Thursday, April 09, 2015

LIMA COMO SU CHACRA: CASTAÑEDA A LOS CIEN DÍAS



Por: Eduardo Jiménez J.
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Castañeda ha demostrado que carece de un plan coherente para Lima, salvo el de meter cemento a diestra y siniestra, y borrar todo vestigio de la administración anterior. Y, parece también, que ha perdido todo contacto con la realidad (lo que hay dentro de su mente es preocupante, como manifiestan los sicólogos), reflejado en su estrepitosa caída en la aceptación ciudadana. Y todo en menos de cien días.

Somos quizás una de las pocas capitales donde impera el caos, desorden e informalidad en el trasporte público. Ya no hablemos de las ciudades europeas, sino de algunas vecinas, como las de Santiago, Bogotá o Quito, para darse cuenta de la diferencia. La calidad de vida del vecino –algo que importa poco a Castañeda- es mucho mejor en otras ciudades, en lo que al trasporte público se refiere. Y la receta no es otra, sino que cada alcalde iba mejorando lo que su antecesor había hecho. Sin complejos adánicos, se iba sumando en beneficio de los vecinos de la ciudad.

Con una voluntad digna de mejores causas en sus tres primeros meses de gestión desmanteló la incipiente reforma del trasporte iniciada por la gestión Villarán y, de paso, canceló un magaproyecto tan importante como Vía Parque Rímac, a fin de echar mano a sus fondos (no pierde sus viejas costumbres) y construir un  by pass entre las avenidas Garcilaso y Arequipa, obra que todos los técnicos han criticado porque no es necesaria, ni cuenta con expediente técnico, como tampoco los permisos legales obligatorios para una obra de esa envergadura. Se va a gastar dinero de todos los contribuyentes en una obra que no es vital para la ciudad, sin expediente técnico ni licitación (el contratista ha sido designado a dedo), teniendo de contratista a una empresa (la brasileña OAS) sumamente cuestionada en su país de origen por ofrecer coimas a los funcionarios públicos (aparte que en Brasil extrañamente se ha declarado en quiebra).

Ha vuelto a sus antiguas andadas, cuando pensaba que Lima era como su chacra, sin darse cuenta que la ciudad cambió en los años que no estuvo en la alcaldía, con ciudadanos más atentos a una propuesta de mejor calidad de vida y de ahorro en las horas de trasporte (promedio actual: el limeño pierde cuatro horas en viajes en combi, sin seguridad y sin horarios). No obstante ello, una de sus primeras medidas como alcalde fue prorrogar automáticamente el caótico y demencial recorrido de las combis por tres años más, sin importarle los muertos y heridos que al amparo de su ordenanza han ocasionado, como los temibles “chosicanos”.

 Ya no hablemos de la cultura, la que es borrada con pintura amarilla. Creyendo que con “el cucó” del terrorismo iba a pasar desapercibida su decisión autoritaria: la mayoría de ciudadanos se encuentra en desacuerdo con la decisión tomada de borrar los murales, así como en que haya deshecho la reforma del trasporte, reforzando de nuevo el sistema comisionista-afiliador de las combis asesinas y repletas de infracciones.

La seguridad ciudadana brilla por su ausencia, con un centro histórico donde se producen asaltos y robos a cada momento, y donde impera de día y de noche la prostitución clandestina y los hostales en cada esquina. (No es casualidad que se deje ejercer el más antiguo oficio a vista y paciencia de los vecinos, si nos percatamos que la prostitución es uno de los más lucrativos negocios, por lo que muchos funcionarios ediles prefieren hacerse de la “vista gorda”).

A estas alturas menos podemos hablar de  trasparencia. Su gestión, como las pasadas, se caracteriza por hacerlo todo a media luz, siempre en la oscuridad.

En un estado democrático y constitucional, los otros poderes e instituciones del estado deben preocuparse por la situación anómala del manejo de la capital por un alcalde que ha perdido el rumbo hace tiempo. Es hora que actúen la Controlaría General de la República, el Ministerio de Economía y Finanzas y el propio Congreso de la República, que, felizmente, ha mostrado cierto interés en el tema. Y es hora también que reformemos la ley de municipalidades. No es posible que el alcalde electo tenga mayoría absoluta de regidores en forma automática. Las votaciones para regidores deben ser independientes a la de alcalde.

El alcalde Castañeda se quedó en la Lima de inicios de siglo, con sus escaleritas pintadas y el culto a la personalidad. Lo bueno, que su gestión solo durará cuatro años, sin posibilidades de reelección inmediata. Lo malo: habrá que comenzar de cero cuando se vaya, ya que no habrá hecho nada, salvo artificios para los tontos.

Monday, April 06, 2015

VENEZUELA, LA CRISIS Y LA DICTADURA

Por: Eduardo Jiménez J.
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Por Venezuela perdí, hace unos nueve años, a mis últimos amigos de izquierda. Encandilados con el “socialismo del siglo XXI” de Hugo Chávez, porfiaban en que esa “era la ruta” para América Latina. Medio en serio, medio en broma, los reté a esperar veinte años (que no son nada en la historia): si “el camino a seguir” era el socialismo del siglo XXI del “comandante Chávez” o más bien lo era la apertura en lo económico y la consolidación de la democracia en lo político.

