habitual en, por lo menos, los dos últimos años como ordena la ley electoral.

Es debido al actual criterio del JNE que surgió “el problema” para muchos candidatos que de repente en el pasado no habrían tenido tantos contratiempos a fin de acreditar el domicilio. El colegiado del JNE aplicó una interpretación restrictiva a lo ordenado por la ley, y no meramente formal como sucedió en procesos electorales anteriores.

Personalmente creo que “se ajusta a derecho” el criterio del JNE. Es polémico, pero ha rescatado el espíritu de la norma.

Sin embargo, me parece que en vez de preguntarse si hacemos o no más exigente el requisito de obligatoriedad del domicilio, valdría la pena preguntarse si ese requisito sigue siendo útil.

Por ejemplo: ¿es viable que en un distrito tan populoso como San Juan de Lurigancho que sobrepasa holgadamente el millón de habitantes, todos los vecinos conozcan la trayectoria o lo que hizo o no hizo el vecino-candidato por su distrito?; o, peor aún, ¿el vecino-candidato conocerá mucho mejor las necesidades y realidad de su distrito por el solo hecho de residir en él? Obvio que no.

Invirtiendo la figura también podemos conjeturar lo siguiente: ¿un ciudadano no residente en un distrito, por ese solo hecho, estaría descalificado de conocer la realidad y las necesidades de una circunscripción distinta a la suya? La respuesta de nuevo es: no. Un “foráneo” puede conocer mucho mejor las necesidades de una zona determinada que un residente.

El hecho de domiciliar en un lugar no implica un conocimiento cabal de este, ni tampoco que todos los vecinos conocerán al candidato por la sola constatación de residir allí. Quizás fue cierto cuando las ciudades y regiones eran pequeñas, donde prácticamente todos los vecinos sabían la vida del otro, y la mayoría trabajaba y moría en su lugar de origen; pero ahora, con alta densidad demográfica, migración constante y sobredimensionamiento de las urbes, ese requisito legal quedó anacrónico.

Vayamos ahora al aspecto competitivo de la elección. Una elección, como su nombre lo dice, significa escoger entre dos o más candidatos o listas. La pregunta que cae por su propio peso es ¿no sería mayor el abanico de candidatos al permitir la competencia sin importar que vengan de otras circunscripciones? ¿Al final de cuentas no debería ser el propio pueblo quien debe elegir? No olvidemos que las elecciones tienen un apellido: “populares”, algo que muchas veces olvidamos enredados en tecnicismos jurídicos.

En esta época de información virtual, de grupos humanos trashumantes y complejas urbes, la idea del domicilio obligatorio es tan medioeval como la obligación de colegiarse los profesionales a fin de ejercer su actividad.1

En fin, esperemos que en un futuro próximo la obligatoriedad del domicilio sea derogada y dar paso así a un mayor espectro de candidatos, sin importar mucho dónde se encuentra ubicada su “residencia habitual”. Incluso, más allá de los usuales chauvinismos, se debería derogar también la obligación constitucional del origen de la nacionalidad (“ser peruano de nacimiento”) para el cargo de presidente de la república o congresista. Claro, eso ya es “herejía pura” que colisiona con el sentido tradicional del derecho como producto del Estado-Nación del siglo XIX. Contentémonos por el momento con ir derogando la “habitualidad del domicilio” para los cargos de alcalde o presidente regional que, de repente, un “no residente” hace mejor papel que un vecino local. No estaría demás ensayarlo.

1. Incluso, la idea de Alfredo Bullard en el sentido que los candidatos a alcaldes sean personas jurídicas no es tan descabellada como parece (posteriormente ha ampliado la tesis a la propia presidencia de la república). Se basaría en un compromiso de derechos y obligaciones tanto de la empresa que se haga cargo de la ciudad o de un distrito, como de los electores y, en caso de incumplimiento, la revocatoria sería una rescisión del contrato.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, August 24, 2010

CRISIS DEL DERECHO PENAL

A veces les hago una broma a mis alumnos de derecho, que algunos la toman como es, una broma, mientras otros –muy pocos en realidad- se la toman a pecho. Les digo que los alumnos inteligentes tienden a estudiar y a especializarse en el derecho civil, rama más compleja y que requiere de una serie de instrumentos y métodos para abordar los casos que se presentan; mientras los alumnos más obtusos –por no decir “brutos”- se “especializan” en el derecho penal que tiende a ser más literal y “codiguero” y, por ende, más fácil de abordar que la frondosa rama civil. Basta que consulten su Código Penal para encontrar la respuesta al caso entre manos. Incluso el letrado podrá pasar como “autoridad en la materia” –y se le reputará como un abogado versado en el tema- si repite de memoria, sin titubear, los artículos del Código Penal.

