Sunday, March 30, 2025

LA POBREZA DE UN SAINETE: IGUAL LIBRETO, DISTINTOS ACTORES

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


           El libreto es el mismo, la pobreza se encuentra en los actores, muy malos, tanto los del oficialismo como los de la “oposición” (es un decir), incluyendo algunos extras que fungen como “analistas políticos” y que han hecho cuestión de estado de los Rolex o las cirugías de la presidenta como motivo de vacancia. Antes, por lo menos, la vacancia era por cosas más serias: el presidente cerraba el congreso, impedía el funcionamiento de los poderes electorales, se iba del país sin autorización. Ahora se trata de cuestiones más banales y frívolas, como que estamos en la sociedad del espectáculo (Mario Vargas Llosa dixit). Hasta el politizado Ministerio Público ha entrado en el sainete, allanando propiedades de la presidenta o de los ministros, a lo bestia y con hartas cámaras de televisión, como diciendo acá sí hacemos justicia. La judicialización de la política en todo su esplendor, mientras el pedido real de justicia de millones de peruanos está fuera de sus puertas. Como dirían nuestros abuelos, ahí no se oye padre.

 

Quede claro que no estoy defendiendo a la presidenta ni a su gobierno. Es más, cuando fue la vacancia de Pedro Castillo, opiné que debía renunciar y se convoque de inmediato a elecciones generales. Habría sido lo más sensato. Sin conocer en ese momento las luces de la entonces vicepresidenta, el problema estaba en que tres años y medio en el poder (los que restaban para completar el periodo de gobierno de Perú Libre) eran muchos para un país como el Perú, donde siempre pasa algo. De haber tenido un estado con instituciones sólidas y un presidente con más perspicacia política, otro hubiera sido el panorama, pero no con lo que tenemos como “clase política”. Tres años y medio obligaban a gobernar y enfrentar los problemas que se iban presentando día a día. El gobierno Boluarte quiso “flotar” en un país tan díscolo como el nuestro, pensando en el apoyo que le daba el Congreso para mantenerse en el cargo. El resto es historia conocida, incluyendo las extorsiones y criminalidad de todos los días.

 

Es posible que luego de convocar a elecciones generales, el Congreso le de la espalda y vaque a la presidenta. Nadie quiere tener cerca a alguien tan tóxico. Digo, sin ser categórico, “es posible”, porque se va a requerir que el presidente del Congreso asuma funciones de presidente de la República, y ningún partido va a querer que el partido rival asuma tan importante cargo en periodo de elecciones. Por lo que de repente tiene suerte y se queda. En la campaña electoral en ciernes ya nadie se acordará de ella, salvo por sus cuentas con la justicia, que es otro tema.

 

Su gobierno es un desastre, es cierto. Pero recuerden que es el mismo gobierno por el que votaron millones de peruanos. Es el gobierno de Perú Libre, si alguien se ha olvidado. El mismo que mantiene prófugo a su líder máximo, Vladimir Cerrón.

 

Me voy a atrever a hacer un poco de política ficción, basada en probabilidades. De los más de 40 partidos políticos que se van a presentar en las próximas elecciones, es posible que se vote mal y salga elegido otro (u otra) impresentable. Alguien con antecedentes judiciales, deudas por alimentos, hijos no reconocidos, violencia familiar, estafas cometidas. Alguna “joyita” que ahora se encuentra semiescondida. Del futuro congreso no digo nada. No es necesario ser muy zahorí para percatarse que más de un “joyón” entrará por la puerta grande. De eso no me quepa la menor duda. Y en estas elecciones el dinero del narcotráfico y el crimen organizado va a tener una influencia enorme en los candidatos elegibles. A tomarlo en cuenta.

 

           Nada está dicho y tampoco que el electorado nacional haya “madurado”. Es más, parece que ha involucionado. Valga como consuelo que hasta el electorado norteamericano -supuestamente más educado en los quehaceres democráticos- se equivocó en elegir a su último presidente. Como diría el difunto Humberto Martínez Morosini, “cosas del fútbol”.