La verdad no tuve que esperar veinte años. Bastó poco más de cinco para ganar la apuesta.

Es que el “socialismo del siglo XXI” no era otra cosa que un programa estatista e intervencionista del estado, con un aire nacionalista; como el que tuvimos nosotros, en Perú, con el gobierno del general Juan Velasco Alvarado (a quien Chávez admiraba enormemente); y las largas colas para obtener los productos de primera necesidad nos recuerdan al desastre económico que sufrimos en el primer gobierno de Alan García. Ya lo habíamos experimentado en carne propia.

No obstante, cierta izquierda (y ciertos gobiernos “de izquierda”) se empecinan en callar y mirar hacia otro lado. No solo en Perú, también en todo el barrio (AL). Es preocupante. Dictadura es dictadura, sea de izquierda o de derecha. Lo otro sería relativizar una (la dictadura “de izquierda”) argumentando “fines sociales”.

En ello coincido con Levitsky: la izquierda debe pronunciarse contra el recorte de derechos a los opositores al gobierno de Maduro, más allá de las simpatías o antipatías que les tengamos a los perseguidos y encarcelados políticos venezolanos. Como bien señala, fue gracias a la defensa de la democracia en la región que consolidamos sistemas más igualitarios y de inclusión social. Fue gracias a la defensa de los derechos fundamentales en la época del terrorismo que pudimos consolidar un estado de derecho en los peores momentos.

Es verdad que a los ricos no les interesa mucho la defensa de la democracia. Ellos tienen formas de llegar a los que detentan el poder y de hacer sus negocios. Con democracia o sin democracia. (Un rico, en cualquier tipo de gobierno, tiene medios para llegar más fácilmente a quien tiene el poder que un pobre trabajador). Es a los sectores medios y populares a quienes más les interesa defender el sistema; sea que atente contra el mismo un sátrapa como Nicolás Maduro, aparentemente de “izquierda”, o algún recalcitrante de derecha.

Tarde o temprano Maduro y el régimen que heredó de Chávez van a caer. (La Historia enseña que una dictadura no se sostiene eternamente). Lo lamentable será que el costo de la recostrucción del país llanero será elevado; y el costo será mayor conforme se ahonde mucho más la crisis que sacude al hermano país. Y, como siempre sucede, lo pagará principalmente el pueblo y la clase media (los ricos tienen como defenderse cuando las correas se ajustan).


En esta hora crítica para Venezuela no se puede mirar hacia otro lado. No vaya a ser que la historia los absorba y los digiera, como ya sucedió en tiempos pasados.

Tuesday, March 31, 2015

RECORDANDO A ALBERTO FLORES GALINDO

Por: Eduardo Jiménez J.
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Lo que siempre me gustó del recordado Tito Flores Galindo fue su libertad para interpretar los hechos y las ideologías. Socialista de convicción, no se encasilló en los dogmas que fosilizaron al marxismo, sino que, al estilo de José Carlos, lo interpretó libremente. Fue creación heroica.

Intelectual orgánico, como lo quería Gramsci, tuvo un compromiso político, pero sin nublarle los sentidos y el pensamiento. De allí la libertad que respiraban sus textos, algo difícil de encontrar.

Precisamente La agonía de Mariátegui, la polémica con la Komintern (la internacional comunista de ese entonces) es la mejor prueba. Delicioso y libérrimo ensayo sobre los últimos años del Amauta, que a muchos de la izquierda de ese entonces les encarapeló el cuerpo.

Coincidentemente, como Mariátegui, Flores Galindo vivió pocos años. Dicen de las personas con corta vida, que lo presienten, una voz en su interior les susurra que su paso por este mundo será breve, y tratan, en el poco tiempo que les resta, vivir intensamente, haciendo lo que sienten como su vocación. Tito con su producción intelectual fue un ejemplo de ello. Como que luego vendría Buscando un Inca. Obra mayor. Y después la muerte, hace ya veinticinco años.

Al igual que Mariátegui, supo de la importancia de las utopías. De las creencias que mueven a las personas y colectividades, algo despreciado por el marxismo ortodoxo, considerado hasta “reaccionario”. Son los pathos subyacentes en el espíritu popular. Los grandes políticos saben de eso y cómo llegar así al pueblo.

La izquierda no ha vuelto a tener un intelectual de la talla de Flores Galindo (menos la derecha). Es bueno recordarlo, son ejemplos de integridad moral en estos tiempos de gris mediocridad, de publicaciones olvidables, de copia y pega, incluso de reconocidos “intelectuales”. Hasta siempre.


Wednesday, March 18, 2015

ATACADA: EL CINE COMO PROPAGANDA

Por: Eduardo Jiménez J.
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La ópera prima de Aldo Miyashiro evidencia un interés didáctico y de denuncia sobre la violación impune de mujeres en nuestro país (los créditos finales dan cuenta de una acuciosa investigación previa), así como la ineficacia de la administración de justicia en resolver el conflicto social. Quizás ese afán didáctico y de denuncia es lo que “lastra” el filme que cuenta con una interesante primera parte.

