Sunday, April 27, 2025

MARIO VARGAS LLOSA, SU OTRA GRAN PASIÓN O DE CÓMO VENDER GATO POR LIEBRE

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Hasta después de muerto MVLL es polémico. En este caso por la “biografía política” que uno de sus acólitos, Pedro Cateriano, ha perpetrado.

 

El autor de la biografía es más conocido por el célebre audio donde indica que tiene “luz verde” de Nadine Heredia, primera dama en ese entonces, para realizar unas compras cuando fue ministro en la gestión de Ollanta Humala. De allí en adelante pasó a ser conocido como “el ministro de la luz verde”. Fue su momento de mayor esplendor político.

 

Del grupo de amigos cercanos a MVLL, lo conoció durante la frustrada campaña presidencial de 1990 y, de allí hasta su muerte, no se despegó del escritor. Quizás por su lealtad y cercanía el Nobel lo recomendó a Humala como su ministro, cuando fue el compromiso de la hoja de ruta del nacionalista. Luz verde aparte, Cateriano, a la manera de Churchill, pergeña las letras, solo que sin tanta fortuna. Veamos.

 

En principio, como ya se lo han hecho notar, el engañoso título “su otra gran pasión” significa equivalencia entre el accionar político y la verdadera pasión de MVLL por el mundo de las letras. Descontando su breve estancia de juventud en el grupo comunista Cahuide, la única acción política concreta que ejerció el Nobel fue la candidatura presidencial, luego de lo cual no se dedicó a la política como ejercicio del poder.

 

Vargas Llosa fue más bien un divulgador de ideas, un ideólogo si se quiere, que en los últimos años era notorio su apoyo a personajes y candidaturas liberales y algunas de la derecha más rancia. Pero político como tal no lo fue. Él mismo lo confesó reiteradamente que su verdadera y única pasión era la literatura y que la política fue coyuntural, por la situación en que se encontraba el Perú a fines de la década del 80. Fue una excepción a la regla.

 

No obstante, si lo que se quería era trazar una biografía política, se debió hurgar concienzudamente en las fuentes, principalmente sus artículos de opinión y declaraciones que reflejan más nítidamente su progresivo cambio ideológico, artículos que, a diferencia de otros escritores, ahora están compilados en volúmenes temáticos.

 

Se nota que Cateriano no los consultó para su biografía. No hay indicios de una investigación exhaustiva en fuentes que den nuevas luces sobre el biografiado. Gran parte de sus fuentes se limitan a las memorias del escritor, El pez en el agua, el libro de ensayos La llamada de la tribu, y algunos “chismes” más o menos conocidos en el medio.

 

Incluso, cuando pergeña sobre el inicio como escritor del biografiado con la novela La ciudad y los perros, se equivoca al presentar su génesis de publicación, que no fue inmediata como sugiere. MVLL la presentó a varias editoriales con resultados negativos, incluso alguna le devolvió el manuscrito con la sugerencia que se dedique a otra cosa. Estaba desalentado -el propio Vargas Llosa lo relató- hasta que, por casualidades del destino, una tarde, el editor Carlos Barral encuentra el manuscrito en una ruma de novelas que le había llegado, la lee, se sorprende y el resto es historia conocida. Hay un documental muy bueno sobre la génesis de La ciudad y los perros. Sería recomendable que el biógrafo lo revise.

 

Dicho sea, cuando fue la publicación de la novela, la censura franquista no era tan drástica como la pinta Cateriano. Se había flexibilizado bastante en comparación a los años anteriores. De otra manera no se explicaría que la novela sufrió apenas la censura de algunas palabras, tal como sucedió, y no la censura total del libro como hubiese sucedido en años anteriores. Un peruano ilustre que estuvo por allá entre los años 1956-57, Sebastián Salazar Bondy, da cuenta, en una de las crónicas que remitió desde Europa, de la relajación de la censura franquista en ese entonces (Crónicas desde Europa, U. Lima, 2024).

 

Por otro lado, las fobias del biógrafo hacia el fujimorismo y el Apra (compartidas por el propio MVLL) son evidentes. Más se trasmite su discurrir hepático a estas dos corrientes políticas que una cuidadosa trasmisión del pensamiento político del Nobel, el cual mayormente se resalta el último periodo, el liberal, como que no hubiese existido un antes, donde pensaba todo lo contrario. Es el MVLL de estampita, de santo laico, como anotamos en su recordatorio de fallecimiento.

 

Parece algo deliberado en aquellos que quieren apropiarse de la imagen y el símbolo que representa el escritor. Obviar sus etapas anteriores -hasta la socialdemócrata- y enfocarse solo en la última, la del MVLL liberal, apetecible para los intereses políticos de ciertos personajes, no solo de Perú.

 

Dicen que el estilo refleja a la persona. El estilo en que está escrito el libro es bastante monótono, plano, cortesano, versallesco, más de anecdotario que de una biografía. Aburre realmente por lo plúmbeo, hay que tener paciencia y constancia para llegar a la última página, y solo para que nos informe de lo que ya todos conocemos. Como expresamos líneas arriba una biografía debe dar luces nuevas sobre el biografiado. Ello no se percibe en ninguna de sus más de 400 páginas.


*Pedro Cateriano: Vargas Llosa, su otra gran pasión. Edición consultada: Planeta, 2025, 459pp.

Sunday, April 20, 2025

MARIO VARGAS LLOSA, IN MEMORIAM

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Luego de su muerte las hagiografías, semblanzas apologéticas, odas laudatorias, se multiplicarán en el Perú y en distintas partes del mundo. Ya en vida se estaba convirtiendo en un “santo laico”, imagen que estoy seguro detestaba. Como decimos entre nosotros “no hay muerto malo”. 

