Sunday, July 27, 2025

LA ÓPERA DE LOS FANTASMAS

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Jorge Salazar (1940-2008) era un periodista de raza, aquellos formados en el oficio antes que en una universidad. Como decía Saúl Faúndez, el icónico personaje del filme (y novela) Tinta roja: “el periodismo como la prostitución se aprende en la calle”. Tenía razón, no conocemos ninguna prostituta que haya aprendido el oficio en una universidad … y periodista tampoco.

 

No sé, pero los periodistas de antaño, con su formación autodidacta y aprendizaje en la dura realidad, eran mejores que los de ahora. Un joven Mario Vargas Llosa, testigo privilegiado de aquella ahora remota época, cuenta que esos periodistas leían clásicos y muchos los recitaban de memoria. Novela, poesía, teatro. Por lo menos escribían mejor. A esa generación perteneció Jorge Salazar.

 

Cronista y de los buenos, en 1980 publica la novela La ópera de los fantasmas sobre la tragedia acaecida el 24 de Mayo de 1964 en el Estadio Nacional, con un saldo trágico de más de trescientos muertos. A medio camino entre la novela y la crónica, es una novela coral, donde no hay personajes principales ni un hilo conductor de la trama. No tenemos el principio aristotélico del cráter narrativo y el desenlace; más bien la novela está compuesta de pequeños episodios, collages con insertos de noticias de la época que dan cuenta de la tragedia, y que se van hilvanando antes y después del suceso. La tragedia en si no es descrita, ni siquiera el personaje principal, el tristemente célebre Negro Bomba. Observamos la vida diaria de aquellos que van a presenciar el partido Perú-Argentina o que se salvarán milagrosamente. 

 

Todo comienza con un gol anulado a Perú, hay disturbios en la tribuna, el Negro Bomba baja a la cancha y agrede al árbitro, la Guardia Civil usa bombas lacrimógenas para detener a la multitud, se ponen nerviosos y se escuchan balas, y la gente en la huida se encuentra con las puertas del estadio cerradas, muriendo muchos de ellos aplastados.

 

¿Hubo responsables? No. A diferencia de nuestra época, donde el Ministro del Interior y el Coronel a cargo de la seguridad en el estadio habrían renunciado y, posiblemente, hasta verse sometidos a procesos por homicidio y violación a los DDHH, acá no pasó nada. Todos continuaron en sus puestos. Estábamos en los inicios del primer gobierno de Fernando Belaunde, con aires reformistas, y en esos años el tema de los ddhh no estaba en la agenda ni del estado ni de la sociedad civil. En plena paranoia de la guerra fría, desde los diarios de derecha se echó la culpa a extremistas del Partido Comunista financiados por Moscú, quienes habrían soliviantado a las multitudes a fin de sembrar el caos. Y si alguien quiere buscar la verdad, como sucede con el juez Benjamín Giannakoulas, es marginado del caso.

 

¿Por qué el título? El autor da la clave en la p. 89 (Edición Mosca azul): “¿Hasta cuándo se va a vivir esta vida que no parece sino una ópera macabra danzada por fantasmas borrachos?” Fantasmas del pasado que van en busca del autor para que cuente su historia, quien hace las veces de exorcista de la tragedia. Habría que esperar el terrorismo de Sendero Luminoso en los años 80 para que la supere.

 

Esa tragedia donde falleció gente humilde sirve de base para la novela-crónica de Jorge Salazar, periodista de los buenos que, como él, casi se han extinguido.

*Jorge Salazar: La ópera de los fantasmas. Edición consultada: Mosca Azul editores & Ediciones treintaitrés, 1980, 131pp.

Sunday, July 20, 2025

INCONSTITUCIONALIDAD CONTRA PETROPERÚ

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Si bien desde ámbitos especializados como el financiero o económico existen desde hace buen tiempo críticas al salvataje que a través de decretos de urgencia el estado en distintos momentos ha realizado a favor de la petrolera estatal, faltaba desde el espacio jurídico-legal una acción de envergadura que amplíe el debate y que recién se ha plasmado con la presentación de la demanda de inconstitucionalidad por parte del Colegio de Abogados de Arequipa contra el D.U. 013-2024 que dispone un nuevo salvataje financiero que alivie la carga de obligaciones de Petroperú (PP) con sus acreedores, asumiéndolas directa o indirectamente el estado.

 

Es de precisar que el D.U. en mención no es el primero de los salvatajes que el estado realiza a favor de la petrolera estatal, lo cual implícitamente reconoce la demanda de inconstitucionalidad. Estos salvatajes tienen una larga data que atraviesa sucesivos gobiernos tanto de derecha como de izquierda en por lo menos los últimos diez años.

 

LA MADRE DE TODOS LOS PROBLEMAS

 

Todo comenzó con la faraónica Refinería de Talara que de una actualización o puesta al día para bajar los niveles de azufre se trasformó, en el gobierno de Ollanta Humala, a prácticamente una nueva refinería. PP sale de los parámetros que le fijaba el Fonafe y comienza a endeudarse ilimitadamente vía bonos, préstamos de un consorcio de bancos europeos, créditos de proveedores, etc., deudas que han ido subiendo en el transcurso del tiempo por los intereses. Se estima que actualmente deben llegar a unos 7,000 millones de dólares.

 

Naturalmente PP no está en condiciones de pagar esa deuda por lo que se recurrió a los salvatajes del estado vía decretos de urgencia sea como empréstitos, garantías a líneas de crédito, asunción de deudas o avales.

 

A la fecha los salvatajes no han dado resultado y periódicamente el estado debe recurrir vía D.U. a nuevas ayudas financieras a favor de la petrolera estatal. Lo último sería que el estado asuma abiertamente la deuda de Petroperú como deuda soberana, es decir que el propio estado pasaría a ser el obligado principal y se encargaría de pagarla.