Sunday, March 23, 2025

TIEMPOS RECIOS: ENTRE DICTADURAS Y REFORMAS

Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Las novelas que le salen más redondas a Mario Vargas Llosa (MVLL) están relacionadas con dictaduras y sistema político (Conversación en la Catedral, su mejor novela) o sistemas de opresión muy similar al de una dictadura (La ciudad y los perros), donde el personaje se adapta al sistema opresivo o es derrotado. Tiempos recios se encuentra en esa órbita y le ha salido mucho mejor y más fascinante que su última novela Le dedico mi silencio.

 

Imagino tiene que ver con la juventud que vivió el propio Nobel dentro de la dictadura de Manuel Odría (1948-56) y, en lo familiar, la opresión y el agobio de vivir al lado de un padre bastante autoritario, naciendo así su disconformidad personal y política, sea a nivel micro (una familia) o macro (todo un país). En estos gobiernos, nos dice el autor, la corrupción, mediocridad y grisura se filtra por los poros y el individuo se degrada a niveles de pérdida de la dignidad humana, sea por ambición o sencillamente por sobrevivir.

 

Así como en La fiesta del chivo (con la cual tiene varios puntos de contacto la presente novela) se partía de hechos y personajes reales para ahondar en toda la degradación que existió en el régimen de Trujillo; en Tiempos recios utiliza la misma estrategia narrativa: los hechos y personajes que se describen son reales, pero algunas situaciones han sido ficcionalizadas.

 

La novela tiene una introducción donde se detalla cómo se gestó la idea de hacer creer a todo el mundo que en Guatemala se había instaurado un gobierno comunista, satélite de Moscú, cuando se afectaron los intereses de la United Fruits en el país centroamericano, al verse obligada a pagar impuestos como cualquier persona. Fue la utilización del poder de la propaganda para hacer creer algo que no es. Y lo hicieron tan bien que, en pleno macartismo y guerra fría, el gobierno norteamericano y parte de la prensa liberal creyeron que el comunismo ya estaba instalado en Guatemala, con espías rusos operando por todos lados.

 

Es así como vamos adentrándonos en los entresijos del poder en el gobierno de Juan Jacobo Árbenz, cuando intentó una serie de reformas de corte progresista y que fueron segadas por la CIA en connivencia con la oligarquía guatemalteca y la empresa bananera que deseaba volver a la situación de privilegio anterior.

 

Hay un personaje que es el hilo conductor de la novela, y si bien secundario, existió en la vida real: Marta Borrero Parra, la llamada miss Guatemala, una belleza perteneciente a una de las mejores familias guatemaltecas y que tendrá una vida de novela: madre a los 15 años, luego amante del dictador Carlos Castillo Armas que derrocó a Árbenz, informante de la CIA, anticomunista acérrima, colaboradora del gobierno de Trujillo, amante de Johnny Abbes, el temible jefe de seguridad de Trujillo, y a la cual MVLL hace una entrevista, ya octogenaria, al final del libro. Quienes la conocieron y perdieron la cabeza por miss Guatemala dicen que embrujaba con unos ojos penetrantes. No solo era belleza, sino personalidad.

 

¿Qué quedó de las reformas de Árbenz en Guatemala? La verdad que nada. Castillo Armas las desmanteló todas, persiguió, encarceló y mató a quienes las defendían; y si bien fue un buen defensor de los intereses de la empresa norteamericana y de volver al status quo anterior, a su vez fue asesinado y sucedido por otro militar, en una secuela desenfrenada de ambición por el poder, donde unos derrocaban a otros. Por cierto, todos los participantes en el golpe a Árbenz y el asesinato de Castillo Armas, a su vez tuvieron un final trágico en esta ola de inestabilidad política que sacudió al país en los años siguientes.

 

La premisa detrás de la novela y que MVLL ha sostenido por lo menos desde los años 70 y su desilusión del socialismo, es que las reformas en una sociedad son mucho mejor que esos cambios apocalípticos, radicales, o, peor aún, mantenerse anquilosado en el atraso y el oprobio, usando la fuerza como sucede en una dictadura. Plantea una hipótesis interesante: si se hubiera dejado gobernar a Árbenz e implementar las reformas necesarias, modernizando Guatemala, habría servido de ejemplo para otros países de la región y se hubiera evitado la radicalización de la revolución cubana y que caiga en los brazos de Moscú.