En principio se debe precisar que no era el único “escritor universal” que el Perú ha tenido. El otro escritor universal que tenemos es José María Arguedas, quien, si bien carece de la fama de MVLL, trascendió también fronteras e idiomas, convirtiendo su terruño natal en el centro de su universo narrativo. Tan universal que el propio Vargas Llosa le dedicó un enjundioso ensayo.

 

Lo que sí ha sido nuestro Nobel es el escritor más famoso, mediático y premiado que hemos tenido. Mundialmente conocido, escritor y personaje público a la vez, con una vida trashumante entre Europa y América. Solo algunos escritores han tenido esa dilatada trayectoria.

 

No se trata de negar sus méritos, que los tiene. Son pocos los escritores que abrazaron distintos géneros: novela, teatro, ensayo, artículos de opinión. Sus obras completas van a abarcar varios volúmenes; aunque perdurará por las novelas que escribió. ¿Su receta? El mismo la dio: más traspiración que inspiración. Sentarse a escribir todos los días con un horario disciplinado de trabajo.

 

La madurez como escritor llegó rápido. Antes de los 28 años había escrito una novela sólida y deslumbrante, La ciudad y los perros, con la cual obtiene reconocimiento internacional. Y, antes de los 33, escribió quizás su mejor novela, Conversación en la Catedral. Fue precoz, algo difícil de encontrar en narrativa, donde el escritor “se toma su tiempo” para alcanzar la madurez literaria. Sus novelas posteriores, muy buenas muchas de ellas, no estuvieron al nivel de las obras de juventud.

 

Hábil polemista, los artículos de opinión publicados principalmente bajo su célebre columna Piedra de toque y reproducidos mundialmente, expresaban al Mario Vargas Llosa comprometido con su tiempo, a la manera de su maestro, Jean Paul Sartre. De allí que se compró varios pleitos, los que cómodamente pudo evitar: el distanciamiento de la Cuba de Castro y la condena de todo tipo de dictadura, sea de izquierda o de derecha; entre nosotros El informe Uchuraccay sobre el asesinato de ocho periodistas en pleno auge del terrorismo; tildar al gobierno del PRI, en el propio México, de “dictadura perfecta”. Son acciones que difícilmente haría otro escritor que no esté comprometido con su tiempo.  

 

Su accionar político fue sobre todo de opinión y de algunos actos de apoyo solidario a partidos y personas. En Perú fue claro su apoyo a las candidaturas contrarias a Keiko Fujimori, la hija de su rival en las elecciones presidenciales donde perdió, con la excepción de la elección de 2021, donde frente a una candidatura con visibles rasgos filoterroristas, avala a la hija de su archienemigo. En España fue visible su apoyo a ciertos personajes públicos del ámbito liberal, aunque sin la contundencia que tuvo entre los peruanos.

 

Excluyendo su breve accionar político de juventud en la célula comunista Cahuide, la única acción concreta como político fue su fallida candidatura presidencial de 1990. Él mismo confesó que la política, como acción, no lo movía como lo hace la literatura. Más que buscar el poder, como hacen tantos políticos, fue un deber del momento, frente a un Perú que parecía se iba al precipicio. Su apartamiento, luego de la derrota, fue lo mejor que le pudo pasar. Los años 90 fue una década rica en ensayos: el de Arguedas es el mejor y más totalizante, La utopía arcaica, que, de paso, le granjeó nuevos desaires de sus antiguos compañeros de ruta en la izquierda, que consideran a Arguedas como un abanderado del socialismo, cosa que no era.

 

Muchos creen que su conversión de socialista al liberalismo fue veloz. Demoró. Luego del rompimiento con la Cuba castrista y su desilusión del marxismo, en los 70 tenemos a un MVLL socialdemócrata, postula un socialismo en libertad como expresa en sus propios artículos de aquellos años. Apoya brevemente las reformas de Juan Velasco Alvarado hasta que confisca los diarios en Perú. Tiene un acercamiento a la forma de vida de Israel, con los kibutz, suerte de comunitarismo agrario, y aboga por el entendimiento con Palestina, en la fórmula dos estados, un territorio.

 

En los 80 el viraje al liberalismo es total. No solo por los teóricos del liberalismo que estudió enfervorizadamente (Revel, Aron, Hayek, el propio Popper), si no por las reformas de Margaret Thatcher en Inglaterra, que marcan el cambio a lo que conoceremos luego como neoliberalismo. Es el MVLL más conocido. Aquel de posiciones liberales en lo político y económico, que simpatiza con algunos partidos de derecha que se forman en la península ibérica y funda por acá el Movimiento Libertad. Se convierte en un predicador apasionado, con la fe del converso.

 

También existe el Vargas Llosa frívolo, que se codea con la nobleza española, asiste a cenas con líderes de la derecha, recibe el título de marqués por parte del rey de España, abandona a su esposa y convive con Isabel Preysler, la socialité que se mueve como pez en el agua en los altos círculos sociales que el escritor ahora frecuenta. Es el periodo post Nobel, el último de su producción artística, con novelas que no se encuentran a la altura de las escritas antes, con la excepción de Tiempos recios, su novela más interesante de ese período.

 

Algo de esa frivolidad, producto de la fama, se notaba en 1982, cuando acepta ser jurado del concurso de belleza Miss Universo, celebrado en la ciudad de Lima, un concurso que de literario no tenía nada, salvo ver a chicas bonitas en traje de baño.

 

***

 

Entre nosotros, gracias a su candidatura, muchas ideas liberales comenzaron a ser debatidas. En un ambiente cargado de estatismo, mercantilismo y malas prácticas, fue una oxigenación saludable; aunque, como expresé al comentar sus memorias El pez en el agua, habría sido un mal presidente. Como ideólogo, propagador de ideas, era muy bueno; como político dejaba mucho que desear.

 

Ya en el siglo XXI es la vaca sagrada que todos hemos visto, oído y leído. Recibe merecidamente el Nobel de Literatura en 2010, escribe sus últimos libros y, como hombre ordenado que es, se va despidiendo del mundo. Visita los lugares de Perú que conoció de joven y se encierra progresivamente en sus cuarteles de invierno, anunciando en 2023 que cuelga la pluma.