Así, para un futuro penalista bastará conocer si el hecho cometido por su cliente se encuentra tipificado como delito o no. Si es lo segundo, no hay problema. Pedirá su inmediata excarcelación y cobrará sus honorarios sin mucho esfuerzo. Pero, si es delito, y cumple con todos los requisitos para serlo, el trabajo del abogado penalista consistirá en enervar el valor de los medios probatorios que se presenten contra su patrocinado. A veces usando la ley rectamente, a veces de un modo no “muy santo”. Y, en el caso de ser condenado el pobre cliente –que a veces no es tan fatal para los intereses del letrado-, podrá solicitar, trascurrido un lapso de tiempo, los beneficios penitenciarios a su favor, beneficios que le permitirán purgar un mínimo de la pena impuesta, con mayor razón si el inculpado sobrepasa los setenta años –aunque delinca como uno de veinte-. En este caso, el letrado penalista –con un poco más de esfuerzo, valgan verdades- podrá cobrar honorarios más altos que por una simple diligencia, aparte de los cobros extras por “gastos del proceso”.

Precisamente uno de los aspectos más polémicos del derecho penal son los “beneficios penitenciarios”.

El fin es loable. De inspiración rousonniana, trata sobre la reeducación del sentenciado, mediante el trabajo o el estudio, a fin de reinsertarlo en la sociedad como “hombre bueno” luego de haber sido “corrompido” por la propia sociedad. Bajo esta inspiración idealista los centros penitenciarios serían una gran escuela de reeducación integral del ser humano. Se parte del supuesto que el hombre es bueno por naturaleza, solo que la sociedad lo corrompe; por tanto, la sociedad, bajo ciertas instituciones y condiciones, debería “redimirlo”. Pero, una pregunta básica sería si realmente las prisiones “reeducan” al condenado o no. No es necesario ser muy agudo en la observación para darse cuenta que las cárceles no cumplen esa función ni jamás la cumplieron.

Que yo sepa tampoco existen estudios empíricos que demuestren la “resocialización” del recluso una vez libre. No existen estadísticas sobre cómo le fue al ex recluso “resocializado” fuera de prisión. Pero, en este extremo, tampoco es necesario ser muy perspicaz para saber que a la mínima oportunidad volverá a sus antiguos hábitos. Supongo que los casos positivos deben ser poquísimos.

Otra pregunta que debe responderse sinceramente más allá de los buenos deseos o de lo “políticamente correcto” es si la “reeducación” permite el cambio de las personas. Existen sicólogos que ponen en duda esa afirmación. La verdad es bien difícil que el ser humano cambie, esté dentro o fuera de una cárcel. Se necesita una gran fuerza de voluntad, perseverancia y auténtico deseo interno de cambiar para lograr un resultado positivo. Aparte que las propias condiciones externas (por ejemplo, falta de oportunidades de trabajo para un ex recluso) juegan en contra de una resocialización como manda la ley. Por esas consideraciones, son muy pocos los que consiguen reinsertarse en la comunidad como “buenos ciudadanos”.

Sería necesario replantear ese modelo y subsumirlo al concepto de seguridad de la sociedad. Tan importante o más importante que “resocializar” a un sentenciado -y ya hemos visto como los trámites para aprovechar los beneficios penitenciarios son una mera formalidad- es la seguridad de la comunidad como un todo, algo que se tiende a olvidar en este debate. Debería debatirse seriamente la necesidad de aumentar las penas y eliminar los beneficios al mínimo, incluyendo el polémico tema de la pena de muerte, más allá de si es o no “constitucional”, o de las frases clichés que tienden a utilizarse para zanjar rápidamente un incómodo asunto.1 Debate que por cierto no debe ser monopolio exclusivo de abogados –casi siempre reducido a formalismos legales bastante manoseados - sino que debe ser de toda la sociedad y en especial de sicólogos, siquiatras, médicos, sociólogos, antropólogos, economistas y, a pesar de mi agnosticismo, hasta de eclesiásticos.