 

La verdad el problema de Petroperú afecta a todos los peruanos, debido a que si el estado asume las deudas comerciales de PP, ese dinero sale de todos los contribuyentes, imposibilitando que pueda financiar servicios y obras en favor de la población en áreas tan vitales como educación, salud, infraestructura o seguridad. En otras palabras, si el estado asume como deuda soberana la deuda comercial de Petroperú no habría dinero para atender servicios esenciales o estos se verían seriamente limitados.

 

LA DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD

 

El 7 de Julio de 2025 el Colegio de Abogados de Arequipa presenta en mesa de partes del Tribunal Constitucional la demanda de inconstitucionalidad contra el D.U. 013-2024.

 

Se debe reconocer que la demanda es bastante sólida tanto en los fundamentos de hecho como de derecho. Es precisa, va directo a lo que quiere demostrar. Usa términos del análisis económico del derecho, lo cual la hace interesante para su estudio, más allá de los formales términos jurídicos, usuales en una acción judicial. Aunque se crítica la extemporaneidad en su presentación -cuando el D.U. en mención ya ha sido ejecutado-, lo cierto es que va a señalar un precedente de observancia obligatoria en lo que dictamine el Tribunal Constitucional en el caso y también ha abierto un debate jurídico, constitucional y político que generalmente estaba reducido a pocos expertos del mundo académico.

 

El argumento central de la demanda es que los decretos de urgencia son normas con rango de ley para medidas excepcionales, de urgencia inmediata y temporal, por casos imprevistos que requieren de atención rápida y eficaz por parte del gobierno, como puede suceder, por ejemplo, en caso de un terremoto. No se puede esperar a que el Congreso que, por su naturaleza colegiada, apruebe de inmediato una norma de apoyo financiero a favor de las víctimas.

 

Al ser los D.U. medidas extraordinarias y temporales para situaciones de emergencia también extraordinarias y temporales, la finalidad del D.U. 013-2024 ha sido solucionar un problema estructural de larga data. No se trata de una emergencia inesperada y sorpresiva como sucedería en el caso de un sismo o como fue en la pandemia del Covid 19, por lo que la vía idónea no son los decretos de urgencia sino una norma aprobada por el Congreso, que permita a su vez el debate público necesario sobre el futuro de la petrolera estatal, involucrando a elementos de la sociedad civil que puedan dar su punto de vista (Colegios profesionales, expertos en el tema, asociaciones civiles).

 

El D.U. 013-2024, al igual que otros decretos anteriores, lo que hace es subsidiar encubiertamente a la empresa estatal, restándole eficacia e igualdad de condiciones en la competencia con otras empresas similares en el mercado y que, si fuera una entidad privada, ante el volumen de insolvencia que arrastra, habría pasado hace buen tiempo por un proceso concursal y una inminente liquidación por la falta de recursos para el pago de sus obligaciones. (Según estados financieros auditados a los que hace mención la demanda, técnicamente la empresa hace buen tiempo se encuentra en quiebra).

 

Aparte que asumir el estado peruano deudas comerciales de una empresa estatal produce un aumento del déficit fiscal, reconoce el pago de obligaciones que no se encontraban aprobadas en el presupuesto público y afectaría la calificación crediticia del propio estado, debiéndose endeudar a tasas de interés más altas, subiendo mucho más el déficit fiscal, en una suerte de espiral perversa.

 

Como señala la demanda se pasó por encima de la autoridad y competencias del Congreso y el D.U. asumió obligaciones no aprobadas previamente en el presupuesto, justificándolas como medidas de suma urgencia.

 

Y, el argumento tantas veces socorrido que el estado la subsidia para no dejar desabastecido el mercado de combustibles es falso, ya que PP cubre apenas el 25% de participación en el mercado y en las regiones donde tiene más presencia que los competidores, hay maneras menos onerosas de suplir el vacío como asociaciones público-privadas, concesiones, libre importación de combustibles, etc., formas mucho más baratas y eficaces que los ingentes subsidios que el estado realiza a favor de la petrolera estatal.

 

La demanda no deja de tener razón. Efectivamente, los decretos de urgencia muchas veces han sido utilizados para fines ajenos a su naturaleza. Se han convertido en una suerte de “cajón de sastre” por sucesivos gobiernos, asumiendo el ejecutivo funciones legislativas y gasto público sin autorización, dejando solo como mesa de partes al congreso, una vez promulgado el D.U.

 

Este mismo procedimiento ha sido utilizado por el gobierno para hacer un salvataje de Petroperú, el problema más que jurídico es financiero, debido a que va a comprometer enormes ingresos del estado para salvar a la petrolera estatal, la que, según los expertos, se ha convertido en un barril sin fondo que necesita cada vez más ingresos para pagar sus obligaciones. Conforme a la física cuántica, Petroperú se ha convertido en un agujero negro.

 

DECISIONES Y RESPONSABILIDADES

 

El asunto va más allá. Es decidir si Petroperú seguirá en el mercado como empresa estatal, se privatiza, entra a una asociación público-privada o se liquida, para lo cual se requiere un gran debate y que el Congreso asuma responsabilidades y tome una decisión, aspecto que hasta ahora ha soslayado. Ambos, tanto ex ante el Consejo de Ministros que aprobó el decreto de urgencia, como ex post el Congreso que no cumplió con su función fiscalizadora tienen responsabilidad política; no descartándose incluso responsabilidad penal de aquellos ministros que firmen el decreto por el cual el estado asumiría la deuda comercial de Petroperú como deuda soberana. El asunto es tan peliagudo como lo fue en su momento la célebre página 11 durante el primer gobierno de Fernando Belaunde y podría traer serias repercusiones políticas.

 

De allí también la importancia del contenido de la sentencia del Tribunal Constitucional que emita en su momento, al tener este un control político-jurídico de las decisiones del gobierno.

 

Sea la decisión que se tome, el caso Petroperú es un caso emblemático de cómo terminan las empresas estatales mal administradas y peor gerenciadas. Ojalá sirva de lección para aquellos que todavía sueñan con el regreso de las empresas del estado, más como botín político que de una eficiente administración.