 

¿Fue un escritor querido por las multitudes como sucedió con otros personajes del mundo de las letras? Si hablamos de “escritores queridos por las multitudes”, MVLL no lo era, como en cambio sí lo fue su amigo y rival Gabriel García Márquez. A este, todos, incluso los que no lo conocieron, lo ven como el amigo o familiar entrañable. El “Gabo” de tantas historias. Con Vargas Llosa existe respeto en el trato, un “don Mario” o hasta un “doctor” que implica cierta distancia, sin llegar a la simpatía afectuosa que se le tiene al colombiano. Tiene que ver con la personalidad y el carisma que algunos poseen y otros no, y, valgan verdades, MVLL no era carismático. Uno era más querendón, el otro más frio. Y ello se reflejaba en sus novelas. Uno era un “monstruo de la naturaleza” que, por instinto, arrastraba al lector como un huracán a los mundos imaginarios creados. El otro construía sus novelas con una arquitectura cuidadosamente planificada que, al leerla, se siente “fría”.

 

La tesis doctoral que preparó sobre García Márquez convertida luego en libro de ensayo, con un estudio serio y profundo sobre la obra y el autor de Cien años de soledad, demuestra la enorme admiración que MVLL tenía hacia el escritor caribeño. Ojalá la biografía crítica que merece el Nobel peruano de cuenta de esta relación que existió entre ambos escritores de amistad, competencia y futura enemistad, ahora que con Vargas Llosa se ha ido el último integrante del boom de la novela latinoamericana, que tanto dio que hablar en los años 60 y 70 del siglo pasado.

 

Estos meses y años que van a venir tendremos la imagen de un MVLL como santo laico, de estampita. Algunas avenidas llevarán su nombre, se colocarán estatuas en su memoria, se reeditarán sus novelas, pero, como él mismo lo dijo repetidamente, habrá que ver si las generaciones futuras te recuerdan. Muchos escritores celebrados en vida, luego de muertos fueron olvidados.

 

Quizás lo dijo pensando en Jean Paul Sartre, su maestro y guía, el paradigma de lo que un escritor debe ser. Filósofo y personaje público que, al igual que MVLL, opinó sobre todo lo humano y divino, con incontables obras en filosofía, teatro, narrativa y ensayo. Considerado el principal de los mandarines de la intelectualidad francesa de la segunda post guerra mundial, escuchado y leído por todos, con declaraciones y artículos de opinión que remecían no solo a Francia, amado y temido, se dio el lujo de rechazar el premio Nobel de Literatura cuando se lo concedieron. Luego de fallecido, en 1980, nadie se acuerda de él, su obra ya no se publica y se encuentra acumulando polvo en alguna biblioteca perdida. La gloria efímera del mundo.

 

Vargas Llosa guarda una asombrosa similitud como intelectual y personaje público con el filósofo francés. Ojalá no corra la misma suerte y esperemos sea nuestro Víctor Hugo; aunque eso solo el tiempo lo dirá. Cronos, como siempre, es el gran juzgador de las obras y de los hombres.

Sunday, April 13, 2025

PROFESIONALES BARATOS

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Es la conclusión a la que llegó un interesante estudio de Gustavo Yamada y J. F. Castro (resumido en El Comercio, 29.1.25) sobre el deterioro continuo de las remuneraciones de los profesionales peruanos.

 

Lo interesante es que se trata de un estudio económico y no meramente legalista (que propondría solo “nuevas leyes”), enlazando sus conclusiones con el crecimiento del PBI nacional. En otras palabras, el crecimiento del número de profesionales egresados de las universidades peruanas es mayor al crecimiento del PBI, por lo que tenemos una mayor demanda de trabajadores con un título bajo el brazo que oferta laboral que los pueda absorber.

 

Las cifras son de escándalo. Según información de Perú 21 (Empleo juvenil y futuro laboral, M Cornejo, 30.1.25), 16% de los jóvenes peruanos se encuentran desempleados, 60% están en condiciones de informalidad y solo el 30% de los jóvenes que culminan su educación superior logran insertarse en empleos acordes con su formación. Menos de la tercera parte.

 

En el caso peruano tenemos una sobreeducación (más años de estudio que el promedio de las personas empleadas en la misma actividad). Muchos jóvenes, terminados los cinco años de la carrera profesional, casi inmediatamente siguen una maestría (dos años) y algunos hasta un doctorado (tres años), con lo cual suman diez años que el joven se encuentra en aulas universitarias. Pero, paradójico, esta sobreeducación en el caso peruano no conlleva una sobrecalificación (mayor cantidad de habilidades que el promedio de las personas empleadas en la actividad) como sucede en otros países, sino que el joven egresado se mantiene por debajo del nivel comparativo, por lo que -y esto ya es opinión personal- se hace necesario revisar el currículo del pregrado y las maestrías y doctorados de la oferta educativa que se ofrece en las universidades locales. Mucha de esta oferta educativa no se condice con lo necesario para la adecuada empleabilidad del futuro trabajador, o se encuentra sobresaturada, como sucede, por ejemplo, con maestrías bastante “manoseadas” en Derecho, donde tenemos una cantidad enorme de egresados en derecho civil, penal o constitucional, que no aportan al maestrista un real valor agregado para su desempeño profesional.

 

Ello arroja otra conclusión importante del estudio. Las grandes beneficiadas de este boom educativo han sido las universidades, sobre todo las privadas, que dominan el 77% del mercado educativo y cuya matrícula ha crecido un 140% en los últimos 15 años. Son las grandes ganadoras, aunque los autores reconocen que la empleabilidad del joven egresado va a depender mucho de la institución de donde egrese y la carrera elegida. A lo que personalmente sumaría, para el acceso a un puesto de trabajo, el capital social, los contactos o redes que el joven egresado posea, tomando en consideración que en el Perú la meritocracia todavía se encuentra lejos de ser un estándar usual y más cuentan los contactos que el joven tenga al postular a un empleo.

