Tuesday, February 24, 2015

LA TV BASURA

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

Se ha programado una marcha contra la “televisión basura” para el viernes 27 de Febrero.

Pero, ¿qué se entiende por televisión basura?

Si bien no existe una definición única, podemos definir la tv basura como aquella que banaliza los contenidos o exacerba el morbo, con un elevado contenido sexual, sensacionalista, chismográfico, racista y/o de clase.

De allí que se pone énfasis en programas concurso tipo realities o aquellos que buscan la hilaridad en los rasgos étnicos o de clase de los protagonistas. También se encuentran los programas de noticias sensacionalistas, cuyo énfasis se encuentra puesto en lo gore (accidentes de tránsito, acuchillamientos), violaciones de menores de edad, o robos y asaltos a mano armada.

Característica de la tv basura, aparte de su evidente falta de creatividad e ingenio, es la centralidad. Se “mira el ombligo”. Por ejemplo, gran parte de las noticias sensacionalistas ocurren en la capital y en menor medida en ciudades de región. Las noticias de interés mundial ocupan un porcentaje muy ínfimo.

Otro de sus rasgos es lo efímero del contenido. Los protagonistas tienen su “cuarto de hora de fama”, pero al día siguiente ya son olvidados y reemplazados por otros. La tv basura no trasciende más allá del día.

Por otra parte, la tv basura no es exclusiva de un país, es más bien un fenómeno mundial; pero que tiene matices. En algunos países, como Perú, es predominante, en otros, mucho menos. (Por ejemplo, unos amigos míos extranjeros, se sorprendieron que en un canal de tv peruano se tratase con tantas horas y horas de programación y en distintos horarios, el affaire de la infidelidad de Florcita Polo, como si fuese una noticia de interés nacional).

Como ya han señalado los estudios sicológicos, el visionar únicamente tv basura produce individuos sin criterio, que tienden a ver programas de televisión como una vaca come el pasto. Las capacidades de análisis crítico y de abstracción de la persona quedan anuladas, lo que conlleva a su vez que no les interese realmente los temas importantes y que son gravitantes para su existencia en sociedad.

En otras palabras, el visionar exclusivamente tv basura produce la cosificación del ser humano. Por eso, los detractores de este tipo de televisión, señalan que la tv basura produce individuos conformistas con el sistema político imperante y por ello es una gran aliada de cualquier gobierno, sobretodo si son gobiernos mediocres, cleptocráticos o tiránicos.

Al ser adictiva la tv basura, el individuo querrá más y más de esta, creyendo que es lo único importante. En el proceso su mentalidad queda estancada en la de un niño. Se convierte en un Homero Simpson.

Todo parece indicar que en nuestro país la tv basura se afincó en los años noventa, en complicidad con el gobierno cleptocrático y autoritario de ese entonces. (Las razones de esa complicidad son obvias y fueron ampliamente difundidas en los llamados vladivideos). Pero con el regreso de la democracia las cosas no mejoraron, sino empeoraron.

Algunos sostienen que esto se debió a que los programas sensacionalistas son más baratos (a los participantes de un realitie no se les paga lo mismo que a una “estrella” conocida), no requieren demasiado ingenio en su preparación, casi siempre son copias de programas extranjeros y la rentabilidad es alta, por los auspiciadores que participan. Y, si bien se propuso la autorregulación de los contenidos por los propios canales de televisión, lo cierto es que no pasó de buenas intenciones (como tampoco los “semáforos” –calificaciones sancionatorias- de la ANDA, la asociación de anunciantes).

Los canales que propalan tv basura y sus acólitos seguidores esgrimen como argumento central de defensa que son mayoría los que siguen los contenidos basura; es lo que le gusta a la gente. Pero, como bien se ha señalado, con el mismo razonamiento su eslogan persuasivo podría ser consuma caca, cien millones de moscas la recomiendan.

No obstante ello, la sugerencia cínica y harto manoseada de los defensores de la tv basura (“apaguen su televisor o cambien de canal si no les gusta”), parece convertirse en profecía autocumplida. Al bajar los costos de conexión de la tv por cable o la satelital, así como del internet, está permitiendo que los ratings (sintonía) de los programas de la tv basura difundidos por señal abierta, sea cada vez menor. Salvo excepciones escasísimas, ahora es imposible que un programa de tv basura supere los 40 o 50 puntos de rating como antaño. En otras palabras, muchas personas han hecho caso a la sugerencia de los defensores de este tipo de televisión y cada vez optan por visionarla menos.

A ello se debe añadir que dentro de pocos años, a raíz del apagón analógico (programado para el año 2020), con el incremento de contenidos en HD, el panorama de la tv de señal abierta puede cambiar dramáticamente. Actualmente ya se vislumbra en algo, con los contenidos de ciertos canales digitales.

No sería extraño entonces que, frente al cada vez menor rating que se evidencia en varios programas de la tv basura, se incremente más el morbo, el contenido sexista o la chismografía, sensacionalismo e intrascendencia a fin de no perder sintonía y auspiciadores. (Imaginamos que para aumentar el rating, al reciente concurso de traseros de un programa de la tv basura, seguirá pronto un concurso de vaginas o de penes).


Por ello es meritorio que un grupo de ciudadanos, como parte integrante de la sociedad civil, dejen escuchar su voz de protesta. Eso refleja que no se encuentran cosificados, sino que siguen siendo ciudadanos. Enhorabuena.