Sunday, July 13, 2025

CAÑONES Y SEDUCCIÓN: ANATOMÍA DEL PODER INTELIGENTE

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


            Es el título de un artículo de Berit Knudsen aparecido el 3 de Julio de 2025 en el portal El Montonero (https://elmontonero.pe/columnas/canones-y-seduccion-anatomia-del-poder-inteligente). Resumiendo, el artículo trata del ejercicio combinado del poder duro con el poder blando por parte de China en sus relaciones internacionales. Para nosotros, en América Latina, usa el poder blando (créditos a bajo interés, inversión en infraestructura, becas para universidades chinas, etc.); mientras para sus vecinos como Taiwán o la India usa el poder duro de la amenaza con las armas.

 

Existe una combinación de ambos, nos dice la autora, cuando un estado se sale de los parámetros o de los intereses chinos. Puede retrasar créditos, detener inversiones o exigir el pago inmediato de una deuda. Vamos, la política del garrote y la zanahoria, tantas veces usada.

 

La usó el imperio inglés en el siglo XIX con los nacientes estados en la América española, que comenzaron su vida independiente hipotecados a Inglaterra. Lo usó también EEUU en el siglo XX, con el añadido de invasión a algún país pequeño si osaba contrariar los intereses de Washington o cobrar impuestos a una empresa norteamericana, como sucedió con el gobierno de Juan Jacobo Árbenz en la Guatemala de los años 50.

 

No hay nada nuevo bajo el sol, pero sí una señal de alerta que China, como cualquier imperio, resguardará de una u otra manera sus intereses extramares, algo que no se debe olvidar.

 

EEUU en el presente siglo se desentendió de “su patio trasero” (América Latina), dejando de invertir en la región y dejar de ser interés geopolítico. Ese vacío lo ocupó China con su política blanda en la región. Evidentemente no es gratuito su interés en nosotros: materias primas, estabilidad, posición geopolítica estratégica, nueva ruta de la seda.

 

Pero, el otro lado de la moneda está en el segundo gobierno de Trump que ha decidido desempolvar el garrote para amenazarnos. Como en los viejos tiempos. Esta vez no nos amenaza con una invasión de los marines, sino con los aranceles. No le interesa que exista un tratado de libre comercio. Le tiene sin cuidado el derecho internacional.

 

Esa política internacional de amenazas directas conseguirá que muchos estados acepten los regalos chinos de los créditos blandos y las inversiones. A pesar que pueden ser regalos envenenados. Con su política, Trump le hace un gran favor al rival actual de Norteamérica.

 

No es la primera vez que EEUU se equivoca de estrategia. Con su fobia a los migrantes y a todo gasto superfluo, ha recortado la inversión a los institutos científicos y el dinero será gastado … en cárceles para migrantes. No es necesario ser demasiado zahorí para deducir que el resultado será que de aquí a algunos años EEUU dejará de liderar los avances científicos y tecnológicos en el mundo y el lugar lo ocupará China. Algunos, con cifras en la mano, dicen que estamos ante la decadencia del imperio norteamericano, como en su época otros imperios desaparecieron. Lo cierto es que Trump acelera el final y con ganas.

 

        Lo recomendable para un país como Perú, con un PBI mundial bastante pequeño, es no hipotecarse demasiado a un solo país. Como recomendó el desaparecido ex canciller José Antonio García Belaunde, debemos mantener una saludable equidistancia, tanto de China como de EEUU. O, como dice el conocido refrán Ni tan lejos que no caliente, ni tan cerca que te queme.

Sunday, July 06, 2025

EL NACIONALPOPULISMO

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Es el título del libro de Roger Eatwell y Matthew Goodwin que aborda el fenómeno del populismo conservador que se expande sobre Europa y los Estados Unidos (Nacionalpopulismo. Por qué está triunfando y de qué forma es un reto para la democracia), centrándose sobre todo en el primer gobierno de Trump y el Brexit en el Reino Unido (el libro es de 2018), pero las características del elector del segundo gobierno de Trump son muy similares ahora, así como los mitos que sobre el populismo de derecha han recaído.

 

En principio, los nacionalpopulistas no son fascistas. Si bien se usa el término para descalificar a un rival de derecha, en Europa principalmente, el fascismo como sistema político amalgama dentro del estado y el partido en el poder a todas las clases sociales, en un gobierno corporativo que tiene a un líder carismático en la cúspide, que debe transar con los sectores sociales y económicos que representa. El fascismo no admite el cuestionamiento a su sistema ni a su líder, por lo que la libertad de expresión se encuentra seriamente reducida, aparte que son violados sistemáticamente derechos fundamentales, incluyendo el derecho a la vida, tal como sucedió durante el nazismo.

 

Son populistas en el sentido que buscan ganarse las simpatías del elector, incluso con medidas que colisionan contra el estado de derecho y la propia democracia. Captan muy bien lo que la sociedad quiere en un momento determinado, sobre todo en tiempos de crisis (orden, seguridad, empleo); de allí que plantean medidas como trabajo para los nacionales, expulsión de los migrantes, aranceles a productos extranjeros, protección de la industria nacional, reducción del estado, etc. Un populista carismático establecerá un fuerte vínculo con quienes representa. Se erigirá como su protector o, mejor aún, salvador en momentos críticos.

 

Ese ambiente de inseguridad y zozobra que vive ahora un europeo o un norteamericano, lo han sabido canalizar muy bien los nacionalpopulistas de distinto pelaje, tanto en Francia, Italia, Alemania, Inglaterra o en los propios EEUU.

 

El candidato generalmente es un outsider, alguien que no pertenece ni tiene trayectoria dentro del sistema político; más bien lo cuestiona desde fuera y frente al hartazgo del elector ante “los políticos tradicionales”, decide votar por un candidato ajeno al sistema. El candidato llega al poder por elección popular y, en casos de débil institucionalidad como sucede en América Latina, busca mantenerse el mayor tiempo que pueda, incluso convirtiendo el régimen en dictadura o fingiendo elecciones libres.