 

Sostienen los autores, y con razón, que se hace necesario revisar la creación de nuevas universidades públicas, muchas creadas por oportunismo político. A lo que se debería añadir -sostengo yo- la revisión exhaustiva de la calidad educativa de las privadas, ahora que los organismos supervisores, Sunedu y Sineace, han relajado demasiado los criterios de licenciamiento y calidad educativa de las universidades, queriendo incluso regresar algunas de las universidades cuestionadas al mercado educativo, sea con otro nombre o a través de cuestionadas acciones de amparo.

 

La derogada “ley Pulpín” era una buena iniciativa para insertar a los jóvenes en el mercado laboral. Criterios de demagogia política propiciaron su derogación. Igualmente se debe diseñar un currículo académico acorde con la realidad nacional. Y una mayor relación de universidad y empresa. Sin olvidar, claro está, la calidad educativa y la investigación que realice la universidad. Muchas solo aparentan una formalidad de estos criterios, pero distan de serlo en los hechos.

 

El problema se complica con la informalidad (algo que no se advierte en el artículo de Yamada-Castro) donde casi el 80% de la fuerza laboral es informal, sin derechos de ninguna especie. Muchos jóvenes terminan su carrera en el subempleo profesional, dedicándose a labores de sobrevivencia como taxista o vendedor de catálogo de artículos de belleza. Incluso jóvenes de universidades top no consiguen empleo acorde a su performance académica o lo consiguen con una remuneración por debajo del promedio, por lo que no se les puede garantizar una adecuada empleabilidad. Y si bien “el tarjetazo mata curriculum”, lo ideal sería que los jóvenes se inserten al mercado laboral de acuerdo a criterios meritocráticos.

 

Como indican Yamada y Castro, mientras haya una brecha entre el crecimiento del PBI (alrededor del 3%) y el crecimiento de los jóvenes matriculados en universidades (alrededor de 5.7%) el problema va a subsistir. Y creo que aparentemente sin visos de solución en el corto y mediano plazo.

(Continuará)

Sunday, April 06, 2025

IDIOCRACY

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Un soldado del ejército norteamericano es sometido a un experimento de hibernación, despertando 500 años después, en el año 2505. La característica de las personas en el futuro: todas son oligofrénicas. Se ha instaurado el gobierno de los idiotas (de allí el título del filme).

 

De la mano de Mike Judge y teniendo como coguionista a Etan Cohen, esta sátira nos describe un mundo postapocalíptico, no producto de bombas nucleares o pandemias, sino de la involución intelectual humana por la falta de uso de nuestras facultades mentales.

 

El desaparecido Marco Aurelio Denegri decía que en el mundo cada vez hay más estúpidos. En otras palabras, las personas inteligentes y racionales están disminuyendo y tenemos más analfabetos funcionales (aquellos que no pueden utilizar de manera eficiente sus habilidades de lectura, escritura y cálculo). La película confirma la hipótesis. De repente no desaparecemos como homo sapiens (es un decir) producto de guerras o virus, sino porque el ser humano cada vez es menos inteligente, o, siendo más preciso, se usa menos las facultades mentales, producto de las facilidades que ofrece la tecnología y el confort en la civilización occidental.

 

La sátira se queda en lo grueso, lo epidérmico, no penetra en capas más sutiles para hacerla más rica. Faltó el talento de un Billy Wilder en la dirección.

 

La película en su estreno (2006) pasó sin pena ni gloria, pero con el tiempo fue revalorada, contándonos en tono de comedia una verdad muy inquietante y que se agrava con el tiempo.

Sunday, March 30, 2025

LA POBREZA DE UN SAINETE: IGUAL LIBRETO, DISTINTOS ACTORES

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


           El libreto es el mismo, la pobreza se encuentra en los actores, muy malos, tanto los del oficialismo como los de la “oposición” (es un decir), incluyendo algunos extras que fungen como “analistas políticos” y que han hecho cuestión de estado de los Rolex o las cirugías de la presidenta como motivo de vacancia. Antes, por lo menos, la vacancia era por cosas más serias: el presidente cerraba el congreso, impedía el funcionamiento de los poderes electorales, se iba del país sin autorización. Ahora se trata de cuestiones más banales y frívolas, como que estamos en la sociedad del espectáculo (Mario Vargas Llosa dixit). Hasta el politizado Ministerio Público ha entrado en el sainete, allanando propiedades de la presidenta o de los ministros, a lo bestia y con hartas cámaras de televisión, como diciendo acá sí hacemos justicia. La judicialización de la política en todo su esplendor, mientras el pedido real de justicia de millones de peruanos está fuera de sus puertas. Como dirían nuestros abuelos, ahí no se oye padre.

 

Quede claro que no estoy defendiendo a la presidenta ni a su gobierno. Es más, cuando fue la vacancia de Pedro Castillo, opiné que debía renunciar y se convoque de inmediato a elecciones generales. Habría sido lo más sensato. Sin conocer en ese momento las luces de la entonces vicepresidenta, el problema estaba en que tres años y medio en el poder (los que restaban para completar el periodo de gobierno de Perú Libre) eran muchos para un país como el Perú, donde siempre pasa algo. De haber tenido un estado con instituciones sólidas y un presidente con más perspicacia política, otro hubiera sido el panorama, pero no con lo que tenemos como “clase política”. Tres años y medio obligaban a gobernar y enfrentar los problemas que se iban presentando día a día. El gobierno Boluarte quiso “flotar” en un país tan díscolo como el nuestro, pensando en el apoyo que le daba el Congreso para mantenerse en el cargo. El resto es historia conocida, incluyendo las extorsiones y criminalidad de todos los días.