Monday, February 16, 2015

EL DILEMA DE GRECIA (Y DE EUROPA)

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

El triunfo en las urnas de la coalición de extrema izquierda Syriza y la designación como primer ministro de Alexis Tsipras y, como ministro de finanzas, el heterodoxo Yanis Varufakis (quien no cree mucho en los términos de intercambio que hasta la fecha se han producido entre Europa y Grecia), conlleva un dilema no solo para Grecia, sino para la continuidad de la Unión Europea.

A grosso modo la crisis griega se origina por una abultada deuda pública externa que llega casi a duplicar su PBI, la que se agravó con la crisis europea de los “bonos basura” y la corrupción interna de las autoridades helenas de ese entonces (se ha llegado a especular que hasta “maquillaron cifras” con la complicidad de algunas conocidas calificadoras de riesgo para ingresar a la Unión Europea).

La “receta” para la crisis griega de la llamada “troika” liderada por Alemania (FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea) la conocemos bastante bien en la América Latina de los años ochenta: austeridad, austeridad y más austeridad, junto a la eliminación de programas sociales, a fin de “pagar la deuda”.

Como era de esperarse, la austeridad seguida de recortes presupuestales, produjo malestar social, expresado políticamente en la ascensión al poder por primera vez de la coalición  de extrema izquierda Syriza, con un programa de gobierno que prioriza lo social y “negociar” el pago de la deuda externa.

A nivel económico el problema financiero pudo resolverse de conservar Grecia su autonomía monetaria: devaluaba el dracma, la moneda oficial, “licuaba” la deuda con una inflación interna e incentivaba las exportaciones a fin de tener “dinero fresco”. Pero, al ser parte de la Unión monetaria, ya no dispone de esas herramientas: no puede subir o bajar la tasa de redescuento (que la fija el BCE), emitir moneda o devaluar.

Y allí se nota también los límites de la unión monetaria. Es buena para aquellos países “solventes”, los que tienen el manejo del euro, como es Alemania; pero los países pequeños como Grecia se encuentran bastante limitados.

Políticamente el problema griego puede repercutir en otros países con problemas similares, donde el desempleo (sobretodo juvenil), el recorte del estándar de vida y de los programas sociales, podría volcar al electorado a opciones radicales, como Podemos en España. Lo que a su vez originaría el comienzo del fin del proyecto más ambicioso del siglo XX: la unión política, económica, monetaria y financiera de todo un continente.

El gobierno griego no tiene otra alternativa que cumplir con las promesas electorales, si no quiere tener una vida corta. Y, de ser necesario, salirse de la Unión Europea, para lo cual cuenta con el apoyo de los nacionalistas extremos, con los que hace mayoría en el Congreso.

Asimismo, al ser una coalición el partido de gobierno (Syriza es el acrónimo griego de Coalición de Izquierda Radical), no estará exento de conflictos entre los miembros sobre el nivel de velocidad de las reformas. Con un parlamento (el régimen político griego es el parlamentario) con notable presencia de marxistas de viejo cuño para los cuales la democracia no es un fin sino solo un medio (algo similar al pensamiento de la “izquierda legal” peruana a inicios de los años ochenta), es bastante probable que de no conseguir un acuerdo con la “troika”, se propongan “pisar el acelerador” para salir del corset europeo y plantear su propio camino, con resultados alarmantes para todo el continente.

Y de no hacer ello, se corre el riesgo que en las próximas elecciones lleguen por medio de las urnas los neonazis. De castaño a oscuro. (El grupo neonazi Amanecer dorado que promete “sacar a patadas de Grecia a todos los extranjeros” ya cuenta con una apreciable mayoría en el parlamento actual).

Por otra parte, la Unión Europea, si quiere sobrevivir como tal y no ser solo un “club de países ricos”, deberá manejar el problema de la deuda griega en forma política, lo cual pasa por reducirla, tanto en capital, como intereses y penalidades. Y, como ya ha señalado más de un experto en el tema, el Banco Central Europeo va a jugar un papel importantísimo en la crisis: o se convierte en el simple cobrador de Alemania (o de los bancos alemanes para ser más preciso), presionando a Grecia con la amenaza de no darle más créditos si deja de pagar la deuda: o mirando el futuro, opta por la unidad de la zona euro, apoyando de alguna manera al país heleno.

Los historiadores dicen que si los vencedores en la I Guerra Mundial no hubiesen exigido condiciones tan humillantes a Alemania tras su derrota, se hubiese evitado el ascenso al poder de Hitler y el fascismo, y de repente, hasta de la II Guerra Mundial. Asimismo recuerdan al inflexible gobierno alemán de Angela Merkel que tras el fin de la segunda contienda, los aliados fueron bastante generosos con la entonces empobrecida Alemania, quitándole mucho del peso de su deuda, lo que ayudó considerablemente a la reconstrucción del país.


Si se persiste en continuar con condiciones tan duras para Grecia habrá que evaluar el futuro de la unidad europea, y las consecuencias que podría traer no solo en el viejo continente, sino en todo occidente. La repercusión en Occidente (donde paradójicamente Grecia es la “madre” de esa forma de civilización de la mitad del planeta) puede ir más allá del pequeño país helénico.