 

Un populista sin principios democráticos, sea de derecha o de izquierda, de tener la fuerza necesaria de su lado, puede ir en contra de la democracia liberal y, literalmente, enterrarla. Asume todo el poder y deja como cascarones vacíos a los otros dos poderes y a los organismos autónomos. Con precisión puede decir el estado soy yo.

 

Por ello, los populistas no son liberales, ni en lo político ni en lo económico, pese a que han llegado al poder conforme a las reglas del juego democrático. Son bastante aislacionistas, de allí el término de nacionalpopulistas, privilegian la historia y los valores tradicionales de la nación antes que una mancomunidad internacional, algo que se entiende mucho mejor en Europa (el libro lo escriben dos británicos), donde frente a la comunidad europea se tiene en oposición a los euroescépticos, aquellos que plantean salirse de la Unión y regirse, como antes de la constitución de la UE, cada estado por sus propias reglas como estado-nación. Un nacionalpopulista es un euroescéptico, aunque tiene otras características adicionales.

 

Otra “cabeza de turco” que esgrimen los nacionalpopulistas es la burocracia del estado, bastante abultada en los países desarrollados, y que plantean su drástica reducción. En Europa los populistas le achacan la culpa a la burocracia de Bruselas (sede de la Unión Europea) y sus complicadas regulaciones. En EEUU son las agencias federales, muchas con competencias superpuestas o programas que “no ayudan al americano”.

 

La fecha de nacimiento de este fenómeno unos la fijan en la gran crisis financiera de 2008 con los llamados bonos chatarra, donde muchos inversionistas perdieron su dinero en bonos de escaso valor y más de una gran empresa se fue a la quiebra. Sin embargo, los autores plantean que el fenómeno no solo es economicista como sugiere la hipótesis de la crisis de 2008, sino tiene raigambres ideológicas y culturales de larga data, como las tuvo también el nazismo en Alemania. El surgimiento del nazismo no solo se debió a las condiciones humillantes impuestas al término de la I Guerra Mundial y a la crisis económica de 1929, también influyeron hechos culturales e ideas que rondaban a las naciones de origen germano desde por lo menos el siglo XIX: la supremacía de la raza aria, las llamadas razas inferiores (idea muy común en la época), el judaísmo como causante de todos los males, el espacio vital, etc. Hitler y los nacionalsocialistas lo único que hacen es sistematizar esas ideas y propagandizarlas.

 

Precisamente, es una idea muy común, tanto hoy día como en el pasado, la del migrante como causante de todos los males, que vive a expensas del contribuyente en el estado de bienestar y les quita trabajo a los nativos. Es la culpa del otro, el extraño a la tribu, y que se ha visto ratificada con las sucesivas oleadas de migrantes musulmano-africanos que llegaron a Europa; y, en el caso de los EEUU, las sucesivas olas de migrantes ilegales que atraviesan la frontera a través de México. El migrante en ambos casos es “el chivo expiatorio”, con mayor razón si la tasa de criminalidad aumentó desde su llegada, por lo que no es raro que un líder nacionalpopulista centre sus reflectores en una “lucha a muerte” contra ellos.

 

A lo que se suma la cultura y forma de vida de un migrante. Costumbres, cultura diferente, idioma, raza, serán argumentos que servirán para la crítica y segregación por parte de un nacionalpopulista, planteando su expulsión y leyes más severas.

 

En el caso del votante de partidos nacionalpopulistas, los autores coinciden en que son hombres conservadores, tradicionales en sus valores, aunque no necesariamente viejos. Otros son blancos sin educación universitaria, desempleados por la migración de las industrias locales hacia China y otros países; pero también, sorprendentemente, en la votación de Trump para su segundo gobierno, se han sumado electores latinos y afroamericanos que no votaron por los demócratas, su bastión original, sino por los republicanos.

 

Algo similar ha sucedido en Europa, donde los partidos socialdemócratas han perdido electores clave como eran los trabajadores, en parte por haber virado el partido de las demandas laborales a programas de inclusión de género, derechos de las minorías trans, la cultura woke y lo políticamente correcto, banderas que suscribe una minoría, pero no el común de los trabajadores. Aparte que en EEUU tienen el “sur profundo”, las zonas rurales, que son marcadamente conservadoras y no ven de buen grado programas demócratas a favor del aborto libre o de los derechos a las minorías sexuales.

 

Ante un escenario de capitalismo mundial y automatización de funciones en la cadena de producción, donde muchas empresas trasnacionales migraron a China y otros países, y donde la clase obrera dejó de tener el protagonismo de antaño, descolocó a los partidos socialdemócratas en Europa y al partido demócrata en EEUU, sustituyendo su programa tradicional de medidas a favor de los trabajadores por la ideología woke, la tolerancia trans, la cultura de la cancelación y de lo políticamente correcto, valores post materiales compartidos por una minoría e impuestos verticalmente a los demás. Los resultados de esa sustitución de programa político y de ninguneo de una clientela partidaria fiel y tradicional saltan a la vista.

 

El nacionalpopulismo ha sabido captar muy bien ese sentimiento de decepción frente a los partidos tradicionales y de disconformidad ante la globalización que el ciudadano medio en los países desarrollados siente que no lo benefició, traduciendo ese malestar social y económico en movimiento político. Es una reacción frente al globalismo que quitó empleos en Europa y EEUU. También es una reacción frente a la plataforma de una izquierda post moderna visiblemente desnortada de su ideario fundacional.

 

Frente a este escenario los partidos de derecha o de izquierda asimilados al sistema político no pudieron o no supieron atender las demandas de sectores clave de la población y que son parte importante de su bolsón electoral. Como respuesta política surgió el aislacionismo y el proteccionismo que plantean los nacionalpopulistas, revalorando nuevamente la idea de nación y de ciertos valores tradicionales, y que se encuentran cosechando buen rédito político.