 

Fidel Castro en sus inicios era un reformista, continental, hayista más que comunista. Pero él y su grupo cercano, entre otros, el mítico Che Guevara, ven que EEUU no va a permitir las reformas en Cuba, así como lo impidió en Guatemala, hecho que los lleva a la radicalización política. La ceguera e histerismo del gobierno norteamericano de ese entonces, el ejecutar el embargo económico y tratar de ahogarlos financieramente, ayudó a la radicalización y a que gire la revolución hacia Moscú. El resto es historia conocida.

 

Tiempos en que EEUU veía a Latinoamérica como su patio trasero y que llevaron a conatos revolucionarios en el continente, muchos apagados sangrientamente y al costo de un odio cada vez mayor al imperio.

 

La mejor novela de MVLL post entrega del Nobel. Tiempos recios contiene una lección útil para aquellos aprendices de brujo y que salivan por las dictaduras, sean de izquierda o de derecha.

* Mario Vargas Llosa: Tiempos recios. Edición consultada: Edición Alfaguara, 2019, 353 pp. 

Sunday, March 16, 2025

LOS ARANCELES, EL DÓLAR, LOS DÉFICITS GEMELOS Y EL APRENDIZ DE BRUJO

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Para el siguiente comentario sobre la política arancelaria en el segundo gobierno de Trump he tomado como referencia principalmente el artículo de Leopoldo Papi, Trump y los riesgos de perder  el “privilegio exorbitante” del dólar, publicado en la revista Letras Libres (https://letraslibres.com/politica/trump-y-los-riesgos-de-perder-el-privilegio-exorbitante-del-dolar/28/02/2025/). Las opiniones personales sí son enteramente del suscrito.

 

EL PADRE INTELECTUAL DE LA CRIATURA

 

El padre intelectual de la política arancelaria de Trump es el economista Stephen Miran, actualmente presidente del Consejo de Asesores Económicos en la administración republicana, quien en un artículo proponía “recurrir a aranceles aduaneros unilaterales y posibles acuerdos multilaterales destinados a reducir la infravaloración de las monedas de las contrapartes”.

 

En el intercambio comercial entre EEUU y las demás naciones, el dólar norteamericano es una moneda apreciada, por lo que resta competitividad a las exportaciones norteamericanas, mientras los demás países tienden a depreciar su moneda y hacer más competitivas sus exportaciones. Es por eso que Miran plantea una subida de aranceles unilaterales que permita una “equidad” entre el dólar y las demás monedas, aunque reconoce los límites de una política así, dado que el dólar es una moneda de refugio a nivel internacional.

 

EL DÓLAR COMO MONEDA DE REFUGIO

 

Efectivamente, el dólar norteamericano es una moneda de refugio, no solo para las transacciones económicas sino como moneda de reserva de los estados y de los particulares. De allí que mayormente la moneda en que un estado guarda sus reservas internacionales es el dólar (aprox. 60% de las reservas internacionales se encuentran en dólares), moneda que tiene una aceptación y confianza internacional. ¿A qué se debe?

 

LOS BONOS DEL TESORO Y LOS DÉFICITS GEMELOS

 

Desde hace buen tiempo EEUU se encuentra en déficit en cuenta corriente (importa más de lo que exporta), siendo su balanza comercial negativa con casi todos los países con los que comercia. Igualmente hace más de 50 años arrastra un déficit fiscal (el estado gasta más que los ingresos percibidos), que en gran parte es financiado con los bonos del tesoro, cuyos tenedores se encuentran alrededor del mundo, y tienen confianza que los EEUU van a honrar la deuda (se le pagará al acreedor en la fecha de vencimiento más un interés). Es la inversión más segura, sobre todo en tiempos turbulentos. A ese doble déficit (comercial y fiscal) se le conoce como déficits gemelos.

 

A cualquier estado tener déficits gemelos lo llevaría a bancarrota, su moneda se devaluaría rápidamente, sería inelegible para nuevos créditos, se le exigiría reformas profundas en su estructura económica; pero en el caso de los EEUU existe una seguridad y una tranquilidad en el pago de los bonos del tesoro, debido a que están frente a la primera nación del mundo, cuyo estado de derecho garantiza el pago oportuno (no ocurriría lo mismo con países autocráticos como Rusia o China, cuyas reglas de juego pueden cambiar en forma arbitraria). Recordemos que el dólar como moneda es igual a cualquier otra. No tiene respaldo en oro desde hace más de 50 años, el propio gobierno norteamericano, a su libre facultad, emite el papel moneda (lo que nosotros llamamos “la maquinita”), pero existe garantía y confianza que se honrará la obligación.