Atacada se encuentra dentro del grupo de películas que se denomina cine de propaganda o proselitista, donde el realizador o los productores buscan resaltar una idea, una persona o un hecho determinado, sea apologéticamente o como denuncia. Casi siempre existe un interés ideológico, religioso o político en el tema. Fue el cine de, por ejemplo, la documentalista alemana Leni Riefenstahl, donde resaltaba las supuestas bondades de la raza aria en la época del nazismo; o, más recientemente, de películas como Cristiada, donde se hacía apología de la heroicidad de los católicos que murieron en la llamada guerra de los cristeros, en el México post revolucionario.

El gran peligro del cine de propaganda o proselitista es caer en los esquemas o clichés. Vale decir todo se encuentra en función de la idea o el concepto. Personajes y trama van en función a lo que se quiere denunciar o resaltar. Y ese es el principal problema de Atacada, subtitulada existencialmente como La teoría del dolor.

La película tiene cuatro partes claramente delimitadas: la etapa previa a la violación donde conocemos a Andrea y a su entorno. La violación propiamente. La tercera es el shock post traumático y el inútil juicio que sigue contra Rodrigo, el violador. La última es la venganza personal. Hay un epílogo donde vemos al personaje algunos años después tratando de rehacer su vida.

Las tres primeras partes (la etapa previa a la violación, la fiesta donde se produce, la inútil batalla legal de Andrea -muy al estilo anglosajón-) tienen ese afán de demostrar los efectos de la violación perpetrada y la ineficacia de la justicia en nuestro país cuando se trata de los poderosos, como lo evidencia la desaparición de los videos que registraron el hecho, y la “compra” de testigos y del propio médico legista. La esquematicidad de los personajes es evidente: los “buenos” son marcadamente buenos, y los “malos” marcadamente malos. Y en ese punto es donde se desequilibra la película: por demostrar una idea (la ineficacia del sistema de administración de justicia frente a un hecho tan clamoroso de violación) tenemos personajes que no llegan a desarrollar del todo y quedan como portavoces de una idea. Aparecen más como figuras, pero les falta densidad.

No obstante, pudo haber sido un mal menor, si el filme no se dilatase tanto con un giro rocambolesco donde se da cuenta de la venganza de los amigos de Andrea contra Rodrigo. La película pierde rumbo del todo, entramos truculentamente al cine gore, y se acentúa la parte melodramática con el internamiento de la protagonista en un penal por ser supuestamente “autora intelectual” del delito, amén del padre que fallece de tristeza y un pequeño que la espera a su salida de la cárcel (suponemos producto de la violación). Acá desbarranca del todo, cuando pudo tener un buen corte con el fin del juicio y un breve epílogo sobre la protagonista.

Es meritorio que Miyashiro haya tratado un tema que casi es de género y lo tratan por lo general mujeres. Vale el intento (y se debe ser muy hombre para hacerlo). Esperemos que en su siguiente largo pueda equilibrar mejor las cosas.


ATACADA  
Dir y Guión: Aldo Miyashiro
c/ Érika Villalobos (Andrea), Jason Day (Rodrigo), Eduardo Cesti (padre de Rodrigo), Carlos Gassols (padre de Andrea), Christian Rivero (Diego)
Perú/2015/Drama**/Estrenos


Tuesday, March 10, 2015

EN FACEBOOK TODOS SOMOS FELICES

Por: Eduardo Jiménez J.
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El título no es mío, lo tomé de un artículo muy interesante publicado en la versión digital del diario argentino La Nación (http://www.lanacion.com.ar//1725676-el-espejo-de-facebook-cuando-la-vida-ideal-de-otros-trae frustracion?utm_source=n_hoy_nota2&utm_medium=saberhoy&utm_campaign=NLSoc), que trata el tema de lo que publican los usuarios en facebook, la principal red social del mundo.

A grosso modo el artículo alude a las fotos y videos que las personas suben a la red, donde aparentan un estado de felicidad eterno, o vacaciones a lugares exóticos que cualquiera no podría tomar, lo cual dista mucho de ser real; pero, a contrario, quienes ven esas imágenes y están atravesando por un grave momento, las puede deprimir más de lo que ya se encuentran al ver tanta felicidad de otros, produciendo el efecto inverso a lo visto, es decir de insatisfacción frente a su propia vida o envidia hacia la exhibida por los demás.

Si bien el artículo es bastante genérico en sus apreciaciones; es cierto que –como sucede en la vida real- muchas personas aparentan un estado de dicha o una situación que no se condice con la realidad que viven. Ha sido el caso, por ejemplo, de los que aparentan una felicidad conyugal que no existe con fotos tipo estoy con mi esposo (a) en un restaurante o en una playa, o regalándome flores y chocolates en el aniversario de bodas o por San Valentín, cuando en la vida real es probable que su relación conyugal se encuentre bastante deteriorada. O, también, de aquellos jóvenes que proclaman “conquistas” de mujeres exuberantes y luego se descubre que son fotos trucadas. Para no mencionar la de aquellos trabajadores que simulan en sus vacaciones ir a una playa paradisíaca del Caribe y más bien se la pasaron en la cabina de internet a la vuelta de su casa.