Algo similar sucede con la reparación civil que dictan los jueces, más simbólica que real, saludo a la bandera y síntoma que al estado –o por lo menos al órgano jurisdiccional- le importa poco el destino de la víctima. Ya no hablemos de las faltas, delitos menores que casi nunca son sancionados adecuadamente y son los que más abundan.

Creo que el nuevo Código Procesal Penal permite una acumulación de penas en caso de concurso de delitos. Ojalá, porque el actual sistema tiende a condenar el más grave y dejar de lado los otros. Sumen a eso los “beneficios penitenciarios” –conseguidos por lo general gracias a la contratación de un abogado que “mueva los papeles”- y se darán cuenta porqué los condenados por los delitos más horrendos o las estafas más famosas salen a los pocos años.

En fin, no es casualidad que tengamos un derecho penal “que da pena” y que hace mucho tiempo se encuentre en una crisis bastante profunda.2

1. Las sociedades ahora consideradas modelos del debido proceso y del garantismo integral a favor del reo, fueron las que aplicaron con mayor rigor las penas extremas –incluyendo la pena de muerte- a fin de detener la alta tasa de criminalidad y falta de ley que existía. Las penas draconianas obedecieron a la urgencia de castigar y sobretodo disuadir a otros de cometer similar delito. Fue muy posterior la creación del modelo de garantismo y de obediencia al debido proceso, modelo que nosotros hemos calcado al pie de la letra sin tomar en cuenta nuestra realidad.
2. Claro que la finalidad última de bajar la alta tasa de criminalidad no se remedia con solo penas draconianas. Las penas son solo parte de un “paquete” de reformas mucho mayor y complejo.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, August 17, 2010

A VEINTE AÑOS DEL FUJISHOCK

El 8 de Agosto de 1990 comenzó el proceso de cambio del modelo económico peruano, tan celebrado ahora, con el shock económico (conocido como “el fujishock”) a fin de detener la hiperinflación originada en el primer gobierno de Alan García. ¿Qué había pasado?

El primer gobierno de García se caracterizó, aparte de la desatada corrupción y desgobierno, en ser el peor administrador en el manejo económico: controló y subsidió precios, “congeló” el tipo de cambio y las tasas de interés, incautó los ahorros en moneda extranjera para subvencionar el tristemente célebre “dólar MUC” (medida que recientemente ha copiado Chávez), regaló créditos a tasas de interés cero y, lo peor de todo, para financiar la labor del estado y el pago de planillas (bastaba tener un carné del partido aprista para entrar al aparato del estado por lo que este engrosó sus filas desmesuradamente) ordenó emitir moneda inorgánica, sin el respaldo debido. Esa emisión de papel moneda inorgánico fue la marea que comenzó a hacer subir los precios1. En los primeros dos años es cierto que se vivió un falso bienestar, como el bienestar del drogo dependiente, que luego necesita más dosis de la droga para sentirse bien.

Un hecho crucial marcó el inicio del fin: el 28 de Julio de 1987 AGP pretende estatizar el sistema financiero. El mensaje presidencial de ese año anunció “la pelea” con los bancos que no apostaron por el país como él creía2. La estatización trajo una tenaz oposición de la derecha con el célebre escritor Mario Vargas Llosa a la cabeza, conformándose a nivel local el cimiento del pensamiento neoliberal y una “inteligencia” (bueno, es un decir) que tendría tanta presencia y poder en el Perú de los años noventa3.

Pero vayamos a los hechos de aquella época. La “pelea” con los bancos de Alan García trajo la necesidad de buscar mayor financiamiento en la emisión inorgánica4. Ya habíamos “roto palitos” con el satanizado Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. De los pocos que nos ayudaban en la banca extranjera estaba el Banco Interamericano de Desarrollo, dirigido por el uruguayo Enrique Iglesias, uno de los poquísimos que nos tendió la mano en aquellos cruciales años, cuando el Perú era considerado “un paria” internacional y nadie, absolutamente nadie, apostaba ni un sol por nosotros. Sin embargo no era suficiente, por lo que se requería mayor emisión inorgánica. De allí estábamos a un paso de la hiperinflación.