Monday, February 09, 2015

PERÚ, PAÍS DE LAS POLLADAS

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

Un reciente estudio del Banco Mundial ha concluido que la forma más ingeniosa de conseguir dinero entre los países pobres es la popular pollada, al parecer originaria de nuestro país.

Los peruanos somos ingeniosos y esta forma de recursearse (agenciarse dinero) debe tener por lo menos 35 años. Posiblemente se originó  a fines del gobierno militar o inicios de la democracia, cuando la crisis económica golpeaba fuerte en nuestro país (frente a la pobreza galopante de aquellos años, hay evidencias que en los sectores más desfavorecidos se comía nicovita, alimento irónicamente para pollos). Comenzó a gestarse en los sectores populares, de donde es tributaria, para trascender a las clases medias, duramente golpeadas en aquellos años; y algunos dicen que incluso llegó hasta los sectores sociales altos, a fin de costearse su tren de vida y pasajes a Miami.

¿Por qué el pollo?

En sus inicios el pollo era barato y estaba al alcance de todo presupuesto. A tal punto se popularizó en pocos años (se estima que la difusión masiva del pollo debe tener menos de cuatro décadas) que se hizo infaltable en las mesas familiares y los restaurantes: arroz con pollo, guiso de pollo, sopa de pollo, tallarín con pollo, salpicón de pollo, etc., etc.

Y aunque Evo Morales le echó la culpa a la noble ave del aumento de homosexuales –por esto de las hormonas que le aplican al emplumado para que engorde rápido-, no hay evidencias que demuestren, luego de cuarenta años de consumo masivo, que el número de gays o lesbianas haya aumentado dramáticamente. De repente el re reelecto presidente descubrió que las hormonas del pollo combinado con la altura en la que se encuentra Bolivia, producía esos extraños cambios. Habrá que preguntarle.

Si bien una pollada tiene una finalidad recaudativa para un fin específico (pagar cuentas, una operación, los estudios escolares o universitarios de un hijo, un viaje de promoción), trasciende los profondos para convertirse en un evento social, de reunión de viejos amigos o conocer nuevos. Incluso tener un choque y fuga con un desconocido (a) (relación sexual esporádica y breve, sin necesidad de volverse a encontrar de nuevo),  culminando el conocimiento mutuo y a calzón quitado en un telo (hostal que se utiliza usualmente para lances sexuales); o si la urgencia era incontrolable y los recursos escasos, en algún lugar más o menos oscuro y contra la pared. Son las famosísimas polladas salvajes.

Pero, se debe reconocer que en otras ocasiones una pollada sirvió para iniciar una relación más estable que proseguía en un noviazgo formal, con pedida de mano de por medio, y finalizaba en matrimonio. (¡Cuántos niños le deben su nacimiento a una pollada¡).

Necesariamente quien organiza una pollada debe tener una red social amplia, a fin que colabore la mayor cantidad de conocidos. Lucila Campos, cantante que ostenta el título de  la reina de las polladas, se jacta de haber convocado a más de mil personas en una sola actividad; y ahora, gracias a las redes sociales, y en especial al facebook, se puede convocar virtualmente, indicando fecha y lugar del evento.

Una pollada debe estar bien organizada, desde comprar el pollo, macerarlo bien y freírlo adecuadamente, contar con un lugar amplio y acogedor (puede ser una canchita de fútbol, una sala grande de casa, un parque o incluso la vía pública si no existe otro espacio disponible), hasta la música, el equipo de sonido y la venta de cerveza (la famosa rubia), rubro importante de ingresos y que no tiene pierde en una pollada.

Una variante es la pollada delivery. Sucede cuando el organizador no tiene muchos recursos o espacio disponible, y opta por entregar los platos en el domicilio de los que se apuntaron con una tarjeta. Es cierto que quita el encanto primigenio, pero no cabe duda que es una salida para contar con unos soles demás.

 Un sustituto del pollo en estos eventos, ha sido la cuyada (a base de cuy), la parrillada (a base de carne) y la chanchada (a base de chancho); o, como me decía una amiga de lengua bastante florida, hasta la huevada (a base de huevo), si no se cuenta con mucho dinero; pero indiscutiblemente la pollada sigue siendo la reina de los encuentros.

Otra característica de las polladas es la reciprocidad. Hoy por ti, mañana por mí. El colaborar con una pollada, implica que a futuro el colaborante puede pasar a ser organizador de su propia actividad y, el que antaño organizó, pasa a colaborar por lo menos con una tarjeta; caso contrario, si demuestra ingratitud, se le aplica la ley, es decir jamás se vuelve a apoyar a esa persona si realiza otra actividad.

Y debido a la diáspora de peruanos en el exterior, acaecido por la crisis económica de los años ochenta, el terrorismo y el terrible fujishock (los cálculos más recientes estiman unos tres millones de peruanos que radican en otro país), la pollada se ha universalizado y se rinde pleitesía también en otras latitudes (los anglosajones la conocen como chicken party); aunque imagino que por allá habrá que pedir permisos y todo el papeleo necesario, cosa que entre nosotros –informales todavía- obviamos; y si viene la policía o el serenazgo llamados por algún descontento, se le invita a los custodios del orden una sabrosa pollada con una cerveza bien al polo (helada) y asunto arreglado.