En cierta forma esas imágenes del mundo virtual buscan compensar la vida diaria, plagada de momentos grises, tediosos y frustrantes (que son los mayores en la vida). El ser humano siempre ha buscado una forma de liberarse de la realidad que lo agobia y limita. En el pasado era con un buen libro que, incluso, enriquecía su existencia, o también viendo alguna película interesante; pero en la actualidad, gracias a la tecnología digital, se ha optado por la manera más pedestre y directa, como son las imágenes y fotografías que colgamos en las redes sociales.

Por regla la información de la red debe tomarse con mucha cautela. Es muy humano querer aparentar una imagen que no es o de potenciar una que apenas es en la vida real. El juego de las apariencias se produce casi en todos los seres humanos; difícilmente encontraremos alguien que se presente ante los demás como es realmente, dado que existe el deseo de ser aceptado por su entorno social (y virtual), y una forma sencilla es la de aparentar tener éxito, ser dichoso o mostrarse sumamente amable y ocurrente.

También se encuentran aquellos que suben fotos acompañados de algún personaje público e indican más bien estatus. Puede ser un cantante, un político, un empresario: “aparezco al lado del famoso tal”, ergo me codeo con “los grandes”. Mientras su face no sea únicamente un mural de “fotos con los famosos”, pasa.

Y hablando de excesos, como señala el artículo, están aquellos que cuelgan fotos de todo lo que hacen: comiendo, manejando, subiendo al bus, paseando al perro o hasta entrando al baño. La interpretación sicológica de tamaño narcisismo se la dejo a los sicólogos; pero el efecto en las redes será el contrario al deseado, el aludido comienza a no gustar, porque como dice el viejo refrán bueno es culantro, pero no tanto.

Desde el punto de vista sociológico, el fenómeno se produce por lo que ha venido en denominarse la sociedad del espectáculo, donde la vida íntima o personal es puesta de manifiesto abiertamente. Algo que se ve muchísimo en los medios de comunicación y en las redes sociales. El fenómeno es mundial, pero en algunos países –como el nuestro- se ha extendido ampliamente. Basta ver la amplia cobertura que tiene el rompimiento amoroso o la “sacada de vuelta” (infidelidad) entre un cantante o jugador de fútbol y una vedette, o entre dos jóvenes que saltan a la fama por el simple hecho de participar en algún reality televisivo (ver nuestro artículo La tv basura). Este fenómeno, por emulación, es replicado entre los innumerables jóvenes anónimos que comienzan a exteriorizar los asuntos más íntimos en el facebook y demás redes.

Otro grupo sí es peligroso y son los “vengativos”. Aquellos o aquellas que rompieron bruscamente una relación sentimental y comienzan a publicitar fotografías comprometedoras de la otra parte o a deslizar en su muro comentarios muy personales de su comportamiento bajo las sábanas (qué hacía o qué no hacía en la cama, cuánto duraba, si era real o fingido, gustos, preferencias, aversiones). Casi siempre son jóvenes (aunque algunos no tan jóvenes) que se dejan llevar por el despecho o la ira del momento, sin tomar conciencia que su accionar puede perjudicar a terceros. Hace poco me enteré del caso de un padre de familia, muy acongojado, cuando vio en el facebook del ex enamorado de su hija, fotos donde ella aparecía practicándole sexo oral al muchacho. Imagínense lo que ese padre sentirá en su fuero interno.

Generalmente los “amores eternos juveniles” duran lo que dura un verano o un ciclo académico de estudios, por lo que las fotos o videos grabados en pleno romance, no se sabe qué futuro tendrán terminado este. Gracias al digital, las imágenes tomadas inocentemente con un celular pueden ser manipuladas o descargadas en otros medios; y fotos apasionadas en una fiesta pasado(a) de copas o en la intimidad de un  hostal, pueden ser utilizadas luego para fines no muy santos de coerción, chantaje o simple desquite.

Y ya no hablo de aquellos que sí son concientes de lo que hacen, como muchos adultos que buscan niñas, niños o adolescentes para sus gustos sexuales. El pederasta sí tiene una conciencia más clara de lo que está cometiendo con frío cálculo, que la del muchacho o muchacha que se deja llevar por las emociones del momento fruto del despecho o de una infidelidad descubierta. (Hace poco, en mi país, se descubrió el chantaje sexual a cambio de favores académicos que nada menos un director de un colegio de varones perpetraba contra sus púberes alumnos).


No todo lo que se publica en el facebook y en general en las redes sociales es felicidad, puede existir también la parte oscura y dramática del caso. Al final de cuentas, el mundo virtual refleja lo que somos en la vida real como humanos, ni más ni menos.