De 30% o 40%, niveles aunque peligrosos todavía “manejables”, pasamos a más de 100% y luego superamos largamente los cuatro dígitos. La inflación acumulada de aquella época pasó el millón por ciento. Ya habíamos ingresado al “selecto club” de los países con hiperinflación. El precio de un producto valía en la tarde más que en la mañana, las empleadas de los supermercados se pasaban la jornada de trabajo reetiquetando precios, los productos básicos se conseguían solo en el mercado negro, los servicios públicos no funcionaban (es cierta la anécdota que cuentan muchos que en aquella época se abría el grifo de agua y salía … excremento), el tipo de cambio subía minuto a minuto, nadie ahorraba en moneda nacional, todos preferían los dólares por lo que los intis que se tenían eran cambiados de inmediato al billete verde que era atesorado “debajo del colchón” (de allí comenzó el proceso de dolarización que duró cerca de veinte años), confirmando la famosa ley de Gresham: el dinero malo expulsa al bueno. Y como efecto colateral vimos desaparecer y aparecer tres monedas sucesivamente: el sol de oro, el inti, el inti millón y el nuevo sol.

Hacia los finales del primer gobierno de García daba la impresión que el país se desbarrancaba entre la hiperinflación, el terrorismo, la corrupción y el desgobierno. Muchos peruanos migraron al extranjero porque acá no había futuro. Tres millones de peruanos que viven fuera son testigos de ello. Por eso en el Perú de 1990 no había otro camino que detener “en seco” la hiperinflación, y para ello era necesario un “shock” económico, es decir subir drásticamente los precios de los productos básicos, dejar de subsidiarlos, “sincerar” los precios.

Dentro del plan de gobierno del Fredemo, liderado por Mario Vargas Llosa, estaba contemplado el “shock económico”5 a fin de detener la hiperinflación, decisión honesta y valiente pero que “asustó” a los electores (así como su medida de reducir el estado, recordemos que la gran mayoría vivía a expensas de este), que optaron por sufragar a favor del otro candidato: Alberto Fujimori6. El “chinito”, como ya se le decía, había prometido bajar la hiperinflación gradualmente, así que ante una promesa de bajarla en forma “suave” y otra de manera radical, los votantes optaron por la primera. Que haya sido solo una mentira más (característica de Fujimori como se demostraría en su gobierno) o no, lo cierto es que llegado al poder se dio cuenta que era imposible ese gradualismo y tomó la receta del Fredemo: el shock7.

El ajuste fue brutal. Fue una operación sin anestesia. El entonces primer ministro de aquellos años, Juan Carlos Hurtado Miller, terminó su discurso de disciplina fiscal con la célebre frase “que Dios nos ayude”.

Al día siguiente la gente estaba desorientada, como si hubiese recibido un mazazo en la cabeza y no pudiesen reaccionar adecuadamente. Los propios minoristas ya no sabían cuánto cobrar por una pasta de dientes o una bolsa de pan. Lo cierto es que la inflación bajó drásticamente. Estabilizados los precios relativos comenzó el proceso de reconversión económica: privatización de las empresas públicas, labor subsidiaria del estado, flexibilización laboral, rol preponderante del sector privado y de las fuerzas del mercado8.

Todo comenzó hace veinte años atrás y el mérito de los sucesivos gobiernos ha sido no cambiar las vigas maestras del modelo (con sus cosas buenas y sus cosas malas, ese es otro tema). El resto es historia conocida.