Así que si alguna vez se encuentra escaso de fondos, anímese y haga su pollada bailable, con el clásico lema de la tarjeta hasta las últimas consecuencias.

Thursday, January 29, 2015

SOBRE LAS INTERPRETACIONES ACERCA DE AMERICAN SNIPER (EL FRANCOTIRADOR)

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


En los Estados Unidos la película ha recibido críticas del sector liberal (lo que acá vendrían a ser los caviares), por considerarla patriotera y belicista. Pero, una buena película como El francotirador (y, por extensión, cualquier obra de arte de calidad) puede contener más de una interpretación.

Si uno observa atentamente el filme se dará cuenta que cabe tanto la interpretación belicista; pero, por oposición, también la antibélica, la que se acentúa por acumulación: son tantos los asesinatos selectivos que infligió Chris Kyle (se estiman en más de doscientos), sean hombres, mujeres o niños, como el trauma de postguerra sufrido por el protagonista, que vamos a tener una sensación que el director más bien ha querido realizar una película de contenido pacifista.

En efecto, la interpretación belicista opera a nivel epidérmico: los fríos asesinatos a la distancia apretando un gatillo, el sentido patriota del pueblo norteamericano y del propio personaje luego de los sucesos del 11 de Setiembre, el tratamiento de “salvajes” de los iraquíes vs el afán “civilizatorio” que traen las fuerzas norteamericanas (pacificación, democratización del país, libertad del “pueblo oprimido”, etc.).

Dicho sea de paso, la justificación civilizatoria siempre ha sido el argumento central de toda guerra e invasión de un pueblo a otro, desde los romanos, pasando por los españoles, hasta los ingleses y norteamericanos. El pueblo invasor trata de “salvaje” al pueblo invadido y, por tanto, lo que busca es “civilizarlo”.

Y la “cereza de la torta” es la evidencia no cuestionada de las ideas conservadoras del propio Eastwood y su simpatía por el Partido Republicano, partido político que hoy más que nunca se encuentra muy cerca de las ideas fundamentalistas de derecha, de esa noción de patria muy enraizada en los sectores conservadores de la sociedad yanqui y de los grupos económicos de poder en Estados Unidos.

Desde ese ángulo sería incuestionable la postura pro bélica de la película; pero insisto que puede dársele otra interpretación “por debajo de la piel”, en el sentido que son tantas las atrocidades presentadas, que la reacción por oposición es distinta a lo visto, produciéndose por rechazo un sentimiento “no bélico” en el espectador, así como de toda la parafernalia patriotera que exhibe las escenas finales del filme, donde se muestra las exequias como héroe nacional de Chris Kyle.

Por lo demás, la construcción del personaje es una ficción. Muy aparte que se halla basado en sus memorias el guión del filme, la construcción de un personaje en base a un modelo “real” tendrá los acentos que el guionista y luego el realizador quieran darle; muy aparte que al tratarse de memorias, quien escribe tiende a “mentir” sobre si mismo o a justificar o atenuar algunos hechos de su accionar. De allí que se acentúa la arista del tipo convencido de lo que hace para defender a su país y a los más débiles luego del 11-S, que el lado oscuro de su personalidad, la que tiene facetas poco amables al personaje real, según testimonios de quienes lo conocieron.

Una obra de arte que trasciende tiene interpretaciones que van más allá de lo que su autor quiso decir o hacer. Ejemplos abundan en clásicos de la literatura, la pintura o el cine. Por ello interpretaciones en uno y otro sentido van a coexistir, lo que no quita que estemos ante una de las mejores películas de Clint Eastwood, que prueba el buen estado del realizador en su octava década de vida.



EL FRANCOTIRADOR [American Sniper] 
Dir: Clint Eastwood   
Guión: Jason Hall, basado en el libro de Chris Kyle
c/ Bradley Cooper (Chris Kyle), Keir O'Donnell (Jeff Kyle), Sienna Miller (Taya)
EEUU/2014/Drama****/Estrenos




Monday, January 26, 2015

CÓMO LOS PERSONAJES HISTÓRICOS CAMBIAN CON LA ÉPOCA (SOBRE ÉXODO: DIOSES Y REYES)

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


Muchas veces nuestra imagen de un personaje o hecho histórico se encuentra relacionada con la que proporciona la ficción, especialmente el cine y la literatura.

Es lo que sucede con la figura de Moisés, muy relacionada con la que plasmó Charlton Heston en Los diez mandamientos (1956): un Moisés iluminado, profético, un “santo varón” que “habla con Dios”, muy al ambiente de los todavía puritanos años 50.

El Moisés de Ridley Scott más bien es un tipo escéptico, guerrero a la usanza de su formación como príncipe de Egipto (como todo príncipe debió ser adiestrado en las llamadas “artes de la guerra”), pero justo; que descubre circunstancialmente su origen y la “palabra revelada”; y que a pesar de ello, sigue manteniendo sus dudas y preocupaciones existenciales. (Es un hombre que va a dudar hasta cuando se abre el Mar Rojo). Un hombre que se encuentra desgarrado entre dos culturas y dos afectos: la de su origen y la adoptada. En otras palabras es un Moisés que refleja más al hombre contemporáneo que al personaje bíblico de granito exhibido en la recordada película de Cecil B de Mille.