Tuesday, February 24, 2015

LA TV BASURA

Por: Eduardo Jiménez J.
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Se ha programado una marcha contra la “televisión basura” para el viernes 27 de Febrero.

Pero, ¿qué se entiende por televisión basura?

Si bien no existe una definición única, podemos definir la tv basura como aquella que banaliza los contenidos o exacerba el morbo, con un elevado contenido sexual, sensacionalista, chismográfico, racista y/o de clase.

De allí que se pone énfasis en programas concurso tipo realities o aquellos que buscan la hilaridad en los rasgos étnicos o de clase de los protagonistas. También se encuentran los programas de noticias sensacionalistas, cuyo énfasis se encuentra puesto en lo gore (accidentes de tránsito, acuchillamientos), violaciones de menores de edad, o robos y asaltos a mano armada.

Característica de la tv basura, aparte de su evidente falta de creatividad e ingenio, es la centralidad. Se “mira el ombligo”. Por ejemplo, gran parte de las noticias sensacionalistas ocurren en la capital y en menor medida en ciudades de región. Las noticias de interés mundial ocupan un porcentaje muy ínfimo.

Otro de sus rasgos es lo efímero del contenido. Los protagonistas tienen su “cuarto de hora de fama”, pero al día siguiente ya son olvidados y reemplazados por otros. La tv basura no trasciende más allá del día.

Por otra parte, la tv basura no es exclusiva de un país, es más bien un fenómeno mundial; pero que tiene matices. En algunos países, como Perú, es predominante, en otros, mucho menos. (Por ejemplo, unos amigos míos extranjeros, se sorprendieron que en un canal de tv peruano se tratase con tantas horas y horas de programación y en distintos horarios, el affaire de la infidelidad de Florcita Polo, como si fuese una noticia de interés nacional).

Como ya han señalado los estudios sicológicos, el visionar únicamente tv basura produce individuos sin criterio, que tienden a ver programas de televisión como una vaca come el pasto. Las capacidades de análisis crítico y de abstracción de la persona quedan anuladas, lo que conlleva a su vez que no les interese realmente los temas importantes y que son gravitantes para su existencia en sociedad.

En otras palabras, el visionar exclusivamente tv basura produce la cosificación del ser humano. Por eso, los detractores de este tipo de televisión, señalan que la tv basura produce individuos conformistas con el sistema político imperante y por ello es una gran aliada de cualquier gobierno, sobretodo si son gobiernos mediocres, cleptocráticos o tiránicos.

Al ser adictiva la tv basura, el individuo querrá más y más de esta, creyendo que es lo único importante. En el proceso su mentalidad queda estancada en la de un niño. Se convierte en un Homero Simpson.

Todo parece indicar que en nuestro país la tv basura se afincó en los años noventa, en complicidad con el gobierno cleptocrático y autoritario de ese entonces. (Las razones de esa complicidad son obvias y fueron ampliamente difundidas en los llamados vladivideos). Pero con el regreso de la democracia las cosas no mejoraron, sino empeoraron.

Algunos sostienen que esto se debió a que los programas sensacionalistas son más baratos (a los participantes de un realitie no se les paga lo mismo que a una “estrella” conocida), no requieren demasiado ingenio en su preparación, casi siempre son copias de programas extranjeros y la rentabilidad es alta, por los auspiciadores que participan. Y, si bien se propuso la autorregulación de los contenidos por los propios canales de televisión, lo cierto es que no pasó de buenas intenciones (como tampoco los “semáforos” –calificaciones sancionatorias- de la ANDA, la asociación de anunciantes).

Los canales que propalan tv basura y sus acólitos seguidores esgrimen como argumento central de defensa que son mayoría los que siguen los contenidos basura; es lo que le gusta a la gente. Pero, como bien se ha señalado, con el mismo razonamiento su eslogan persuasivo podría ser consuma caca, cien millones de moscas la recomiendan.

No obstante ello, la sugerencia cínica y harto manoseada de los defensores de la tv basura (“apaguen su televisor o cambien de canal si no les gusta”), parece convertirse en profecía autocumplida. Al bajar los costos de conexión de la tv por cable o la satelital, así como del internet, está permitiendo que los ratings (sintonía) de los programas de la tv basura difundidos por señal abierta, sea cada vez menor. Salvo excepciones escasísimas, ahora es imposible que un programa de tv basura supere los 40 o 50 puntos de rating como antaño. En otras palabras, muchas personas han hecho caso a la sugerencia de los defensores de este tipo de televisión y cada vez optan por visionarla menos.

A ello se debe añadir que dentro de pocos años, a raíz del apagón analógico (programado para el año 2020), con el incremento de contenidos en HD, el panorama de la tv de señal abierta puede cambiar dramáticamente. Actualmente ya se vislumbra en algo, con los contenidos de ciertos canales digitales.

No sería extraño entonces que, frente al cada vez menor rating que se evidencia en varios programas de la tv basura, se incremente más el morbo, el contenido sexista o la chismografía, sensacionalismo e intrascendencia a fin de no perder sintonía y auspiciadores. (Imaginamos que para aumentar el rating, al reciente concurso de traseros de un programa de la tv basura, seguirá pronto un concurso de vaginas o de penes).