 

Es posible que luego de convocar a elecciones generales, el Congreso le de la espalda y vaque a la presidenta. Nadie quiere tener cerca a alguien tan tóxico. Digo, sin ser categórico, “es posible”, porque se va a requerir que el presidente del Congreso asuma funciones de presidente de la República, y ningún partido va a querer que el partido rival asuma tan importante cargo en periodo de elecciones. Por lo que de repente tiene suerte y se queda. En la campaña electoral en ciernes ya nadie se acordará de ella, salvo por sus cuentas con la justicia, que es otro tema.

 

Su gobierno es un desastre, es cierto. Pero recuerden que es el mismo gobierno por el que votaron millones de peruanos. Es el gobierno de Perú Libre, si alguien se ha olvidado. El mismo que mantiene prófugo a su líder máximo, Vladimir Cerrón.

 

Me voy a atrever a hacer un poco de política ficción, basada en probabilidades. De los más de 40 partidos políticos que se van a presentar en las próximas elecciones, es posible que se vote mal y salga elegido otro (u otra) impresentable. Alguien con antecedentes judiciales, deudas por alimentos, hijos no reconocidos, violencia familiar, estafas cometidas. Alguna “joyita” que ahora se encuentra semiescondida. Del futuro congreso no digo nada. No es necesario ser muy zahorí para percatarse que más de un “joyón” entrará por la puerta grande. De eso no me quepa la menor duda. Y en estas elecciones el dinero del narcotráfico y el crimen organizado va a tener una influencia enorme en los candidatos elegibles. A tomarlo en cuenta.

 

           Nada está dicho y tampoco que el electorado nacional haya “madurado”. Es más, parece que ha involucionado. Valga como consuelo que hasta el electorado norteamericano -supuestamente más educado en los quehaceres democráticos- se equivocó en elegir a su último presidente. Como diría el difunto Humberto Martínez Morosini, “cosas del fútbol”.

Sunday, March 23, 2025

TIEMPOS RECIOS: ENTRE DICTADURAS Y REFORMAS

Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Las novelas que le salen más redondas a Mario Vargas Llosa (MVLL) están relacionadas con dictaduras y sistema político (Conversación en la Catedral, su mejor novela) o sistemas de opresión muy similar al de una dictadura (La ciudad y los perros), donde el personaje se adapta al sistema opresivo o es derrotado. Tiempos recios se encuentra en esa órbita y le ha salido mucho mejor y más fascinante que su última novela Le dedico mi silencio.

 

Imagino tiene que ver con la juventud que vivió el propio Nobel dentro de la dictadura de Manuel Odría (1948-56) y, en lo familiar, la opresión y el agobio de vivir al lado de un padre bastante autoritario, naciendo así su disconformidad personal y política, sea a nivel micro (una familia) o macro (todo un país). En estos gobiernos, nos dice el autor, la corrupción, mediocridad y grisura se filtra por los poros y el individuo se degrada a niveles de pérdida de la dignidad humana, sea por ambición o sencillamente por sobrevivir.

 

Así como en La fiesta del chivo (con la cual tiene varios puntos de contacto la presente novela) se partía de hechos y personajes reales para ahondar en toda la degradación que existió en el régimen de Trujillo; en Tiempos recios utiliza la misma estrategia narrativa: los hechos y personajes que se describen son reales, pero algunas situaciones han sido ficcionalizadas.

 

La novela tiene una introducción donde se detalla cómo se gestó la idea de hacer creer a todo el mundo que en Guatemala se había instaurado un gobierno comunista, satélite de Moscú, cuando se afectaron los intereses de la United Fruits en el país centroamericano, al verse obligada a pagar impuestos como cualquier persona. Fue la utilización del poder de la propaganda para hacer creer algo que no es. Y lo hicieron tan bien que, en pleno macartismo y guerra fría, el gobierno norteamericano y parte de la prensa liberal creyeron que el comunismo ya estaba instalado en Guatemala, con espías rusos operando por todos lados.

 

Es así como vamos adentrándonos en los entresijos del poder en el gobierno de Juan Jacobo Árbenz, cuando intentó una serie de reformas de corte progresista y que fueron segadas por la CIA en connivencia con la oligarquía guatemalteca y la empresa bananera que deseaba volver a la situación de privilegio anterior.

 

Hay un personaje que es el hilo conductor de la novela, y si bien secundario, existió en la vida real: Marta Borrero Parra, la llamada miss Guatemala, una belleza perteneciente a una de las mejores familias guatemaltecas y que tendrá una vida de novela: madre a los 15 años, luego amante del dictador Carlos Castillo Armas que derrocó a Árbenz, informante de la CIA, anticomunista acérrima, colaboradora del gobierno de Trujillo, amante de Johnny Abbes, el temible jefe de seguridad de Trujillo, y a la cual MVLL hace una entrevista, ya octogenaria, al final del libro. Quienes la conocieron y perdieron la cabeza por miss Guatemala dicen que embrujaba con unos ojos penetrantes. No solo era belleza, sino personalidad.

 

¿Qué quedó de las reformas de Árbenz en Guatemala? La verdad que nada. Castillo Armas las desmanteló todas, persiguió, encarceló y mató a quienes las defendían; y si bien fue un buen defensor de los intereses de la empresa norteamericana y de volver al status quo anterior, a su vez fue asesinado y sucedido por otro militar, en una secuela desenfrenada de ambición por el poder, donde unos derrocaban a otros. Por cierto, todos los participantes en el golpe a Árbenz y el asesinato de Castillo Armas, a su vez tuvieron un final trágico en esta ola de inestabilidad política que sacudió al país en los años siguientes.

 

La premisa detrás de la novela y que MVLL ha sostenido por lo menos desde los años 70 y su desilusión del socialismo, es que las reformas en una sociedad son mucho mejor que esos cambios apocalípticos, radicales, o, peor aún, mantenerse anquilosado en el atraso y el oprobio, usando la fuerza como sucede en una dictadura. Plantea una hipótesis interesante: si se hubiera dejado gobernar a Árbenz e implementar las reformas necesarias, modernizando Guatemala, habría servido de ejemplo para otros países de la región y se hubiera evitado la radicalización de la revolución cubana y que caiga en los brazos de Moscú.