 

A lo que se añade otro aspecto importante: la seguridad frente a agresiones externas que sufre Occidente, contando con el principal ejército del mundo, altamente sofisticado. Si bien el autor señala que los gastos en defensa de los EEUU han disminuido en los últimos años, siguen siendo los más importantes frente a agresiones extra occidentales (léase Rusia, China, los países musulmanes, etc.). Digamos que EEUU es el defensor y guardián de Occidente, a cambio de lo cual se le tolera déficits y hasta se le financia los gastos del estado.

 

LA POLÍTICA ARANCELARIA

 

Generalmente la política de subir aranceles obedece a financiamiento del estado (es una fuente de ingresos), a proteger su industria nacional o a temas políticos. Este último aspecto es el más resaltante.

 

Siguiendo el consejo de Stephen Miran, el gobierno de Trump busca renegociar los acuerdos con sus socios comerciales. De allí que se muestre tan confrontacional con Canadá o México, sus principales socios en la región, o la propia Unión Europea. Su estrategia se ha repetido en todos los casos: Amenaza con subir los aranceles, luego los suspende y busca una negociación favorable. La parte más débil accede teniendo una pistola que le apunta.

 

Otro rasgo es la política doméstica. Con los aranceles elevados busca “repatriar” las fábricas que se fueron a China y otros países, reiterando que aquellas industrias que regresen obviamente no pagarán aranceles. En el fondo lo que busca es dar trabajo a los miles de desempleados norteamericanos, desempleo ocasionado por la migración de las empresas fuera de EEUU, siendo la subida arancelaria una medida proteccionista. Tengamos presente que los blancos pobres son el principal bastión electoral de Trump.

 

Otro tema de política doméstica son las elecciones intermedias donde se renueva parcialmente el Congreso de la nación. Todo indica que la administración Trump busca algunos resultados inmediatos que le permitan exhibir logros (que serán magnificados) y que le aseguren una mayoría cómoda en ambas cámaras legislativas para lo que resta de su mandato, ejecutando en los primeros meses de su gobierno algunas medidas amargas como una desaceleración económica, inflación alta o hasta una eventual recesión controlada, ahora que cuenta con una alta popularidad, que ejecutarlas en las vísperas de las elecciones de midterm donde los vaivenes electorales e incertidumbre política son mayores.

 

¿QUÉ PUEDE PASAR?

 

1.- En cuanto al dólar norteamericano, seguirá siendo la principal moneda de refugio internacional, sustituirla por otra es complicado en el corto plazo. Implica problemas técnicos y dificultad en establecer consensos políticos inmediatos. Siguiendo las tendencias históricas, es probable que en un futuro -cercano o lejano- EEUU deje de tener el protagonismo actual, eclipsándose como gran potencia. En ese momento el dólar dejará de ser la moneda internacional que es ahora, algo similar a lo que sucedió con la libra esterlina e Inglaterra en la primera mitad del siglo XX.

 

2.- Por extensión, los tenedores de dólares y de bonos del tesoro igualmente evaluarán que el gobierno de Trump dura solo 4 años, pudiendo ser sustituido en la siguiente elección por otro diametralmente opuesto, con otras reglas de juego, por lo que el dólar -por el momento- seguirá siendo la principal moneda internacional y los bonos del tesoro una de las fuentes importantes de financiamiento del déficit fiscal.

 

3.- Ello hará que los inversionistas sopesen la “repatriación” de las empresas que se fueron. El costo de trasladar una empresa y el tiempo de terminación de las nuevas plantas industriales en suelo norteamericano van a hacer pensar a más de uno si valdrá o no la pena.

 

Aparte que algunos entendidos en el tema sostienen que la, por ejemplo, industria de automóviles, hoy fuera de EEUU, de repatriarse no cubriría los puestos de trabajo con que contaba antaño, por la automatización de muchas funciones que hoy las hacen los robots, siendo imposible cubrir todos los puestos perdidos.