Sunday, June 29, 2025

ERRORES DE CÁLCULO

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


La historia está plagada de errores de cálculo al agredir una nación a otra creyendo que tiene un triunfo asegurado. Es lo que le pasó a Hitler cuando decide invadir la Unión Soviética, pensando en un triunfo asegurado. Y es lo que le pasó a Irán creyendo que la victoria contra “el infiel” Israel se encontraba asegurada.

 

En principio, uno se pregunta la razón para desaparecer al estado hebreo más allá que no se comulgue con su ideología y forma de vida, o que represente al “imperio” (Estados Unidos) en el Oriente Medio. Recordemos que los ayatolas, cuando toman el poder en 1979, lo hacen con una reivindicación nacionalista y religiosa, convirtiendo Irán en un estado teocrático con poder militar. Por todos los indicios, su odio al estado hebreo es más ideológico y conseguir, de paso, una presencia geopolítica en la región. De allí el enriquecimiento de uranio para ser parte del club de países con armas nucleares y tener más poder.

 

El Irán de los ayatolas es el último bastión de resistencia contra la presencia de Israel en el medio oriente, cuando ya los países vecinos han establecido acuerdos de paz con el estado hebreo. Usaron una estrategia de cercamiento a través de aliados con un enemigo común. Hamas, Hezbollah, los hutíes en Yemen, Bashar al-Ásad en Siria, a quienes entrenan, aprovisionan de armas y apoyan financieramente.

 

El punto de quiebre fue el 7 de Octubre de 2023 cuando Hamas incursiona en territorio de Israel y viola, asesina y secuestra ciudadanos hebreos.

 

Se dice que Netanyahu sabía con anticipación la invasión que estaba en ciernes. De ser cierto fue la excusa perfecta para iniciar el contraataque, exterminar a los grupos financiados por Irán y luego ir contra el mismo país de los ayatolas, descabezando mandos militares y científicos nucleares, y, con la ayuda de EEUU, bombardear los puntos estratégicos donde se supone están enriqueciendo uranio para una bomba nuclear que desaparecería del mapa no solo a Israel, sino a gran parte de lo que es vida en los alrededores. Algo que pocos dicen es que poner una bomba atómica en manos de fanáticos religiosos es tan peligroso como un mono con metralleta.

 

No es una victoria definitiva contra el Irán de los ayatolas. La paz en el oriente medio y un entendimiento palestino-judío están casi olvidados. No se sabe realmente si el golpe los dejó o no fuera de la competencia nuclear. EEUU, con la alta precisión del bombardeo sobre las centrales nucleares de Irán, demostró que no tiene rival en tecnología militar, ratificando su papel de gendarme planetario. Clara señal para China y Rusia, sobre todo para la primera. Por el lado de Israel, su derecho a vivir en la región (por la razón o por la fuerza) no será tan cuestionado por los vecinos y, tarde o temprano, hasta Irán tendrá que reconocer al estado hebreo. Algunos de sus más acérrimos enemigos olvidan la enorme resiliencia del pueblo judío a través de centurias. Muchos han querido exterminarlos de la faz de la tierra como cucarachas y los exterminados han sido los perpetradores. Hitler es solo un ejemplo de la historia.

 

Netanyahu, quien ahora respira gloria, dudo que decida retirarse del ejercicio político, con mayor razón por las cuentas que tiene con la justicia. Es irónico. Un primer ministro que estaba seriamente cuestionado por sospechas de corrupción en su gobierno, casi a punto de ser vacado, se convierte en héroe nacional, mientras que los ayatolas muerden -por el momento- el polvo de la derrota. Son los azares de la historia, con una moraleja: no hay enemigo chico.


Sunday, June 22, 2025

LA HERMANASTRA FEA: EL OTRO LADO DE CENICIENTA

 Eduardo Jiménez J.

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@ejj2107


Cenicienta, el célebre cuento inspirado en leyendas populares, que primero recoge Charles Perrault en el siglo XVII, luego los hermanos Grimm en el XIX, y en el XX lo edulcora Disney en su versión de dibujos animados, es recurrente en los mitos populares por su carga simbólica que lo hace entendible en distintos tiempos y espacios (las cenizas como renacer -el ave fénix-, la zapatilla de cristal como pureza, la envidia como característica humana, etc.). En ese sentido es un cuento inmortal.

 

Lo interesante de la versión cinematográfica de Emilie Blichfeldt (Noruega, 1991) es el giro de tuerca de la historia y contarla desde el lado de la hermanastra, Elvira, quien no es propiamente una villana envidiosa, sino una joven soñadora que compite con otras chicas de su edad para conseguir el amor del príncipe, por lo que decide someterse a todos los sacrificios inimaginables para “estar en forma” el día del baile en Palacio. Es el costo de ser bella, el precio que las mujeres deben pagar en esta sociedad, sobre todo, en la visión convencional del tema, para conseguir un marido “de una adecuada posición social”.

 

Es lo que hace también Cenicienta que, con su belleza natural y sin un centavo de dote, cautiva al príncipe, aunque secretamente se encuentra enamorada de un plebeyo, al cual -literalmente- le da el culo como “prueba de amor”, ya que debe mantenerse virgen para el futuro marido, entendida la virginidad en la mujer como sinónimo de pureza, virtud con la cual debe ingresar al matrimonio conforme lo dice el Antiguo Testamento (De estas [mujeres] no tomará: viuda, divorciada o una profanada como ramera, sino que tomará por mujer a una virgen de su propio pueblo. Levítico, cap. 21).

 

La hermanastra fea también es una metáfora de cómo los deseos humanos son una ilusión y se pueden desvanecer, a pesar de todo el esfuerzo que ponemos (todo es ilusión como dice el Eclesiastés). Es lo que le sucede a Elvira, que termina mutilada de cuerpo y alma. Es la gran pagante del drama.