 

Fidel Castro en sus inicios era un reformista, continental, hayista más que comunista. Pero él y su grupo cercano, entre otros, el mítico Che Guevara, ven que EEUU no va a permitir las reformas en Cuba, así como lo impidió en Guatemala, hecho que los lleva a la radicalización política. La ceguera e histerismo del gobierno norteamericano de ese entonces, el ejecutar el embargo económico y tratar de ahogarlos financieramente, ayudó a la radicalización y a que gire la revolución hacia Moscú. El resto es historia conocida.

 

Tiempos en que EEUU veía a Latinoamérica como su patio trasero y que llevaron a conatos revolucionarios en el continente, muchos apagados sangrientamente y al costo de un odio cada vez mayor al imperio.

 

La mejor novela de MVLL post entrega del Nobel. Tiempos recios contiene una lección útil para aquellos aprendices de brujo y que salivan por las dictaduras, sean de izquierda o de derecha.

* Mario Vargas Llosa: Tiempos recios. Edición consultada: Edición Alfaguara, 2019, 353 pp. 

Sunday, March 16, 2025

LOS ARANCELES, EL DÓLAR, LOS DÉFICITS GEMELOS Y EL APRENDIZ DE BRUJO

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Para el siguiente comentario sobre la política arancelaria en el segundo gobierno de Trump he tomado como referencia principalmente el artículo de Leopoldo Papi, Trump y los riesgos de perder  el “privilegio exorbitante” del dólar, publicado en la revista Letras Libres (https://letraslibres.com/politica/trump-y-los-riesgos-de-perder-el-privilegio-exorbitante-del-dolar/28/02/2025/). Las opiniones personales sí son enteramente del suscrito.

 

EL PADRE INTELECTUAL DE LA CRIATURA

 

El padre intelectual de la política arancelaria de Trump es el economista Stephen Miran, actualmente presidente del Consejo de Asesores Económicos en la administración republicana, quien en un artículo proponía “recurrir a aranceles aduaneros unilaterales y posibles acuerdos multilaterales destinados a reducir la infravaloración de las monedas de las contrapartes”.

 

En el intercambio comercial entre EEUU y las demás naciones, el dólar norteamericano es una moneda apreciada, por lo que resta competitividad a las exportaciones norteamericanas, mientras los demás países tienden a depreciar su moneda y hacer más competitivas sus exportaciones. Es por eso que Miran plantea una subida de aranceles unilaterales que permita una “equidad” entre el dólar y las demás monedas, aunque reconoce los límites de una política así, dado que el dólar es una moneda de refugio a nivel internacional.

 

EL DÓLAR COMO MONEDA DE REFUGIO

 

Efectivamente, el dólar norteamericano es una moneda de refugio, no solo para las transacciones económicas sino como moneda de reserva de los estados y de los particulares. De allí que mayormente la moneda en que un estado guarda sus reservas internacionales es el dólar (aprox. 60% de las reservas internacionales se encuentran en dólares), moneda que tiene una aceptación y confianza internacional. ¿A qué se debe?

 

LOS BONOS DEL TESORO Y LOS DÉFICITS GEMELOS

 

Desde hace buen tiempo EEUU se encuentra en déficit en cuenta corriente (importa más de lo que exporta), siendo su balanza comercial negativa con casi todos los países con los que comercia. Igualmente hace más de 50 años arrastra un déficit fiscal (el estado gasta más que los ingresos percibidos), que en gran parte es financiado con los bonos del tesoro, cuyos tenedores se encuentran alrededor del mundo, y tienen confianza que los EEUU van a honrar la deuda (se le pagará al acreedor en la fecha de vencimiento más un interés). Es la inversión más segura, sobre todo en tiempos turbulentos. A ese doble déficit (comercial y fiscal) se le conoce como déficits gemelos.

 

A cualquier estado tener déficits gemelos lo llevaría a bancarrota, su moneda se devaluaría rápidamente, sería inelegible para nuevos créditos, se le exigiría reformas profundas en su estructura económica; pero en el caso de los EEUU existe una seguridad y una tranquilidad en el pago de los bonos del tesoro, debido a que están frente a la primera nación del mundo, cuyo estado de derecho garantiza el pago oportuno (no ocurriría lo mismo con países autocráticos como Rusia o China, cuyas reglas de juego pueden cambiar en forma arbitraria). Recordemos que el dólar como moneda es igual a cualquier otra. No tiene respaldo en oro desde hace más de 50 años, el propio gobierno norteamericano, a su libre facultad, emite el papel moneda (lo que nosotros llamamos “la maquinita”), pero existe garantía y confianza que se honrará la obligación.

 

A lo que se añade otro aspecto importante: la seguridad frente a agresiones externas que sufre Occidente, contando con el principal ejército del mundo, altamente sofisticado. Si bien el autor señala que los gastos en defensa de los EEUU han disminuido en los últimos años, siguen siendo los más importantes frente a agresiones extra occidentales (léase Rusia, China, los países musulmanes, etc.). Digamos que EEUU es el defensor y guardián de Occidente, a cambio de lo cual se le tolera déficits y hasta se le financia los gastos del estado.

 

LA POLÍTICA ARANCELARIA

 

Generalmente la política de subir aranceles obedece a financiamiento del estado (es una fuente de ingresos), a proteger su industria nacional o a temas políticos. Este último aspecto es el más resaltante.

 

Siguiendo el consejo de Stephen Miran, el gobierno de Trump busca renegociar los acuerdos con sus socios comerciales. De allí que se muestre tan confrontacional con Canadá o México, sus principales socios en la región, o la propia Unión Europea. Su estrategia se ha repetido en todos los casos: Amenaza con subir los aranceles, luego los suspende y busca una negociación favorable. La parte más débil accede teniendo una pistola que le apunta.

