Eduardo Jiménez J.
jimenezjeduardod@gmail.com
@ejj2107
Terminada la Apec y volando a sus países
de origen los invitados, el Apec después de Apec se parece a la resaca
luego de la fiesta, el desbarajuste de la casa y las cosas feas que se
guardaron en el closet vuelven a salir.
Se
podrá criticar el largo feriado y las clases virtuales para los escolares y
universitarios, motivados para que paros, marchas y protestas “no se sientan
tanto”, y con gran parte de la PEA recluida en sus casas. Lo cierto es que
regresamos a la normalidad y sus problemas cotidianos. Al decir de Monterroso el
dinosaurio seguía allí.
***
Apec
nos ha traído un activo que puede ser bien aprovechado desde la geopolítica: el
recientemente inaugurado Puerto de Chancay. Es cierto que vamos a recibir
presiones y exabruptos por parte de Donald Trump, más con un halcón como
Marco Rubio en la secretaría de estado; pero dependerá de cuán inteligente
juegue sus cartas el estado peruano y, como Ulises, sepa sortear los escollos
en el camino. El cómo reaccione el estado peruano es lo importante.
A
corto plazo más preocupación del gobierno deben ser las cuestiones accesorias
que el Puerto de Chancay trae: congestionamiento de la Panamericana Norte,
falta de servicios idóneos, infraestructura y, como una externalidad
negativa, la delincuencia y extorsión de bandas criminales organizadas en
Chancay y alrededores. Posiblemente muchas bandas estén migrando de Lima hacia
el norte.
El
puerto de Chancay fue, para nosotros, la joya de la corona, el resto son
acuerdos que se han ido firmando con distintos países, ampliación de otros, y cuyos
efectos los veremos ya cuando este gobierno no se encuentre en el poder.
La
geopolítica de América Latina hace buen tiempo se ha reconfigurado con la
penetración de las inversiones chinas en el continente y el repliegue de las
inversiones norteamericanas (México, por el TLC y la vecindad con EEUU, es la
excepción). El panorama está cambiando, lo cual a la larga va a traer también
consecuencias políticas. En ese nuevo panorama el Perú tendrá una participación
significativa en el Pacífico sur que, reiteramos, será importante mantenerla.
Todo dependerá de los actores involucrados, incluyendo el estado peruano. Torre
Tagle será un actor clave en estos menesteres.
Es
simbólico y preocupante que la primera carga y descarga en la inauguración del
Puerto de Chancay haya sido por parte de China un auto eléctrico (bienes
elaborados) y por parte de nosotros arándanos (bienes primarios). Como que el
ciclo cambio de bienes elaborados por bienes primarios se vuelve a repetir,
solo que con actores distintos al otro lado.
En
el pasado hemos tenido oportunidades únicas de desarrollo, todas perdidas. El
guano, el salitre, el caucho, y dejo de contar. Ahora tenemos un precioso activo: el puerto de
Chancay. Si bien de propiedad china pero ubicado en territorio peruano. Ojalá
el gobierno, el estado peruano y los principales actores no lo conviertan en
otra oportunidad perdida.