Por ello es meritorio que un grupo de ciudadanos, como parte integrante de la sociedad civil, dejen escuchar su voz de protesta. Eso refleja que no se encuentran cosificados, sino que siguen siendo ciudadanos. Enhorabuena.


Monday, February 16, 2015

EL DILEMA DE GRECIA (Y DE EUROPA)

Por: Eduardo Jiménez J.
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El triunfo en las urnas de la coalición de extrema izquierda Syriza y la designación como primer ministro de Alexis Tsipras y, como ministro de finanzas, el heterodoxo Yanis Varufakis (quien no cree mucho en los términos de intercambio que hasta la fecha se han producido entre Europa y Grecia), conlleva un dilema no solo para Grecia, sino para la continuidad de la Unión Europea.

A grosso modo la crisis griega se origina por una abultada deuda pública externa que llega casi a duplicar su PBI, la que se agravó con la crisis europea de los “bonos basura” y la corrupción interna de las autoridades helenas de ese entonces (se ha llegado a especular que hasta “maquillaron cifras” con la complicidad de algunas conocidas calificadoras de riesgo para ingresar a la Unión Europea).

La “receta” para la crisis griega de la llamada “troika” liderada por Alemania (FMI, Banco Central Europeo y la Comisión Europea) la conocemos bastante bien en la América Latina de los años ochenta: austeridad, austeridad y más austeridad, junto a la eliminación de programas sociales, a fin de “pagar la deuda”.

Como era de esperarse, la austeridad seguida de recortes presupuestales, produjo malestar social, expresado políticamente en la ascensión al poder por primera vez de la coalición  de extrema izquierda Syriza, con un programa de gobierno que prioriza lo social y “negociar” el pago de la deuda externa.

A nivel económico el problema financiero pudo resolverse de conservar Grecia su autonomía monetaria: devaluaba el dracma, la moneda oficial, “licuaba” la deuda con una inflación interna e incentivaba las exportaciones a fin de tener “dinero fresco”. Pero, al ser parte de la Unión monetaria, ya no dispone de esas herramientas: no puede subir o bajar la tasa de redescuento (que la fija el BCE), emitir moneda o devaluar.

Y allí se nota también los límites de la unión monetaria. Es buena para aquellos países “solventes”, los que tienen el manejo del euro, como es Alemania; pero los países pequeños como Grecia se encuentran bastante limitados.

Políticamente el problema griego puede repercutir en otros países con problemas similares, donde el desempleo (sobretodo juvenil), el recorte del estándar de vida y de los programas sociales, podría volcar al electorado a opciones radicales, como Podemos en España. Lo que a su vez originaría el comienzo del fin del proyecto más ambicioso del siglo XX: la unión política, económica, monetaria y financiera de todo un continente.

El gobierno griego no tiene otra alternativa que cumplir con las promesas electorales, si no quiere tener una vida corta. Y, de ser necesario, salirse de la Unión Europea, para lo cual cuenta con el apoyo de los nacionalistas extremos, con los que hace mayoría en el Congreso.

Asimismo, al ser una coalición el partido de gobierno (Syriza es el acrónimo griego de Coalición de Izquierda Radical), no estará exento de conflictos entre los miembros sobre el nivel de velocidad de las reformas. Con un parlamento (el régimen político griego es el parlamentario) con notable presencia de marxistas de viejo cuño para los cuales la democracia no es un fin sino solo un medio (algo similar al pensamiento de la “izquierda legal” peruana a inicios de los años ochenta), es bastante probable que de no conseguir un acuerdo con la “troika”, se propongan “pisar el acelerador” para salir del corset europeo y plantear su propio camino, con resultados alarmantes para todo el continente.

Y de no hacer ello, se corre el riesgo que en las próximas elecciones lleguen por medio de las urnas los neonazis. De castaño a oscuro. (El grupo neonazi Amanecer dorado que promete “sacar a patadas de Grecia a todos los extranjeros” ya cuenta con una apreciable mayoría en el parlamento actual).

Por otra parte, la Unión Europea, si quiere sobrevivir como tal y no ser solo un “club de países ricos”, deberá manejar el problema de la deuda griega en forma política, lo cual pasa por reducirla, tanto en capital, como intereses y penalidades. Y, como ya ha señalado más de un experto en el tema, el Banco Central Europeo va a jugar un papel importantísimo en la crisis: o se convierte en el simple cobrador de Alemania (o de los bancos alemanes para ser más preciso), presionando a Grecia con la amenaza de no darle más créditos si deja de pagar la deuda: o mirando el futuro, opta por la unidad de la zona euro, apoyando de alguna manera al país heleno.