 

Otro rasgo es la política doméstica. Con los aranceles elevados busca “repatriar” las fábricas que se fueron a China y otros países, reiterando que aquellas industrias que regresen obviamente no pagarán aranceles. En el fondo lo que busca es dar trabajo a los miles de desempleados norteamericanos, desempleo ocasionado por la migración de las empresas fuera de EEUU, siendo la subida arancelaria una medida proteccionista. Tengamos presente que los blancos pobres son el principal bastión electoral de Trump.

 

Otro tema de política doméstica son las elecciones intermedias donde se renueva parcialmente el Congreso de la nación. Todo indica que la administración Trump busca algunos resultados inmediatos que le permitan exhibir logros (que serán magnificados) y que le aseguren una mayoría cómoda en ambas cámaras legislativas para lo que resta de su mandato, ejecutando en los primeros meses de su gobierno algunas medidas amargas como una desaceleración económica, inflación alta o hasta una eventual recesión controlada, ahora que cuenta con una alta popularidad, que ejecutarlas en las vísperas de las elecciones de midterm donde los vaivenes electorales e incertidumbre política son mayores.

 

¿QUÉ PUEDE PASAR?

 

1.- En cuanto al dólar norteamericano, seguirá siendo la principal moneda de refugio internacional, sustituirla por otra es complicado en el corto plazo. Implica problemas técnicos y dificultad en establecer consensos políticos inmediatos. Siguiendo las tendencias históricas, es probable que en un futuro -cercano o lejano- EEUU deje de tener el protagonismo actual, eclipsándose como gran potencia. En ese momento el dólar dejará de ser la moneda internacional que es ahora, algo similar a lo que sucedió con la libra esterlina e Inglaterra en la primera mitad del siglo XX.

 

2.- Por extensión, los tenedores de dólares y de bonos del tesoro igualmente evaluarán que el gobierno de Trump dura solo 4 años, pudiendo ser sustituido en la siguiente elección por otro diametralmente opuesto, con otras reglas de juego, por lo que el dólar -por el momento- seguirá siendo la principal moneda internacional y los bonos del tesoro una de las fuentes importantes de financiamiento del déficit fiscal.

 

3.- Ello hará que los inversionistas sopesen la “repatriación” de las empresas que se fueron. El costo de trasladar una empresa y el tiempo de terminación de las nuevas plantas industriales en suelo norteamericano van a hacer pensar a más de uno si valdrá o no la pena.

 

Aparte que algunos entendidos en el tema sostienen que la, por ejemplo, industria de automóviles, hoy fuera de EEUU, de repatriarse no cubriría los puestos de trabajo con que contaba antaño, por la automatización de muchas funciones que hoy las hacen los robots, siendo imposible cubrir todos los puestos perdidos.

 

4.- Una “guerra de aranceles” en un mundo comercialmente tan interconectado, donde no existe un hegemón indiscutible como antaño, es un juego suicida con consecuencias impredecibles, incluso para el que prende la hoguera. Decisiones erráticas, marchas y contramarchas, conllevan perturbación a todos los mercados y un posible realineamiento de los países de Occidente que cuestionarán a los EEUU como el garante de la paz mundial, como hasta ahora era visto. En contrapartida, los rivales de EEUU, Rusia y China, miran desde la platea las ganancias políticas y comerciales que van a cosechar.

 

5.- Muchos economistas dudan también que se vaya a conseguir grandes ingresos con la subida de aranceles, debido a que se importará menos y el precio al consumidor norteamericano del producto final subirá, disminuyendo el volumen de lo comprado. En otras palabras, el peso de la subida de los aranceles lo van a tener las propias familias norteamericanas.

 

Por tanto, es inviable sustituir los impuestos internos que se cobran (sobre todo el impuesto a la renta) por el cobro de aranceles a productos extranjeros, que no llegaría a cubrir la enorme brecha de gasto del estado norteamericano. Aparte que una reducción drástica del impuesto a la renta, como la que propone Trump, solo beneficiaría a las grandes fortunas, en detrimento de los ciudadanos de menores ingresos que se verían perjudicados por el recorte en los programas sociales.

 

6.- Como el propio Miran reconocía en su artículo, los aranceles como herramienta política de negociación tiene sus límites. No se puede amenazar eternamente a un estado con subidas arancelarias de sus bienes, debido a que buscará otros mercados donde colocarlos (aunque demore un tiempo de ajuste), y aquellos que tengan cierto poder en el escenario mundial “contestarán” con medida similares a productos de origen norteamericano (China, Canadá, la propia UE). Tengamos presente que del casi 50% del PBI mundial que producía EEUU luego de la II Guerra Mundial ha pasado al 26% en la actualidad. No sería extraño que las naciones afectadas busquen nuevos socios comerciales.

 

7.- ¿Quién gana? Frente a “la política del garrote” esgrimida por Trump, China entra a tallar, con una cuota del PBI mundial cada vez más importante que, se calcula, igualará al norteamericano en pocos años. Paradójicamente China, país totalitario, usando el soft power, puede convertirse en el adalid del libre comercio mundial y atraer a su área de influencia a otros estados, descontentos con la política proteccionista y aislacionista de Donald Trump.

 

Tampoco sería extraño que, terminados los cuatro años de la administración Trump, EEUU salga más debilitado frente a un escenario mundial cambiante.