1. La irresponsabilidad demostrada en su primer gobierno y las secuelas nefastas vividas fueron causantes del gran rechazo que generó AGP en los años noventa y parte del 2000; y si ganó las elecciones del 2006 fue por ser considerado “el mal menor” frente a Ollanta Humala. No es casual tampoco que luego del desastre en el manejo económico de su primer mandato con el abuso de políticas heterodoxas, desenfreno en el gasto público y emisión inorgánica de papel moneda, haya experimentado una “conversión” al credo neoliberal, practicado con fruición en su segundo gobierno. Es la fe de los conversos.
2. La verdad que nunca apostaron por el país. No solo la banca nacional, como hemos sido testigos en la crisis financiera de 2008, en el propio Estados Unidos los bancos –causantes de la crisis- solo vieron y ven por el interés de sus dueños y gerentes.
3. Tras el fin del socialismo real, el “consenso de Washington” de finales de la década del ochenta fue la punta de lanza para la expansión del pensamiento neoliberal en América Latina. Sin embargo, tomó características propias en cada país. En el Perú el “detonante” para la expansión de las ideas sobre liberalismo económico fue el intento de expropiación de la banca por parte del gobierno aprista de ese entonces y el descalabro económico del primer gobierno de AGP. El desastre en que dejó al país –se dice que no había dinero ni para el pago de planillas, por lo que el presidente electo debió pedir un préstamo de emergencia a la banca extranjera solo para el pago de personal- facilitó la introducción de las reformas neoliberales a inicios de los noventa. Luego, con “el autogolpe” de 1992 cambió la correlación de fuerzas políticas y posibilitó la radicalización de estas reformas.
4. A lo cual ayudó un Congreso con mayoría aprista complaciente, un Ministerio de Economía -jefaturado por Luis Alva Castro- benévolo con los requerimientos del ejecutivo, y un Banco Central que no cuidó su autonomía y se dejó avasallar por los requerimientos del presidente.
5. La verdad que los economistas del Fredemo tenían razón en detener la hiperinflación “en seco”, no sólo porque no había recursos para seguir financiando los subsidios, sino también porque existía un componente sicológico que hacía imposible un gradualismo moderado: las expectativas de las personas siempre iban a estar por delante de cualquier intento de freno moderado al alza de precios.
6. Aquella campaña política conoció, quizás por primera vez en la historia reciente del Perú, lo que se conocería como “guerra sucia”: mentiras, engaños, tergiversaciones y difamaciones de todo calibre.
7. A poco de asumir el cargo de presidente, Fujimori hizo un periplo internacional, sobretodo para acercarse a la banca extranjera –en especial el FMI- dado que necesitaba recursos financieros de emergencia y el Perú se encontraba aislado y en malas relaciones con el sistema financiero internacional. Al parecer fue allí donde cambió de decisión a fin de detener la hiperinflación con un shock económico.
8. Faltó la “segunda ola” de reformas consistentes en la reforma del estado, paralizadas por el intento re-reeleccionista de Alberto Fujimori. Esa ambición desmesurada por el poder fue su tumba política.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Thursday, August 12, 2010

ARMANDO ROBLES GODOY, IN MEMORIAM

Reconozco que su faceta como cineasta fue lo que menos me interesó. A pesar que siempre era presentado como “el cineasta Armando Robles Godoy”, fue solo una arista más de su rica y compleja personalidad formada dentro de un humanismo más amplio que el celuloide.

Creo que ni él mismo se creía lo de cineasta como una forma de encasillarlo, a pesar que fue un pionero que hizo cine cuando en el Perú era un acto heroico, mucho más difícil que ahora. Sin premios, sin estímulos, sin personal técnico capacitado o actores propiamente cinematográficos (los que hacían películas provenían del teatro), hacer cine era como abrir trocha en la selva virgen, labor que por cierto también realizó Armando de joven, cuando fue pionero en la siembra de café en la selva.

Pero más que su faceta de escritor o cineasta, lo que me fascinaba de él era su capacidad de conversador nato. Conversación inteligente, culta, amena y provocadora. Son de antología sus debates con Marco Aurelio Denegri o Mariano Querol, otras aves raris de nuestra cultura. Esa versatilidad para conversar con gracia y solvencia sobre distintos temas era una de sus peculiares características. Y lo que reflejaban esas conversaciones era a un intelectual libre, sin prejuicios y sin compromiso con el poder ni los poderosos. Pertenecía a esa especie en extinción de hombres en libertad a los que nada de lo humano les es ajeno.

Descansa en paz Armando.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, August 10, 2010

LA FERIA DEL LIBRO 2010

La Feria del Libro se ha vuelto itinerante. No lo veo mal, es más debería cambiar de espacio físico cada año y el próximo estar de repente en alguno de los distritos de la nueva Lima: Los Olivos, Villa El Salvador o San Juan de Lurigancho. No hay razón para que la feria solo circule por los viejos distritos de la clase media.

Este año le dio albergue el antiguo Bosque de Matamula, hoy Parque de los Próceres, y la verdad la propuesta fue ingeniosa. “Haciendo de tripas, corazón” (muchos creyeron que ubicarla en ese lugar era condenarla a un estrepitoso fracaso) se hizo un bien de una necesidad, aprovechando el espacio para que la disposición de los stands fuera circular, en dos niveles, por lo que el público pudo caminar “dando vueltas” y revisitando los lugares otra vez por si se olvidó de algún libro, un poco a ritmo de procesión en algunos tramos dada la concurrencia del respetable, pero gratificante.