 

4.- Una “guerra de aranceles” en un mundo comercialmente tan interconectado, donde no existe un hegemón indiscutible como antaño, es un juego suicida con consecuencias impredecibles, incluso para el que prende la hoguera. Decisiones erráticas, marchas y contramarchas, conllevan perturbación a todos los mercados y un posible realineamiento de los países de Occidente que cuestionarán a los EEUU como el garante de la paz mundial, como hasta ahora era visto. En contrapartida, los rivales de EEUU, Rusia y China, miran desde la platea las ganancias políticas y comerciales que van a cosechar.

 

5.- Muchos economistas dudan también que se vaya a conseguir grandes ingresos con la subida de aranceles, debido a que se importará menos y el precio al consumidor norteamericano del producto final subirá, disminuyendo el volumen de lo comprado. En otras palabras, el peso de la subida de los aranceles lo van a tener las propias familias norteamericanas.

 

Por tanto, es inviable sustituir los impuestos internos que se cobran (sobre todo el impuesto a la renta) por el cobro de aranceles a productos extranjeros, que no llegaría a cubrir la enorme brecha de gasto del estado norteamericano. Aparte que una reducción drástica del impuesto a la renta, como la que propone Trump, solo beneficiaría a las grandes fortunas, en detrimento de los ciudadanos de menores ingresos que se verían perjudicados por el recorte en los programas sociales.

 

6.- Como el propio Miran reconocía en su artículo, los aranceles como herramienta política de negociación tiene sus límites. No se puede amenazar eternamente a un estado con subidas arancelarias de sus bienes, debido a que buscará otros mercados donde colocarlos (aunque demore un tiempo de ajuste), y aquellos que tengan cierto poder en el escenario mundial “contestarán” con medida similares a productos de origen norteamericano (China, Canadá, la propia UE). Tengamos presente que del casi 50% del PBI mundial que producía EEUU luego de la II Guerra Mundial ha pasado al 26% en la actualidad. No sería extraño que las naciones afectadas busquen nuevos socios comerciales.

 

7.- ¿Quién gana? Frente a “la política del garrote” esgrimida por Trump, China entra a tallar, con una cuota del PBI mundial cada vez más importante que, se calcula, igualará al norteamericano en pocos años. Paradójicamente China, país totalitario, usando el soft power, puede convertirse en el adalid del libre comercio mundial y atraer a su área de influencia a otros estados, descontentos con la política proteccionista y aislacionista de Donald Trump.

 

Tampoco sería extraño que, terminados los cuatro años de la administración Trump, EEUU salga más debilitado frente a un escenario mundial cambiante.

Sunday, March 09, 2025

A DIEZ AÑOS DE INTERSTELLAR

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Interstellar, desde su estreno en 2015, sufrió comparaciones con 2001: Odisea del espacio, y era natural, al ser 2001 el referente máximo de la ciencia ficción y, si bien existen ciertas similitudes en cuanto al contenido de aventura espacial, el tratamiento cinematográfico y contenido argumental son totalmente distintos. En 2001 se va hacia el encuentro de una civilización más desarrollada que la humana y que nos ha “guiado” a lo largo de la evolución a través de un extraño monolito. En Interstellar la aventura espacial es sobrevivencia pura. Las razones han cambiado. En el filme de Kubrick es más “metafísico”, en la onda del new age de aquellos años; mientras en el filme de Nolan es más “realista”, en el sentido contemporáneo de las adversidades producidas por el cambio climático en un mundo que se extingue.

 

Digamos que también el mundo de Interstellar es más pobre, en marcado contraste con el mundo descrito en 2001, donde prima la alta tecnología y un cierto optimismo de la sociedad humana. En Interstellar prácticamente no hay potencias hegemónicas, se ha desmantelado el poderoso ejército norteamericano, se privilegia la producción agrícola para subsistir frente a la tecnología, y en los manuales escolares se enseña que fue un mito lo del hombre pisando la luna. Estamos en un mundo que ha involucionado.

 

Pero Interstellar también puede verse como la última aventura humana, como lo fueron en su momento los grandes viajes de los navegantes del siglo XVI, descubriendo nuevos continentes con los riesgos que ello implicaba, incluso la vida misma. De allí que el personaje de Cooper encarna muy bien esas cualidades, dejando atrás familia y todo lo conocido. Para emprender esa aventura ante lo desconocido se debe ser consciente que la vida está en juego, perdiéndola, como les sucedió a muchos de los que, en aquellos remotos años, fueron en busca de riqueza y nunca regresaron.