Sunday, March 09, 2025

A DIEZ AÑOS DE INTERSTELLAR

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Interstellar, desde su estreno en 2015, sufrió comparaciones con 2001: Odisea del espacio, y era natural, al ser 2001 el referente máximo de la ciencia ficción y, si bien existen ciertas similitudes en cuanto al contenido de aventura espacial, el tratamiento cinematográfico y contenido argumental son totalmente distintos. En 2001 se va hacia el encuentro de una civilización más desarrollada que la humana y que nos ha “guiado” a lo largo de la evolución a través de un extraño monolito. En Interstellar la aventura espacial es sobrevivencia pura. Las razones han cambiado. En el filme de Kubrick es más “metafísico”, en la onda del new age de aquellos años; mientras en el filme de Nolan es más “realista”, en el sentido contemporáneo de las adversidades producidas por el cambio climático en un mundo que se extingue.

 

Digamos que también el mundo de Interstellar es más pobre, en marcado contraste con el mundo descrito en 2001, donde prima la alta tecnología y un cierto optimismo de la sociedad humana. En Interstellar prácticamente no hay potencias hegemónicas, se ha desmantelado el poderoso ejército norteamericano, se privilegia la producción agrícola para subsistir frente a la tecnología, y en los manuales escolares se enseña que fue un mito lo del hombre pisando la luna. Estamos en un mundo que ha involucionado.

 

Pero Interstellar también puede verse como la última aventura humana, como lo fueron en su momento los grandes viajes de los navegantes del siglo XVI, descubriendo nuevos continentes con los riesgos que ello implicaba, incluso la vida misma. De allí que el personaje de Cooper encarna muy bien esas cualidades, dejando atrás familia y todo lo conocido. Para emprender esa aventura ante lo desconocido se debe ser consciente que la vida está en juego, perdiéndola, como les sucedió a muchos de los que, en aquellos remotos años, fueron en busca de riqueza y nunca regresaron.

 

Otros críticos han señalado que el argumento se inspira en La odisea de Homero. Ulises emprende el viaje a Troya y regresa muchos años después a su querida Itaca para ver a su familia y su reino cambiado, como le sucede a Cooper al ver de nuevo a su hija (ahora mayor que él por la relatividad del tiempo).

 

Si bien tiene una suerte de “final feliz” (el reencuentro padre-hija), la escena abre la posibilidad de una nueva aventura a la que Cooper de todo corazón y como buen aventurero estaría dispuesto a asumir. (Se aburre enormemente en la estación espacial que lleva su apellido).

 

A diez años Interstellar no ha envejecido. Y si hacemos las odiosas comparaciones, 2001 sigue estando en la cima (no sin razón fue denominada en su momento como la catedral de la ciencia ficción), pero no por ello tiene menor mérito la fascinante aventura humana que describe el filme de Nolan.

Sunday, March 02, 2025

DEMASIADOS ACCIDENTES, DEMASIADOS…

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


En todas partes se producen accidentes; pero en el Perú son la regla y no la excepción. De todo tipo: puentes que se caen, jóvenes que se electrocutan en un fast food, aviones que chocan en una pista de aterrizaje, desastres naturales prevenibles y, ahora, el techo de un centro comercial que se cayó en la ciudad de Trujillo.

 

La constante es que el accidente ocupará las primeras planas unos días y luego será sustituido por alguna noticia que cause más sensación. Otra constante es que las autoridades pondrán el necesario “celo profesional” por unos cuantos días, justo los que dure la noticia, cerrando centros comerciales o colegios por aquí o por allá, y luego a dedicarse a otro asunto.

 

Claro, se dirá Perú, país del tercer mundo, la improvisación, los pocos escrúpulos de algunos empresarios, y funcionarios “de la vista gorda”, siempre van a acarrear accidentes. En un país con un sólido Estado de Derecho un accidente como el ocurrido en el mall de Trujillo le costaría no solo la licencia al centro comercial, sino la posible quiebra por las indemnizaciones a pagar y la cárcel a los representantes legales que, para variar, “se tiran la pelota” unos a otros.

 

Lo más probable es que con unos cuantos billetes a las víctimas o a los deudos la cosa se acalle. Los harán firmar mil documentos en los que se inhiben de cualquier acción legal futura, y borrón y cuenta nueva.

 

El asunto con el centro comercial que dejó varias víctimas es que el Perú, siguiendo una tendencia internacional, convirtió a los malls en los nuevos espacios públicos. Un lugar donde pasear, mirar vitrinas, ir al cine, comer algo, se ha convertido en costumbre, y que en ciertos días y horas punta puede albergar miles de personas. De allí que primero la ciudad de Lima y luego otras del país se llenaron de nuevos centros comerciales. Ese espacio, ahora, con el accidente en Trujillo, tampoco es seguro.

 

¿Quién es el culpable del accidente? Como en Fuente Ovejuna, todos son culpables. Desde el empresario (formal o informal) que decide ahorrarse unos soles en seguridad y mantenimiento, pasando por las autoridades venales que miran a otro lado, hasta los órganos jurisdiccionales que les han quitado a los municipios medidas de coerción como cierre de edificaciones con irregularidades.

 

En el caso de las nuevas edificaciones, el Tribunal Constitucional e Indecopi “le quitaron uñas” (en el buen sentido del término) a los gobiernos locales. Ya no pueden clausurar edificaciones que presenten irregularidades o problemas técnicos, por lo que de presentar defectos el proyecto o afectar la edificación a terceros o propiedad pública, la municipalidad ya no la puede clausurar como antaño. A eso -el usar el municipio como medida cautelar la clausura temporal de una edificación- Indecopi y el Tribunal Constitucional los llamó “barrera burocrática”.

 

Es cierto que la corrupción existe y que más de un funcionario municipal es “bastante flexible” con lo que ve o no ve en una inspección, pero de allí a quitar facultades al municipio como la clausura temporal de una mala edificación no era la solución. El remedio ha sido peor que la enfermedad. No sería extraño que muchos edificios recién construidos comiencen a presentar problemas al poco tiempo de terminados. Esperemos no se caiga ninguno.

 

            El poeta César Moro fue el que sentenció “En todas partes se cuecen habas, pero en el Perú solo se cuecen habas”. Por desgracia sigue siendo así.