Los historiadores dicen que si los vencedores en la I Guerra Mundial no hubiesen exigido condiciones tan humillantes a Alemania tras su derrota, se hubiese evitado el ascenso al poder de Hitler y el fascismo, y de repente, hasta de la II Guerra Mundial. Asimismo recuerdan al inflexible gobierno alemán de Angela Merkel que tras el fin de la segunda contienda, los aliados fueron bastante generosos con la entonces empobrecida Alemania, quitándole mucho del peso de su deuda, lo que ayudó considerablemente a la reconstrucción del país.


Si se persiste en continuar con condiciones tan duras para Grecia habrá que evaluar el futuro de la unidad europea, y las consecuencias que podría traer no solo en el viejo continente, sino en todo occidente. La repercusión en Occidente (donde paradójicamente Grecia es la “madre” de esa forma de civilización de la mitad del planeta) puede ir más allá del pequeño país helénico.

Monday, February 09, 2015

PERÚ, PAÍS DE LAS POLLADAS

Por: Eduardo Jiménez J.
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Un reciente estudio del Banco Mundial ha concluido que la forma más ingeniosa de conseguir dinero entre los países pobres es la popular pollada, al parecer originaria de nuestro país.

Los peruanos somos ingeniosos y esta forma de recursearse (agenciarse dinero) debe tener por lo menos 35 años. Posiblemente se originó  a fines del gobierno militar o inicios de la democracia, cuando la crisis económica golpeaba fuerte en nuestro país (frente a la pobreza galopante de aquellos años, hay evidencias que en los sectores más desfavorecidos se comía nicovita, alimento irónicamente para pollos). Comenzó a gestarse en los sectores populares, de donde es tributaria, para trascender a las clases medias, duramente golpeadas en aquellos años; y algunos dicen que incluso llegó hasta los sectores sociales altos, a fin de costearse su tren de vida y pasajes a Miami.

¿Por qué el pollo?

En sus inicios el pollo era barato y estaba al alcance de todo presupuesto. A tal punto se popularizó en pocos años (se estima que la difusión masiva del pollo debe tener menos de cuatro décadas) que se hizo infaltable en las mesas familiares y los restaurantes: arroz con pollo, guiso de pollo, sopa de pollo, tallarín con pollo, salpicón de pollo, etc., etc.

Y aunque Evo Morales le echó la culpa a la noble ave del aumento de homosexuales –por esto de las hormonas que le aplican al emplumado para que engorde rápido-, no hay evidencias que demuestren, luego de cuarenta años de consumo masivo, que el número de gays o lesbianas haya aumentado dramáticamente. De repente el re reelecto presidente descubrió que las hormonas del pollo combinado con la altura en la que se encuentra Bolivia, producía esos extraños cambios. Habrá que preguntarle.

Si bien una pollada tiene una finalidad recaudativa para un fin específico (pagar cuentas, una operación, los estudios escolares o universitarios de un hijo, un viaje de promoción), trasciende los profondos para convertirse en un evento social, de reunión de viejos amigos o conocer nuevos. Incluso tener un choque y fuga con un desconocido (a) (relación sexual esporádica y breve, sin necesidad de volverse a encontrar de nuevo),  culminando el conocimiento mutuo y a calzón quitado en un telo (hostal que se utiliza usualmente para lances sexuales); o si la urgencia era incontrolable y los recursos escasos, en algún lugar más o menos oscuro y contra la pared. Son las famosísimas polladas salvajes.

Pero, se debe reconocer que en otras ocasiones una pollada sirvió para iniciar una relación más estable que proseguía en un noviazgo formal, con pedida de mano de por medio, y finalizaba en matrimonio. (¡Cuántos niños le deben su nacimiento a una pollada¡).

Necesariamente quien organiza una pollada debe tener una red social amplia, a fin que colabore la mayor cantidad de conocidos. Lucila Campos, cantante que ostenta el título de  la reina de las polladas, se jacta de haber convocado a más de mil personas en una sola actividad; y ahora, gracias a las redes sociales, y en especial al facebook, se puede convocar virtualmente, indicando fecha y lugar del evento.

Una pollada debe estar bien organizada, desde comprar el pollo, macerarlo bien y freírlo adecuadamente, contar con un lugar amplio y acogedor (puede ser una canchita de fútbol, una sala grande de casa, un parque o incluso la vía pública si no existe otro espacio disponible), hasta la música, el equipo de sonido y la venta de cerveza (la famosa rubia), rubro importante de ingresos y que no tiene pierde en una pollada.

Una variante es la pollada delivery. Sucede cuando el organizador no tiene muchos recursos o espacio disponible, y opta por entregar los platos en el domicilio de los que se apuntaron con una tarjeta. Es cierto que quita el encanto primigenio, pero no cabe duda que es una salida para contar con unos soles demás.

 Un sustituto del pollo en estos eventos, ha sido la cuyada (a base de cuy), la parrillada (a base de carne) y la chanchada (a base de chancho); o, como me decía una amiga de lengua bastante florida, hasta la huevada (a base de huevo), si no se cuenta con mucho dinero; pero indiscutiblemente la pollada sigue siendo la reina de los encuentros.