Sucede lo mismo que con el Noé de Darren Aronofsky, más con look de guardián ecológico que de profeta bíblico (curiosamente Aronofsky había pensado también en Christian Bale para el protagónico, quizás por esa ambigüedad que siempre refleja ante cámaras)

A ello se suma que el Moisés interpretado por Christian Bale no aporta demasiado registro de los cambios que sufre el personaje. No se ve una carga dramática que apele a un “antes” y un “después” del encuentro con el Creador, como los numerosos seguidores de la historia bíblica deseaban apreciar (Charlton Heston hasta “brillaba” una vez que Dios se le reveló).

Igual sucede con el antagónico, el faraón Ramses, mostrado pusilánime, rencoroso, bastante limitado en sus cualidades, pero que no aporta más para llevar al clímax la trama. (Muy distinto al que interpretó Yul Brynner que hasta superaba en calidad interpretativa a Heston, más “actor de pose” que de registro actoral). Y, algunos, incluso extrañaron la lucha fratricida entre ambos –marcadamente visible en la obra de De Mille- que hasta se permitía, osadía de la época, la licencia de la rivalidad por el amor nada menos que de la reina de Egipto, recurso melodramático sumamente efectivo que el legendario De Mille manejaba con extraordinaria habilidad. (En Scott solo se aprecia una envidia de uno hacia el otro, pero no explota ese lado folletinesco).

Un acierto es el uso de un niño como “mensajero de Dios” (o Dios mismo, si se quiere), al que solo “ve” Moisés. Es un recurso dramático más adecuado que la voz grandilocuente que hablaba (o mejor dicho ordenaba) en Los diez mandamientos. Asimismo, ese Dios vengativo, furioso por el sometimiento a esclavitud de su “pueblo elegido”, se condice más con el Yavé del Antiguo Testamento, que con el Dios de amor descrito en los Evangelios, en el cual se inspiró la obra milleniana. (Revisen el Antiguo Testamento, es un Dios que ordena “pasar a cuchillo” a quienes no creen en él).

Para colmo de los detractores, la escena central de la trasmisión divina de los diez mandamientos es apenas marginal en Éxodo. Vemos un Moisés que los va cincelando en las tablas con la benevolencia del Creador, pero sin que implique trasmisión literal de las leyes. Más es un Moisés creador de leyes para su pueblo –digamos un Moisés legislador- que un intérprete de la voluntad divina. (Pero hay que tener en cuenta que la película se titula Éxodo, por lo que se centra más en la gesta de la huída del pueblo judío fuera de Egipto que en la dación de los mandamientos).

Marx dijo que en el capitalismo sería imposible escribir La Iliada. Tenía razón. Aludía a que cada época desarrolla el arte conforme a los insumos que esta le proporciona. Incluso de esa regla no se escapan los personajes históricos. Se les insufla características que más dicen del momento presente que de lo sucedido en el pasado, o de la ideología o política imperante en la actualidad. Y, así como sería imposible hoy hacer un filme similar a Los diez mandamientos (parecería ingenuo y hasta ridículo), el Moisés de ahora refleja las dudas y angustias del hombre occidental que ha perdido la fe en lo sobrenatural, pero que se sigue haciendo las mismas preguntas que se formuló desde que comenzó a pensar. De dónde vengo, adónde voy, cuál es mi papel en este mundo. De repente al final no hay nada, pero las eternas preguntas siguen moviendo al ser humano.

Si bien Éxodo no se encuentra entre las mejores películas de Ridley Scott (gusta mucho de las ambientaciones históricas y de las obras futuristas), no por ello la podemos minusvalorar. Dentro de sus limitaciones, tiene sus méritos.


EXODUS: DIOSES Y REYES [Exodus: Gods and Kings]   
Di: Ridley Scott         
Guión: Adam Cooper, Bill Collage y otros
c/  Christian Bale (Moses), Joel Edgerton (Ramses), John Turturro (Seti), Aaron Paul (Joshua), Ben Mendelsohn (Viceroy Hegep), María Valverde (Zipporah), Sigourney Weaver (Tuya), Ben Kingsley (Nun), Andrew Tarbet            (Aaron)