Por la demanda de libros, creo que esta vez la Feria “la rompió”. Hasta yo me animé y entre otros compré un libro de uno de mis escritores favoritos: Hugo Neyra, bajo el sello editorial de la Garcilaso. Se debe reconocer que esta universidad acercó el libro al público gracias a su política de precios cómodos y catálogo bastante variado de títulos, reflejando una labor sumamente activa en estos últimos años, hecho que no ocurre con otras editoriales universitarias, otrora bastante prolíficas y que ahora han caído en el marasmo. Como bien dice el maestro Luis Jaime Cisneros, la investigación y publicación es parte esencial de toda universidad. Y tiene razón.

Lamentablemente otros sellos editoriales o distribuidoras no han emulado el ejemplo de la Garcilaso y ofrecieron los libros a precios astronómicos. Por ejemplo, buscando libros de mi profesión (el derecho) no bajaba de cien nuevos soles el título y eso “con descuento de feria, señor”. Como si los abogados del Perú (su principal público objetivo) tuviesen el nivel de ingresos de sus pares en Norteamérica o Europa, y ganaran en dólares o euros. Hasta los libros de la Universidad Católica, antes accesibles en precio, en esta feria estaban por las nubes y, encima, con títulos agotados hace tiempo sin la necesaria reimpresión. Creo que el juicio con el Cardenal les ha afectado hasta el ingenio para publicar adecuadamente. Y faltó mayor presencia de otras editoriales jurídicas que este año no se han visto.

La que sí estuvo presente fue la literatura: novela, poesía, cuento. Somos un país de poetas y de narradores, y de los buenos, como bien lo reconocen muchos extranjeros. No solo los manoseados nombres de siempre, sino nuevos valores que se van abriendo espacio y reconocimiento. Hasta se apreció un stand de Ecuador, gesto que dice mucho del cambio de ánimo en las relaciones entre nuestros dos países. Literatura no faltó e, incluso, tuvimos una conferencia donde participó el hijo del gran Julio Ramón Ribeyro, contando anécdotas del padre escritor, aunque faltó un mejor entrevistador, “que le saque el jugo” al entrevistado.

También estuvo presente, como en anteriores ferias, la editorial del Congreso, que se podrá decir que sus libros tienen numerosas erratas y descuidos, pero existe un hecho incontrovertido: si no fuera por su labor editorial muchos libros de peruanos ilustres habrían caído en el olvido más clamoroso. El Congreso de la República se salva del infierno de los “otorongos” gracias a su fondo editorial. Con ese gesto ya reservó su cuota de cielo en la memoria de los peruanos; aunque debería animarse a otro gesto audaz: el inicio de las publicaciones electrónicas y de una biblioteca virtual como la del Congreso de los Estados Unidos. Recursos para hacerlo tiene, y pueden ser mejor aprovechados que en los inútiles gastos de ceremonias de imposición de medallitas y reparto de diplomas, del gasto en leyes creando el día del limón o de la papa a la huancaína, o de acusaciones constitucionales que al final siempre quedan en nada.

En mi crónica sobre la Feria del 2009 especulaba si pese a ese fervor por el libro no estábamos asistiendo al fin de una forma de verlo: de papel, tinta y tapas duras. Me ratifico en lo dicho hace un año atrás. Pese a la extraordinaria demanda de libros físicos, creo que estamos presenciando su extinción, su muerte lenta, el fin de toda una época y el nacimiento de otra: la del libro electrónico, visto en una computadora o un ipod, más aséptico, sin polillas que se coman el papel u hongos que ataquen sus hojas, pero tampoco sin la posibilidad de poderlos sentir y oler como les gusta tanto a los bibliófilos, en esa suerte de “amor carnal” hacia los libros. Será una nueva forma de leer y de aprehender, pero lectura al fin y al cabo, acto que nos hace más humanos.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es

Tuesday, August 03, 2010

GAS Y POLÍTICA

Existen temas sensibles que pueden ser materia de la agenda política, con mayor razón en coyunturas electorales. Uno de ellos es el gas.