 

El papel de la madre de Elvira y madrastra de Cenicienta destaca por su despiadado pragmatismo, donde no importa sacrificar a su hija o acostarse con quien sea, para alcanzar una mejor posición social.

 

En ese sentido, los personajes son arquetipos de la naturaleza humana. Cenicienta representa la bondad, pero también el convencionalismo social; Elvira los deseos fatuos; la madrastra, el pragmatismo en una sociedad gobernada por hombres; la hermana menor de Elvira, la sencillez de toda muchacha (prefiere ocultar a la madre que ya tuvo su primera menstruación a fin que no la someta a las duras exigencias físicas que padeció la hermana mayor para que consiga marido).

 

Al final empatizamos con la pobre Elvira, víctima de la moda e ideología de su época; aunque ese “horror corporal”, que nos hizo recordar las primeras películas de David Cronenberg, lo utiliza exageradamente la directora para remarcar su tesis (algo similar pasó en el filme La sustancia de Coralie Fargeat), para enfatizar el costo de ser bellas las mujeres y la ruina en que por ello se pueden convertir.

 

Vale la pena ver La hermanastra fea, propuesta inusual en medio de tan escasa creatividad que se vive en el cine comercial.

Sunday, June 15, 2025

SEBASTIÁN SALAZAR BONDY, CRONISTA DESDE EUROPA (1956-57)

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Aparte de su obra creativa, generalmente los escritores también ejercen el periodismo. Es su pane lucrando, con lo que se ganan la vida y pagan las cuentas a fin de mes, mientras escriben la novela o la obra de teatro que los llevará a la fama. Muchos, como articulistas en diarios y revistas, son muy buenos, y, algunos, más interesantes que en las novelas y cuentos que escribieron pensando en la posteridad.

 

Ya no hablemos de la parte práctica del oficio. Más de un escritor ha confesado que el periodismo fue una estación indispensable en su formación, que lo ayudó a ser más preciso en el uso de verbos, sustantivos y adjetivos. Una suerte de escuela de la vida.

 

Un caso emblemático de escritor y hombre de prensa es el de Mario Vargas Llosa, que por más de 70 años se dedicó a la labor periodística, con artículos que son verdaderos ensayos. Algo similar ha pasado con otros escritores nacionales, cuya obra en la prensa escrita no tuvo tanta suerte como la del Nobel peruano y ha quedado en el olvido, enterrada en diarios que hoy se encuentran fuera de circulación. Esos artículos periodísticos están a la espera de que un investigador vaya a su encuentro en algún archivo olvidado.

 

Si el investigador no lo hace con su propio peculio, para que se haga el milagro se debe esperar a que una universidad o un centro de investigación financie la labor y que el estudioso o futuro doctorando tenga la paciencia de hurgar en colecciones de diarios y revistas de épocas pasadas. Literalmente, sumergirse en bibliotecas llenas de polvo y ácaros a la búsqueda del artículo escrito décadas atrás.

 

En el caso de las Crónicas desde Europa (1956-57) de Sebastián Salazar Bondy (SSB), libro financiado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima, quizás la tarea del compilador, Alejandro Susti (en su haber con otras obras antologadas del autor), no ha sido tan complicada, al encontrarse casado con una hija del recordado escritor, facilitándosele así los permisos de los herederos para la publicación. Muchas veces es un tema bastante engorroso la cesión de los derechos de autor por parte de los herederos para una edición post mortem, por lo que proyectos de publicación se quedan a medio camino. Por desgracia no todos los escritores muertos tienen hijos o hijas casados con el futuro antologador.

 

Se extraña que la edición no tenga un estudio preliminar sobre la estancia de SSB en Europa y la influencia en su pensamiento y obra. Debemos suponer que, como en otros escritores y ensayistas, el viaje a Europa fue fundamental. Lamentablemente, la antología solo contiene notas preliminares que anteceden a las crónicas, por lo que al parecer la labor del editor se ha limitado más a una recopilación de artículos que a un prolijo estudio propiamente.

 

A SSB se le conoce más por su ensayo Lima la horrible, tantas veces citado y pocas veces leído en la actualidad; pero, Salazar Bondy en su corta existencia (apenas poco más de 40 años) fue teatrista (su labor más apasionada), poeta, narrador, promotor cultural, ensayista, y, por supuesto, cronista. Quienes lo conocieron lo describen como una persona bastante generosa, sin esos odios, envidias, ni egoísmos que caracterizan a buena parte del gremio.

 

Como Armando Robles Godoy, su labor periodística se desarrolló principalmente en el desaparecido diario La prensa, verdadero foco cultural en aquellos años, contando en sus filas con escritores realmente de valía. Estas crónicas desde Europa se publican precisamente en dicho periódico a raíz de una beca que ganó para estar cerca de un año en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático dirigido por Jean Vilar, ícono del teatro francés en ese entonces.

 

La temática, aparte de la vida cotidiana en París y otras ciudades de Europa, describe el tenso momento político que se vivía en Francia por la independencia de Argelia. Los que estaban a favor de una Francia colonial no escatimaban medios, incluyendo las ejecuciones extrajudiciales y la tortura de los argelinos rebeldes. Y los que abogaban por la independencia, planteaban una suerte de mancomunidad al estilo de los ingleses y sus ex colonias. Ese momento que se vive en Francia es crítico para librarse de las ataduras del pasado colonial, cortando el nudo gordiano Charles de Gaulle al declarar la independencia de Argelia en 1962.