 

Otros críticos han señalado que el argumento se inspira en La odisea de Homero. Ulises emprende el viaje a Troya y regresa muchos años después a su querida Itaca para ver a su familia y su reino cambiado, como le sucede a Cooper al ver de nuevo a su hija (ahora mayor que él por la relatividad del tiempo).

 

Si bien tiene una suerte de “final feliz” (el reencuentro padre-hija), la escena abre la posibilidad de una nueva aventura a la que Cooper de todo corazón y como buen aventurero estaría dispuesto a asumir. (Se aburre enormemente en la estación espacial que lleva su apellido).

 

A diez años Interstellar no ha envejecido. Y si hacemos las odiosas comparaciones, 2001 sigue estando en la cima (no sin razón fue denominada en su momento como la catedral de la ciencia ficción), pero no por ello tiene menor mérito la fascinante aventura humana que describe el filme de Nolan.

Sunday, March 02, 2025

DEMASIADOS ACCIDENTES, DEMASIADOS…

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


En todas partes se producen accidentes; pero en el Perú son la regla y no la excepción. De todo tipo: puentes que se caen, jóvenes que se electrocutan en un fast food, aviones que chocan en una pista de aterrizaje, desastres naturales prevenibles y, ahora, el techo de un centro comercial que se cayó en la ciudad de Trujillo.

 

La constante es que el accidente ocupará las primeras planas unos días y luego será sustituido por alguna noticia que cause más sensación. Otra constante es que las autoridades pondrán el necesario “celo profesional” por unos cuantos días, justo los que dure la noticia, cerrando centros comerciales o colegios por aquí o por allá, y luego a dedicarse a otro asunto.

 

Claro, se dirá Perú, país del tercer mundo, la improvisación, los pocos escrúpulos de algunos empresarios, y funcionarios “de la vista gorda”, siempre van a acarrear accidentes. En un país con un sólido Estado de Derecho un accidente como el ocurrido en el mall de Trujillo le costaría no solo la licencia al centro comercial, sino la posible quiebra por las indemnizaciones a pagar y la cárcel a los representantes legales que, para variar, “se tiran la pelota” unos a otros.

 

Lo más probable es que con unos cuantos billetes a las víctimas o a los deudos la cosa se acalle. Los harán firmar mil documentos en los que se inhiben de cualquier acción legal futura, y borrón y cuenta nueva.

 

El asunto con el centro comercial que dejó varias víctimas es que el Perú, siguiendo una tendencia internacional, convirtió a los malls en los nuevos espacios públicos. Un lugar donde pasear, mirar vitrinas, ir al cine, comer algo, se ha convertido en costumbre, y que en ciertos días y horas punta puede albergar miles de personas. De allí que primero la ciudad de Lima y luego otras del país se llenaron de nuevos centros comerciales. Ese espacio, ahora, con el accidente en Trujillo, tampoco es seguro.

 

¿Quién es el culpable del accidente? Como en Fuente Ovejuna, todos son culpables. Desde el empresario (formal o informal) que decide ahorrarse unos soles en seguridad y mantenimiento, pasando por las autoridades venales que miran a otro lado, hasta los órganos jurisdiccionales que les han quitado a los municipios medidas de coerción como cierre de edificaciones con irregularidades.

 

En el caso de las nuevas edificaciones, el Tribunal Constitucional e Indecopi “le quitaron uñas” (en el buen sentido del término) a los gobiernos locales. Ya no pueden clausurar edificaciones que presenten irregularidades o problemas técnicos, por lo que de presentar defectos el proyecto o afectar la edificación a terceros o propiedad pública, la municipalidad ya no la puede clausurar como antaño. A eso -el usar el municipio como medida cautelar la clausura temporal de una edificación- Indecopi y el Tribunal Constitucional los llamó “barrera burocrática”.

 

Es cierto que la corrupción existe y que más de un funcionario municipal es “bastante flexible” con lo que ve o no ve en una inspección, pero de allí a quitar facultades al municipio como la clausura temporal de una mala edificación no era la solución. El remedio ha sido peor que la enfermedad. No sería extraño que muchos edificios recién construidos comiencen a presentar problemas al poco tiempo de terminados. Esperemos no se caiga ninguno.

 

            El poeta César Moro fue el que sentenció “En todas partes se cuecen habas, pero en el Perú solo se cuecen habas”. Por desgracia sigue siendo así.