EEUU,UK/2014/Épica***/Estrenos


Monday, January 19, 2015

LA CAUTIVA DEL TERROR

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com

       @ejj2107

A veces no se si se trata solo de “cortinas de humo” generadas desde el gobierno a fin de distraer la atención de los últimos escándalos que llegan hasta el mismísimo ejecutivo (caso Belaunde Lossio, caso López Meneses, corrupción en ciertas altas esferas del poder) o, peor aún, crear un clima social que permita una política “más dura” encabezada por un ministro que se dedica más a tuitear que ha capturar delincuentes. No lo sé. Solo espero que a este gobierno no se le ocurra una desesperada salida autoritaria tipo 1992, frente a todo el despelote que lo rodea. Solo espero eso.
Me llamó la atención “la denuncia” del procurador antiterrorismo contra una obra de teatro, a lo que se suma la del Ministro Urresti, semanas anteriores, contra una exposición de pinturas por integrantes de Sendero Luminoso.
De Urresti se puede esperar cualquier cosa, como revelan sus agudos tuists; pero de un “hombre de letras” como es el procurador Julio Galindo, supuestamente un abogado, llama la atención.
En principio, me parece que la obra ya no se encuentra en cartelera, y por los datos que se han filtrado de “la investigación” del procurador, estos son bastante febles y subjetivos. Básicamente son dos: que se deja mal paradas a “las fuerzas del orden” (las que en la obra teatral van a acometer un acto de necrofilia sobre el cadáver de una joven) y que subliminalmente se hace apología del terrorismo.
Sobre lo primero (las fuerzas del orden como violadoras de derechos humanos), imagino que la pieza teatral –no llegue a ver la obra- recrea un hecho que es cierto: las fuerzas militares violaron derechos humanos, sea de los terroristas o de terceros ajenos a “la guerra interna”. Se encuentra ampliamente documentado en el Informe de la Comisión de la Verdad. Que hayan sido casos aislados o una acción sistemática desde el propio estado, es otra cosa. (En lo personal, creo que solo fueron casos aislados, no una política de estado de eliminación sistemática del “enemigo” como en Argentina o Chile de los años setenta).
Por el lado de la apología del terrorismo, la controversia es más difusa todavía, dado que en un contexto democrático y de libertad de expresión, una persona puede expresar sus ideas, bajo cualquier forma como, por ejemplo, estar de acuerdo con la lucha armada y que “el pensamiento Gonzalo” es la quintaesencia del legado marxista-leninista-maoista. Ello no va a ser de la persona un apologeta del terrorismo. Hasta donde tengo entendido, es necesario que la apología sea clara y directa (ejemplo: incitar a la lucha armada y a continuar la guerra popular del campo a la ciudad).
Caso contrario, estarían dentro de la apología del terrorismo no solo la obra de teatro en cuestión, sino películas como La boca del lobo o novelas que ya trataron el tema de la violencia política. Hasta la novela Historia de Mayta, que nuestro Nobel escribió proféticamente en los años ochenta del siglo pasado, caería en el supuesto de apología del terrorismo.
Supongo que el incidente no pasará a mayores (frente a la orfandad de apoyo, el propio procurador se ha desistido de la acción penal); pero lo que sí me preocupa es esa actitud confrontacional del ejecutivo. No parece que se deba solo a un caso de estrés o de paranoia persecutiva. Es más profundo y trae sus cosas. Solo espero, como expresé líneas arriba, que no se trate de preparar algún escenario para tener cautivos a treinta millones de peruanos.


Friday, January 09, 2015

JE SUIS CHARLIE

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


Yo soy Charlie, fue el grito desgarrador y solidario de miles de franceses ante el asesinato de los dibujantes del semanario satírico Charlie Hebdo.

Más allá de los motivos, el terrorismo, como su nombre lo indica, busca causar el terror y la zozobra entre la sociedad y azuzar al estado en métodos represivos que le permita al mando terrorista justificar las acciones. Una suerte de círculo perverso: más represión, más violencia y en el camino el grupo terrorista va ganando legitimidad.

De allí que el estado de derecho debe combatirlo bajo ciertos parámetros y no degenerar en violaciones a los derechos humanos que permitan a los terroristas convertirse en mártires. Nosotros lo sabemos por experiencia propia y los franceses también, ya que lucharon contra los independentistas de Argelia –que usaron métodos terroristas para obtener su autonomía de la metrópoli- violando derechos, como ocurrió en aquellos años. Fue una mala estrategia del gobierno galo de ese entonces y suponemos ha aprendido la lección (para lo cual, igualmente, basta ver lo que sucedió con los prisioneros de Al Qaeda en manos de la inteligencia norteamericana, y las consecuencias que ello ha generado después).

Curiosamente los que cometen atentados en Europa son personas que tienen un doble lazo cultural: por un lado está el de sus ancestros que provienen del Oriente próximo, conservando su religión y costumbres milenarias, y por el otro, los lazos culturales con el país adoptivo de raigambre occidental. Y si nos adentramos un poco más, es probable que encontremos un odio creciente ante Occidente, sea inducido por extremistas musulmanes o deducido por lo que ha pasado en los últimos años post 11-S (violación de derechos a minorías árabes, segregación racial y cultural, xenofobia creciente, etc.).

Lamentablemente el hecho va a traer políticamente repercusiones, se quiera o no. Una de ellas es el fortalecimiento de los grupos radicales de extrema derecha de clara tendencia xenófoba, como el Frente Nacional de Marinne Le Pen, con altas probabilidades de ganar la siguiente elección presidencial en Francia. La xenofobia hecha la culpa de todos los males a los extranjeros (los judíos en la Alemania nazi, los árabes en Europa o los latinos en Estados Unidos).

El racismo antimusulmán y antiárabe en general se va a acentuar y las fronteras europeas se van a cerrar ante todo lo que no sea “occidental”, con la consiguiente acentuación de la discriminación.

Lo malo es que existe una notable población de origen árabe que tiene ciudadanía francesa (se estima en alrededor de cinco millones) que van a ser “sospechosos” de terrorismo por el hecho de tener una ascendencia no europea. Lo cual puede agravar las cosas en el corto plazo, por lo que el panorama no es muy halagador en los siguientes años.


Nos guste o no es probable que continúe corriendo sangre de uno y otro lado.


Monday, December 29, 2014

EL ÚLTIMO QUEHACER

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com


Circula el último número de Quehacer. La célebre revista de DESCO, luego de 35 años, deja de imprimirse.