 

El Teatro Nacional Popular dirigido por Jean Vilar también ocupa varias crónicas. Teatro emblemático en Europa, no solo ponían en escena a autores franceses, si no también extranjeros, clásicos y modernos. En uno de sus artículos SSB comenta que en aquellos años todavía existía una protección a favor de los autores nacionales para su puesta en escena, cosa que se fue atenuando en años sucesivos. Con precio de entradas bastante asequible para toda clase de público, el TNP no solo se quedaba en París, iba también a las ciudades de provincia (cuando salía de gira, incluía albergue a los espectadores que no podían costearse una habitación en un hotel) y, cosa insólita en estos tiempos, viajaba extramares para llevar sus representaciones a Sudamérica. Por crónicas del propio SSB tenemos entendido que incluso llegó a nuestro país, todavía considerada Lima como una de las capitales culturales de la región.

 

El otro tema es la España franquista. En los años 50 se siente el atraso económico y cultural del país bajo la dictadura de Franco (por la situación de atraso y oprobio que se vive, SSB y otros intelectuales creen que se acerca el fin de la dictadura). España dejó de ser el centro de escritores y artistas de antaño, para ser un país casi del tercer mundo. Muchos emigraban a América o a otros países de Europa en busca de mejores oportunidades de trabajo. Intelectuales de reconocido mérito, para salvar sus vidas, luego de la guerra civil, tuvieron que huir del país. Ideológicamente quien está al mando es el Opus Dei, con mucha influencia en el gobierno franquista. Ser liberal en esa España era poco menos que ser terrorista (el Opus Dei podía sugerir el cambio de un rector de universidad que consideraba muy “liberal” y manejaba a su entero arbitrio la educación en los colegios públicos y privados). Hay un bando, el de los monárquicos, que desean el regreso de los borbones al poder. Ese bando es minoritario, pero 20 años después, a la muerte de Franco, será el que gane la opción para la transición democrática, no como ellos pensaban, con una monarquía tradicional, sino como una monarquía constitucional encabezada por un rey borbón.

 

Si bien la gente del pueblo y hasta la endeble clase media española, viven con las justas, bastante apretados, hay una clase social que no se escapa a la visión de SSB: la burguesía, que al abrigo de la cercanía al franquismo va creciendo en poder no solo económico, sino de influencia política. Bancos que prosperan bajo la dictadura de Franco, industrias que en una apertura del régimen van comerciando con otros países, el turismo que se abre a Europa, así como enormes facilidades para rodar películas extranjeras en España, que daría paso a una naciente industria del cine. Esa apertura económica trae una ola de prosperidad insospechada en los años 40 y 50.

 

Cuenta SSB que la censura española se vuelve un poco más flexible, pero dependiendo quien escriba. Si es un autor famoso, casi no tocarán nada del libro a publicar, si es un ilustre desconocido, los tijeretazos de la censura vendrán por aquí y por allá (Mario Vargas Llosa sufrió los estragos de la cesura para la publicación de su primera novela, La ciudad y los perros). Igual sucedía en el cine. Gracias al doblaje de las películas extranjeras, muchos diálogos eran cambiados de sentido, ni que decir de escenas íntimas o besos muy apasionados, que pasaban por el corte de rigor.

 

Precisamente sobre la censura es una de sus últimas crónicas. En aquellos años los viajes eran todavía por barco. SSB cuenta que antes de desembarcar en el puerto del Callao, en la nave que lo trajo de regreso había una larga lista de lo que pasaba libremente, lo que pagaba impuestos y lo que no pasaba. Dentro de lo que no pasaba estaban “drogas, narcóticos, libros impresos y literatura contraria a la moral y al orden social de la República” (sic). Obedecía a la época. En 1957 recién salíamos de la dictadura de Manuel Odría (1948-56) y los considerados libros subversivos o contrarios a la moral eran los más, sobre todo si eran de autores extranjeros y venían en idioma distinto al castellano. Desconocemos si SSB sufrió el decomiso de alguno de los libros que trajo de Europa o si, considerando que ya era un autor de prestigio en nuestro país, no le hicieron problemas en aduanas.

 

Vale la pena leer a Sebastián Salazar Bondy, no solo porque escribe bien, algo difícil de encontrar en escritores contemporáneos, sino porque nos describe un mundo que nosotros ya no conocemos, que pertenece a un pasado que nos parece remoto.

* Sebastián Salazar Bondy: Crónicas desde Europa (1956-1957). Editor: Alejandro Susti. Edición consultada: Fondo Editorial de la Universidad de Lima, 2024, 166 pp.

Sunday, June 08, 2025

ELECCIÓN DE JUECES POR VOTO POPULAR EN MÉXICO

Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107 


        Este 1 de Junio se llevó a cabo en México la elección por sufragio popular de jueces a todo nivel, incluyendo los de la Corte Suprema. El INE (el Instituto Nacional Electoral) estimó una participación ciudadana alrededor del 13%, una de las más bajas en los últimos procesos electorales. La medida, impulsada por el gobierno de López Obrador y ratificada por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha generado controversias en la oposición por la posible manipulación política que la elección de jueces puede traer, considerando los claros indicios que apuntan a convertir Morena (partido de López Obrador y Sheinbaum) en el PRI del siglo XXI.

 

En el mundo es rara la elección popular de los jueces. Estados Unidos tiene el sistema para los jueces estatales, más no los federales, los que son nombrados por el presidente de la república, incluyendo los de la Corte Suprema. Suiza tiene un sistema parecido, con la diferencia que el Parlamento nombra a los jueces federales y los cantonales por elección popular. En ambos países, los partidos políticos pueden proponer candidatos y el candidato a juez lucir el emblema del partido por el cual postula.

En la región es Bolivia quien desde el 2011 elije a sus jueces por elección popular.