Otra característica de las polladas es la reciprocidad. Hoy por ti, mañana por mí. El colaborar con una pollada, implica que a futuro el colaborante puede pasar a ser organizador de su propia actividad y, el que antaño organizó, pasa a colaborar por lo menos con una tarjeta; caso contrario, si demuestra ingratitud, se le aplica la ley, es decir jamás se vuelve a apoyar a esa persona si realiza otra actividad.

Y debido a la diáspora de peruanos en el exterior, acaecido por la crisis económica de los años ochenta, el terrorismo y el terrible fujishock (los cálculos más recientes estiman unos tres millones de peruanos que radican en otro país), la pollada se ha universalizado y se rinde pleitesía también en otras latitudes (los anglosajones la conocen como chicken party); aunque imagino que por allá habrá que pedir permisos y todo el papeleo necesario, cosa que entre nosotros –informales todavía- obviamos; y si viene la policía o el serenazgo llamados por algún descontento, se le invita a los custodios del orden una sabrosa pollada con una cerveza bien al polo (helada) y asunto arreglado.

Así que si alguna vez se encuentra escaso de fondos, anímese y haga su pollada bailable, con el clásico lema de la tarjeta hasta las últimas consecuencias.

Thursday, January 29, 2015

SOBRE LAS INTERPRETACIONES ACERCA DE AMERICAN SNIPER (EL FRANCOTIRADOR)

Por: Eduardo Jiménez J.
        ejimenez2107@gmail.com
        ejj39@hotmail.com
       @ejj2107


En los Estados Unidos la película ha recibido críticas del sector liberal (lo que acá vendrían a ser los caviares), por considerarla patriotera y belicista. Pero, una buena película como El francotirador (y, por extensión, cualquier obra de arte de calidad) puede contener más de una interpretación.

Si uno observa atentamente el filme se dará cuenta que cabe tanto la interpretación belicista; pero, por oposición, también la antibélica, la que se acentúa por acumulación: son tantos los asesinatos selectivos que infligió Chris Kyle (se estiman en más de doscientos), sean hombres, mujeres o niños, como el trauma de postguerra sufrido por el protagonista, que vamos a tener una sensación que el director más bien ha querido realizar una película de contenido pacifista.

En efecto, la interpretación belicista opera a nivel epidérmico: los fríos asesinatos a la distancia apretando un gatillo, el sentido patriota del pueblo norteamericano y del propio personaje luego de los sucesos del 11 de Setiembre, el tratamiento de “salvajes” de los iraquíes vs el afán “civilizatorio” que traen las fuerzas norteamericanas (pacificación, democratización del país, libertad del “pueblo oprimido”, etc.).

Dicho sea de paso, la justificación civilizatoria siempre ha sido el argumento central de toda guerra e invasión de un pueblo a otro, desde los romanos, pasando por los españoles, hasta los ingleses y norteamericanos. El pueblo invasor trata de “salvaje” al pueblo invadido y, por tanto, lo que busca es “civilizarlo”.

Y la “cereza de la torta” es la evidencia no cuestionada de las ideas conservadoras del propio Eastwood y su simpatía por el Partido Republicano, partido político que hoy más que nunca se encuentra muy cerca de las ideas fundamentalistas de derecha, de esa noción de patria muy enraizada en los sectores conservadores de la sociedad yanqui y de los grupos económicos de poder en Estados Unidos.

Desde ese ángulo sería incuestionable la postura pro bélica de la película; pero insisto que puede dársele otra interpretación “por debajo de la piel”, en el sentido que son tantas las atrocidades presentadas, que la reacción por oposición es distinta a lo visto, produciéndose por rechazo un sentimiento “no bélico” en el espectador, así como de toda la parafernalia patriotera que exhibe las escenas finales del filme, donde se muestra las exequias como héroe nacional de Chris Kyle.

Por lo demás, la construcción del personaje es una ficción. Muy aparte que se halla basado en sus memorias el guión del filme, la construcción de un personaje en base a un modelo “real” tendrá los acentos que el guionista y luego el realizador quieran darle; muy aparte que al tratarse de memorias, quien escribe tiende a “mentir” sobre si mismo o a justificar o atenuar algunos hechos de su accionar. De allí que se acentúa la arista del tipo convencido de lo que hace para defender a su país y a los más débiles luego del 11-S, que el lado oscuro de su personalidad, la que tiene facetas poco amables al personaje real, según testimonios de quienes lo conocieron.

Una obra de arte que trasciende tiene interpretaciones que van más allá de lo que su autor quiso decir o hacer. Ejemplos abundan en clásicos de la literatura, la pintura o el cine. Por ello interpretaciones en uno y otro sentido van a coexistir, lo que no quita que estemos ante una de las mejores películas de Clint Eastwood, que prueba el buen estado del realizador en su octava década de vida.



EL FRANCOTIRADOR [American Sniper] 
Dir: Clint Eastwood   
Guión: Jason Hall, basado en el libro de Chris Kyle
c/ Bradley Cooper (Chris Kyle), Keir O'Donnell (Jeff Kyle), Sienna Miller (Taya)
EEUU/2014/Drama****/Estrenos