DESCO fue una suerte de think tank, centro de pensamiento izquierdista que, a diferencia del IEP, combinaba acción en el campo y publicación de las investigaciones realizadas, investigaciones cuyo énfasis estaba focalizado en la sociedad, la economía y la política (de allí la tónica leninista que contenía el nombre de la revista). La mejor época de DESCO fueron los años setenta y ochenta, luego vino un eclipsamiento gradual, hasta casi el anonimato presente, salvo investigaciones muy puntuales.

La revista Quehacer nace y se anima gracias a la firme voluntad de su entonces presidente, el desaparecido Henry Pease, a fin de darle cierta publicidad a las investigaciones realizadas por el equipo de casa o colaboradores externos (personalmente tengo una pequeña crónica sobre la ciudad de Arequipa que publiqué en Quehacer a inicios de los noventa).

Quehacer crece en una coyuntura precisa: el retorno a la democracia y cómo es visto ese retorno por la izquierda en aquel entonces. Los ochenta fue la etapa crucial para la “izquierda legal” por el advenimiento de Sendero Luminoso y la necesaria toma de posición. No fue fácil el desmarque, muchos no estaban convencidos que nos encontrábamos ante el movimiento más perverso y despótico que nació de las entrañas y desvaríos ideológicos de cierta izquierda. Tiempos difíciles y que significó que muchos se aparten ante las dudas, vacilaciones y ambigüedades en la toma de posición.

Quehacer conservó sus características iniciales: predominio del contenido escrito sobre las ilustraciones, secciones de política, economía y sociedad, más un aparte cultural refrescante, y fotografías en blanco y negro al interior. Una revista clásica, a diferencia de los cambios que se daban en otros formatos más amenos y de fugaz lectura.

Pero, gracias a ese formato, teníamos lectura para varios días. La leía como si fuese un libro: desde la primera hasta la última página.

Ese formato también fue su talón de Aquiles: en tiempos de predominio de la imagen a color, no llamaba la atención de muchos, que la encontraban “pesada”. Aparte que su público natural se fue reduciendo hasta convertirse en ave raris: sectores universitarios y profesionales de ciencias sociales, sindicatos, empleados públicos organizados. A lo que se sumó los canales de distribución: muy difícil de encontrar en la misma ciudad de Lima, menos en provincias. Como el mismo Balo Sánchez León explica en el artículo de despedida, más fácil era encontrarla en distritos pitucos como San Isidro y Miraflores (que la leían¡¡¡) que en distritos emergentes. Era un contrasentido, pero que no carecía de cierta lógica: en esos distritos se encuentra afincada la llamada izquierda caviar, aquella que fundó la revista. Los muchachitos del ayer que ya frisan la setentena.

Pero el golpe mortal fueron las finanzas, “el billete”. Financiada gracias a la cooperación extranjera, principalmente de Holanda y Alemania, en un momento determinado los fondos dejaron de venir, el Perú dejó de ser considerado un país del tercer mundo neoafricano, para convertirse en algo “más serio”, con TLCs suscritos con innumerables países, socio de la Alianza del Pacífico, una de las más dinámicas en la región, y aspirante formal –un tanto presuntuoso por cierto- a ingresar al club de los países más desarrollados. Así que los fondos comenzaron a “secarse” o, mejor dicho, a redirigirse a países con más necesidades que las nuestras, y pese al empeño que ponían los “muchachos” de DESCO, fue imposible continuar con la publicación.

De repente es un buen momento para replantear el formato. Convertirse a formato digital, como lo es Argumentos del IEP. Se mantiene la rigurosidad académica de la revista y acceso a un público amplio e interesado en los temas sociales.


Ahora, como hice en los inicios, como aquel joven que compraba devotamente el último número de Quehacer, vuelvo a leerla como si fuese un libro: desde la primera hasta la última página, pero sabiendo esta vez que no volveré a repetir el acto y que estamos ante un adiós y no un hasta luego.

Monday, December 22, 2014

UNAS COMO DRAMA, OTRAS COMO COMEDIA: LA LEY DE EMPLEO JUVENIL

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

El viejo Marx decía que la historia se repite, solo que en la segunda ocasión era comedia lo que antes fue drama.

Algo de ello parece esbozarse en las postrimerías del gobierno de Humala: una suerte de déjà vu de lo que fue el autoritarismo neoliberal del gobierno de Fujimori en los noventa. Por lo menos algunas medidas en el ámbito laboral, como la cuestionada ley de empleo juvenil (“ley pulpín”), nos retrae a aquellos tiempos de la ideología del cholo barato y el tigre de los andes (todo al ritmo del chino).

Es cierto que políticamente la ley trae réditos a la oposición. Es poco complicado ubicarse en contra de una norma que recorta derechos. La inversión es poca y la rentabilidad (política) es alta. De allí que gran parte del establishment se haya plegado a la izquierda del gobierno, rechazando la ley. Hasta los fujimoristas, Alan García II y Pedro Pablo Kuczynski la rechazaron¡¡¡

Pero no menos cierto es que el gobierno se encuentra atrapado en la complacencia al gran capital, cuya eterna monserga son los sobrecostos laborales, lo que se encuentra en relación inversa al rechazo ciudadano. Es que el ambiente de sensibilización de los derechos laborales es mucho mayor hoy en día que en los años noventa, donde la población en forma más o menos conciente aceptó un recorte de derechos en aras de un futuro mejor para sus hijos. Fue una suerte de pacto social tácito de sacrificio generacional en el entorno del terrorismo, desgobierno y pocas posibilidades económicas en aquel entonces.