 

En teoría el sistema de elección popular debería ser el idóneo en una democracia. Recordemos que los atenienses, inventores de la democracia, elegían a sus jueces por sorteo, entre los ciudadanos que voluntariamente se presentaban al cargo. El azar decidía quién era designado como juzgador. El juez designado no tenía posibilidad de reelegirse a fin de evitar la parcialidad y la acumulación de poder. La preocupación se encontraba, desde los antiguos griegos, en la manipulación política y parcialidad que el sistema de elección puede tener. Es lo que se ha criticado en Bolivia, por ejemplo, donde los jueces designados son muy proclives a escuchar al poder político antes de decidir una causa controvertida, a lo que se debe sumar los adecuados filtros para que ciudadanos indeseables o con prontuario no accedan a la administración de justicia; o la necesaria educación cívica del elector para que elija de manera prudente y racional, algo de lo cual en la región estamos muy lejos. Ya no hablemos del narcotráfico y el crimen organizado, que pueden solventar muy bien distintas candidaturas al cargo de juez.

 

Estados Unidos es quien tiene la más larga tradición y, pese a los cuestionamientos, ha funcionado más o menos por la solidez de las instituciones, aunque no exento de fallos controvertidos; pero, en líneas generales un juez de la Corte Suprema, por más que el presidente de la nación lo haya designado, votará una causa de acuerdo a su conciencia. Lo mismo no podemos decir de los países de América Latina, donde el favor político o económico pesará al momento de las resoluciones que el juez deba emitir. Es sotto voce que muchas decisiones judiciales se compran al peso.

 

En el medio, entre la elección popular y la elección por el poder político, se encuentra la de un organismo especializado independiente que nombre a los magistrados por concurso público y orden meritocrático. Es el sistema que tenemos nosotros, aunque no exento también de críticas, cuando el órgano decisor encargado de la selección y los nombramientos es copado sea por intereses políticos, económicos o de instituciones extra estatales.

 

Es un experimento bastante radical y riesgoso el mexicano (la elección es de magistrados a todo nivel, incluyendo los de la Corte Suprema y el Tribunal Electoral). Abriga fundadas dudas. Temores hoy e incógnitas mañana, sobre todo por el copamiento de poder del partido gobernante. Habrá que ver cómo se desarrolla y la evidencia empírica que el experimento puede traer. Un balance crítico y desapasionado de aquí a algunos años no estaría demás.

 

No obstante ello, la historia enseña que no hay poder eterno, sea de una persona, un grupo o un partido político. Por lo general, cuando concentran demasiado poder, caen por su propio peso. La historia es una buena maestra y consejera con innumerables ejemplos de trágicos finales de aquellos que creían o se sentían poderosos. El propio PRI (partido donde militó López Obrador) es un buen ejemplo. El todopoderoso partido mexicano que fue en el siglo XX y lo que es ahora.

Sunday, June 01, 2025

MOSCÚ NO CREE EN LÁGRIMAS

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Tres chicas de provincia van a Moscú en busca de mejores oportunidades. Ni más ni menos lo que sucede en otras ciudades, solo que estamos, en ese momento, en la capital del primer país socialista del mundo.

 

La película seguirá sus vidas por 20 años, de 1958 a 1978, sobre todo de Katerina, joven bastante ingenua en las cosas de la vida, que sale embarazada y asume sola su responsabilidad, estudiando y escalando posiciones en su trabajo hasta ser directora de una empresa del estado soviético. De allí viene el título, Moscú no cree en lágrimas. Moscú, como toda gran ciudad, es indiferente a los dramas personales por lo que solo resta hacer de tripas corazón como decimos por acá y seguir adelante.

 

Por la época de realización (fines de los años 70), la política cultural de la desaparecida Unión Soviética había flexibilizado bastante los criterios del realismo socialista imperantes en su cinematografía. Ahora se abordaban dramas comunes y corrientes, similares a los producidos al otro lado de la cortina de hierro, como el de estas tres chicas que llegan a Moscú con ilusión y en busca de mejores oportunidades de trabajo, estudio o de pareja.

 

Es más, en la película no se hace ninguna loa al socialismo; más bien hay cierta crítica velada como a la escasez de bienes finales para el consumidor en la escena del supermercado (hecho que era muy conocido en Occidente). Tampoco se ensalza “al nuevo hombre socialista”. Todos los personajes son seres comunes, igual a los que existen en cualquier ciudad, con problemas graves como el alcoholismo, algo que la URSS padeció como problema social (y la actual Rusia también), lo que se refleja en el jugador de hockey, esposo de una de las chicas, que arruinó su carrera, estatus y vida por ser bebedor consuetudinario.

 

O el machismo, otro “mal” del hombre socialista que lo vemos cuando el padre de la hija de Katerina rechaza la paternidad y apoyarla económicamente, sirviendo de “puntal ideológico” la propia madre del progenitor, quien apoya comportamientos inexcusables de su vástago. O también del segundo compromiso de la protagonista, quien no acepta que la mujer gane más y tenga mejor estatus que el hombre.

 

La película describe muy bien los segmentos sociales en que se dividía la sociedad soviética de ese entonces. Son candidatos codiciados para futura pareja si es director de una empresa estatal, un doctorando, un oficial del ejército o una estrella del cine o del deporte. Las condiciones de vida para estos son distintas al común de las personas: mejores departamentos y remuneraciones, comida especial o entradas preferenciales para algún evento. Un trato diferenciado que, por extensión, la futura esposa también lo disfrutará. El sistema de privilegios que había creado la burocracia soviética.

 

Lo más interesante es la primera parte. Las tres amigas que viven en una pensión y van en busca de mejores oportunidades a la capital. El embarazo no deseado de Katerina, su esfuerzo por salir adelante estudiando, trabajando y criando una niña al mismo tiempo. Es la historia de quien hace todo con su propio esfuerzo.

 

La película flaquea en la segunda parte. Cuando Katerina, ya con un estatus social y económico más holgado, se encuentra de nuevo con el padre de su hija y la segunda oportunidad que le depara la vida al conocer otro hombre (con los problemas que conllevará una nueva relación). Un poco del melodrama consabido y la recompensa a quien se ha esforzado. No extraña que el filme haya ganado el Óscar a mejor película extranjera en 1981.

 

Sin ser una gran película, vale la pena ver de nuevo Moscú no cree en lágrimas. Es mucho mejor que tantos filmes actuales.