El tema energético tiene como antecedente al petróleo en los años sesenta. El petróleo cubrió buena parte del debate político que propició un clima nacionalista que culminó en el golpe de estado del general Juan Velasco Alvarado en 1968. No fue casual que uno de los primeros actos del flamante gobierno militar fuese la intervención en las instalaciones de la International Petroleum Company, la tristemente célebre IPC, en gesto por cierto bastante teatral (numerosos camiones portatropas a fin de “tomar” unas instalaciones bastante desguarnecidas).

Ya no hablemos del reformista primer Belaunde que fue ungido y luego defenestrado por el petróleo. En su campaña de 1962 prometió resolver el tema de la IPC en noventa días (hecho que no sucedió) y salió de Palacio de gobierno una fría madrugada, cinco años después, sumido en el escándalo de la página once.

No podemos soslayar que el petróleo antes y el gas ahora son un tema político más allá de las exquisiteces técnicas de si existen o no suficientes reservas para satisfacer la demanda interna a largo plazo.
Precisamente el último paro regional en el sur colocó en la agenda el tema del gas, de cara este año a las elecciones regionales y el próximo a las generales, donde el tema tendrá un sesgo marcadamente nacionalista que hará reaccionar a los demás partidos.

En un primer momento el oficialismo no reaccionó políticamente, quedando arrinconado con el argumento de “la santidad de los contratos”, obligándolo posteriormente a “renegociar” con las trasnacionales los términos contractuales pactados, antes que la oposición nacionalista tome control del tema.
A diferencia del petróleo en los sesenta donde se reclamaba la propiedad para los peruanos de los recursos naturales, el gas tiene una naturaleza bastante técnica que gira en torno a la existencia o no de la suficiente cantidad de reservas que satisfagan la demanda interna en los próximos treinta a cuarenta años. Para el gobierno aprista sí existirían, aunque sus argumentos son medio enrevesados de entender para el común de las personas; en cambio analistas de la oposición (incluyendo ingenieros calificados en el tema) sostienen que no alcanzaría para nosotros si comenzamos a exportar, y a la larga tendríamos que importar gas o petróleo a precio más caro.

Las regalías es otro tema de discusión. No solo el monto desigual que pagan las empresas dependiendo si el gas se exporta o se usa para consumo interno, sino la forma de distribución y si realmente el esquema distributivo está beneficiando a las regiones y poblados cercanos a los yacimientos.

Existen otros problemas adicionales de naturaleza legal-contractual: los porcentajes de gas para uso interno y para la exportación, el precio irrisorio de exportación del gas peruano versus el precio más caro para el mercado interno, la existencia de reservas probadas y probables, y el beneficio directo que debe traer para la región donde se encuentran ubicados los yacimientos. A ello se debe sumar la probable venta de gas a Chile, tema todavía “tabú” en la relación con nuestro vecino.

Precisamente existen yacimientos como los encontrados por la Schell en los años ochenta que son exportados a precio irrisorio (porque ya no requieren exploración) y que no serán utilizados exclusivamente para la demanda interna. Son los lotes 88 y 56, los famosos “regalos de Dios” que nos hizo la Schell al no tener interés en los noventa para su explotación, revirtiendo al estado que los volvió a concesionar. La pregunta obvia es por qué no se queda íntegramente ese gas barato en el país. La respuesta no está tanto en el presente gobierno “entreguista” del Apra que solo ha continuado con la política trazada y la ejecución de los contratos ya celebrados, sino en el gobierno de Toledo que cambió las reglas de juego a favor de las trasnacionales, algo que “el sano y sagrado” olvida mencionar en su “rentrée” político.

Por eso el tema del gas tiene un insoslayable lado político, más allá de las sumas y restas que realicen los actores en juego.
Son aspectos que deben ser despejados en el necesario debate que se avecina, debate que no debe quedar sujeto solo a criterios técnicos para “entendidos”, sino que se debe incluir en la agenda política, donde uno de los ejes temáticos debe ser que el país cuente para el desarrollo con la necesaria energía barata disponible a largo plazo, así como que las regiones del sur se beneficien directamente con el gas para dar “el salto” al desarrollo y modernidad.

Todo un reto que va más allá de los chauvinismos patrioteros.
Eduardo Jiménez J.
ejjlaw@yahoo.es