Obviando las interpretaciones constitucionales, que serán variadas; nos encontramos con la efectividad de la norma, vale decir si conseguirá los fines deseados. Y en este extremo es que pueden comenzar a verse los fallos, en el sentido que la ley aprobada pueda ser objeto de un abuso por parte de los empresarios, sustituyendo a trabajadores con derechos por otros con no tantos. Y, lo peor, con la complacencia de un gobierno débil y que hace mucho arreó las banderas de las reivindicaciones populares (si alguna vez las tuvo).

Tampoco es probable que la norma beneficie a los miles de trabajadores de las pequeñas empresas, sumidos en la explotación más vil, los que pese a las facilidades otorgadas a las MYPES jamás han formalizado a sus trabajadores.


Más allá de los dilemas políticos del gobierno humalista, sería patético que termine siendo recordado como un gobierno entreguista al gran capital nacional y extranjero, incluyendo la mano de obra, lo que significó para muchos de sus votantes una esperanza de cambio.

Monday, December 15, 2014

COP 20: ENTRE DECLARACIONES Y REALIDADES

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


Estaba leyendo una interesante crónica con moraleja. Narra una historia inventada.

En el antiguo Perú, los sacerdotes moches vislumbraron en los astros que una gran tragedia iba a suceder. Se lo comunicaron al rey a fin que ordene la alerta y las personas vayan a los puntos más altos donde la gran ola no los podía alcanzar. El rey por conveniencia (tenía que dejar su palacio, sus concubinas, sus comodidades), en vez de ejecutar la decisión inmediatamente, la hizo larga y solo ordenó que los consejeros debatan qué se podía hacer. En medio de los debates la gran ola los devoró a todos.

Algo de ese sentimiento se presenta en estas conferencias mundiales, donde esta vez le tocó a mi país, Perú, ser anfitrión. Tenemos declaraciones, declaraciones y más declaraciones, una más bonita que la otra, pero lo cierto es que la realidad se empeora cada vez más.

Hay muchos intereses económicos en juego y nadie quiere soltar prenda. Lo malo: en el camino todos perdemos.

Quizás no sea tan ficción el panorama desolador que nos describe el filme de Christopher Nolan, Interestelar. Una tierra baldía azotada por grandes tempestades de viento. Solo que no habrá naves que nos puedan llevar a otros mundos, ni civilizaciones extraterrestres que nos guíen en el camino.


Friday, November 28, 2014

RED BULL NO TE DA ALAS



Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107

Es conocido el comercial de la bebida energizante Red Bull, donde el personaje luego de tomarla, cual Popeye moderno, cobra una gran vitalidad, representado en unas enormes alas, terminando con la conocida frase Red Bull te da alas.

Pues bien, Red Bull no te da alas. O, mejor dicho, no tiene los efectos que la propaganda anunciaba que tenían (bebida que permite mayor energía física y mental). Sus supuestos benéficos no van más allá que los de una humilde taza de café.

Luego de varias pruebas de laboratorio concluyeron que la conocida bebida no produce el efecto que anuncia, generando en consecuencia lo que se conoce como publicidad engañosa, por lo que un grupo de ciudadanos norteamericanos decidió interponer sendas demandas contra la compañía, las que tendrán efectos judiciales a favor de terceros no intervinientes en el proceso, es decir de todos los consumidores perjudicados.

Por otra parte, las bebidas energizantes están siendo cuestionadas por el efecto que puede causar principalmente entre jóvenes, grupo que se ha vuelto bastante adicto a ellas, sea combinándolas con drogas y alcohol a fin de tener una “mejor performance” sexual o cuando es temporada de exámenes y mantenerse así despierto. Al tener un alto concentrado de cafeína, las bebidas energizantes pueden alterar el sistema nervioso de la persona que las consume regularmente. Algunos proponen que, como en los cigarrillos, las bebidas tipo Red Bull tengan un aviso de advertencia en su envase de los perjuicios que podría tener para la salud.

Volviendo a la publicidad de la conocida bebida, como sería más que evidente que la sentencia falle en contra, a la compañía no le quedó más remedio que proponer una indemnización a todos los consumidores que creen haberse afectado por el engaño publicitario. Indemnización simbólica de diez dólares americanos o quince en productos, bastando para ello que el consumidor afectado de buena fe se inscriba en la página web de la empresa.

Si bien la indemnización solo es válida en los Estados Unidos, ello no obsta a que consumidores de otros países donde se vende la bebida promuevan similares acciones ante los órganos jurisdiccionales locales.

Claro, se dirá que diez dólares no es nada, pero sumados entre miles de consumidores dará una suma de varios millones nada desdeñable.

Más que la indemnización que desembolsará la empresa, está la imagen de cómo queda. En los Estados Unidos y, en general, en países donde existe una estricta cultura de respeto a los derechos del consumidor, una empresa que por largos años lo ha engañado, es una empresa desprestigiada. Posiblemente sus acciones bajen en la bolsa y sus ventas también.

Estimado lector, otra vez que tomé la conocida bebida sepa que Red Bull no le da alas.